10 estrategias para potenciar ciudades
violentadas
Forbes - martes, 21 de abril de 2015
Azotada
antes por los cárteles de la droga y el crimen organizado, Medellín es
reconocida hoy como la ciudad más innovadora del mundo. Con base en 10
estrategias convirtió un problema en una oportunidad.
Existió una ciudad azotada por los cárteles de
la droga y el crimen organizado en la que sus habitantes no se sentían seguros
para estar en la calle y, a veces, ni en sus casas. La desigualdad económica,
falta de oportunidades, debilidad del Estado, ausencia de instituciones y nulo
Estado de derecho se convirtieron en caldo de cultivo para grupos criminales.
El tráfico de drogas, de armas y de seres humanos, así como el lavado de
dinero, los secuestros y las extorsiones, eran las actividades favoritas del
crimen organizado. El problema caló tan hondo que la misma ciudad dio nombre al
cártel más poderoso de la región.
Si bien esta historia suena conocida para las y
los habitantes de diversas regiones mexicanas, el caso que aquí trataremos es
el de Medellín. A más de 20 años de haber tocado fondo, la capital de Antioquia
es hoy una de las ciudades más seguras de Colombia. Se ha consolidado como el
distrito financiero, de innovación y emprendimiento por antonomasia. Pero,
¿cuál fue el camino que recorrió Medellín para recuperarse del narcotráfico?
¿Qué lecciones nos muestra la ciudad que fue reconocida como la más innovadora
del mundo?
Del recuento de los daños a la resolución de
los problemas
Los retos para la ciudad comenzaban con su
propia geografía y economía. Medellín es la concentración humana más importante
a cientos de kilómetros alrededor. Tanto el puerto más cercano como la capital
del país se encuentran a varias horas de camino montañoso. Además, la economía
–altamente dependiente de las actividades económicas primarias– requería un
empuje de sofisticación y diversificación.
Los sectores público y privado, y la población,
decidieron apostar por la innovación. Ello requirió que los diferentes actores
alinearan sus objetivos e intereses, anteponiendo el bien común. Por un lado,
el gobierno tuvo que ser más receptivo, abierto y transparente; por otro, la
sociedad civil se tuvo que involucrar más y ser más exigente con su comunidad y
su gobierno.
Uno de los primeros conceptos aplicados fue el
de la “acupuntura urbana”, con el objetivo de que luego de discutir y planear
proyectos, éstos se ejecuten lo más rápido posible. Así, los habitantes de los
vecindarios reclamaron las áreas que estuvieron dominadas por los cárteles. El
objetivo principal de esos proyectos ha sido que las personas se sientan
involucradas, comprometidas y seguras en su propio barrio y en su propia
ciudad. (Giraldo, 2010)
La construcción de espacios públicos en zonas
pobres o marginadas ha sido un sello de la recuperación de la ciudad. En
cuestiones de movilidad se ha dado prioridad a crear nodos de transporte que
acerquen las zonas violentas a centros industriales y comerciales, de muy
distintas formas. Por ejemplo, se ha establecido el sistema de escaleras
eléctricas gigantes de la Comuna 13, que permite subir colonias con pendientes
de unos 28 pisos. También se ha construido un teleférico, que disminuyó tiempos
de traslado de 2 horas a apenas minutos. Igualmente, el Metro es motivo de
orgullo de la ciudad, y diariamente lo usa más del 20% de la población.
La difusión de la cultura, el conocimiento y la
tecnología ha sido una prioridad. Se ha creado la única ciudad del conocimiento
del país, así como obras que creen sentimiento de propiedad y arraigo en la
población. Entre ellas destaca la Biblioteca España, los parques educativos y
el Centro Cultural Moravia. Con estas políticas, obras y coordinación de
avanzada, Medellín fue ganadora (de entre 200 ciudades seleccionadas y otras
dos finalistas) como la ciudad más innovadora del mundo.
Estas obras no hubieran podido concretarse de
no haber existido un sólido marco basado en proyectos público-privados. La joya
de la corona es la Ruta N, un hub de emprendimiento pagado principalmente por
empresas de tecnología, dinamizado por la comunidad y administrado por el
gobierno.
En opinión de Fernando Sierra, fundador del
fondo de inversión INVX y coordinador del proyecto Comuna 14 Innova, “ser un
emprendedor en Medellín supone una exigencia doble. Además de responder por el
desempeño de la compañía, aquel que se considere emprendedor debe convertirse
en una guía para potenciales líderes y emprendedores de la ciudad. Aquellos
emprendedores que hemos podido ver lo que sucede en otros clústeres del mundo
somos conscientes de que nuestra ciudad no puede quedarse atrás.”
El ecosistema hoy
De acuerdo con Paul Graham, existen diversos
ingredientes que favorecen la creación de un ecosistema de emprendimiento.
Entre ellos se encuentran: personas jóvenes e inteligentes, mentalidad poco
burocrática, universidades, acceso a capital, una ciudad con personalidad,
transcurso del tiempo y competencia. (Graham, 2006) En mayor o menor medida,
Medellín los tiene todos. Aquí me concentraré en los más relevantes.
En el caso de las personas jóvenes e
inteligentes, Colombia es un país con población joven. Más aún, su sistema de
universidades atrae a personas de otros departamentos. Además, los incentivos
de emprendimiento atraen venezolanos, argentinos, brasileños, chilenos y
peruanos. La mentalidad poco burocrática es manifiesta desde la concepción del
gobierno como un facilitador, antes que un acaparador. Como parte del objetivo
de ser la capital de la innovación en América Latina para el 2021, se
constituyó Distrito Medellinnovation, ubicado al norte de la ciudad para
concentrar emprendedores, compañías e instituciones de la economías del
conocimiento.
En el caso de la educación, Medellín tiene uno
de los presupuestos educativos más altos en porcentaje. Más aún, el distrito de
innovación fue planeado cerca de universidades y colegios, para ahorrar tiempo
entre desplazamientos y disminuir la inseguridad. Con respecto al acceso a
capital, la ciudad es el centro financiero del país, concentrando una tercera
parte de las empresas más grandes y representando la segunda mayor región
económica.
La población ha logrado imponer una agenda de
desarrollo que va más allá de los ciclos electorales, que incluye ejes como
sustentabilidad, inclusión social, apropiación social de la innovación,
consolidación de espacios urbanos, y política pública de ciencia, tecnología e
innovación. Los ciudadanos de Medellín se jactan de tener políticos diferentes
al resto del país. “Los actores del ecosistema compartimos una visión frente al
contexto mundial. Estar alineados nos permite resolver los problemas de una
manera rápida. Esta visión incluye la historia y evolución de la ciudad, pero
somos conscientes que tenemos que ser emprendedores y empresarios no sólo de
ciudad, sino de país y de mundo”, concluye Fernando Sierra.
De acuerdo con un estudio de Brookings,
Medellín fue la ciudad latinoamericana con el mayor crecimiento económico (46º
lugar mundial), seguida de Lima (48º), Bogotá (88º), la Ciudad de México
(147º), Guadalajara (150º) y Santiago de Chile (160º). (Parilla, Leal, &
Berube, 2015) Sin embargo, muchos son los retos que la metrópoli requiere
atender, entre los que se encuentran disminuir la iniquidad, reducir el número
de personas sin casa, generar empresas de mayor valor e impacto,
profesionalizar su sistema financiero y desarrollar otras industrias que
soporten la innovación.
Lecciones para México
El caso de Medellín presenta lecciones valiosas
para conformar una metrópoli innovadora, fortalecida después de una época de
violencia y criminalidad. Además, la sociedad mexicana, como la colombiana, ha
demostrado tener la capacidad de formar comunidades resilientes, con capacidad
para mantenerse en pie y recuperarse a pesar de amenazas, tensiones y
conmociones. Entre las estrategias se pueden destacar las siguientes:
Como parte de la conclusión hay que reconocer
que no existen recetas para que una metrópoli se recupere de un azote de
violencia. Sin embargo, el caso de Medellín es una referencia sobre cómo se
convirtió un problema en una oportunidad. Al aplicarse a México existen
economías con actividades marcadas y un entorno rígido que complicaría la
ejecución de estas propuestas.
Curiosamente, el reto más grande sea
probablemente alinear a los diferentes actores en una forma a la que pocos
gobiernos están acostumbrados. En caso de que el consenso sí exista, la
implementación será compleja y requerirá de mucho tiempo, pero como hemos visto
aquí, es posible tornar una ciudad de inseguridad y criminalidad en una de
prosperidad a través de la innovación y el emprendimiento.
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