La comida que enferma: hay cada vez menos
alimentos confiables
Infobae - miércoles, 8 de abril de 2015
El Día Mundial de la Salud es una fecha
especial que convoca a reflexionar sobre problemáticas que afectan a la salud
mundial y sienta las bases para la promoción de políticas sanitarias y acciones
concretas que redunden en el bienestar de toda la población. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) tomó como tema de este año la inocuidad de los
alimentos.
Es que según este organismo, dos millones de
personas mueren al año en todo el mundo por alguna causa relacionada con
alimentos insalubres. Existen múltiples enfermedades que son transmitidas por
alimentos o agua contaminada, a través de virus, bacterias, parásitos o
sustancias químicas que entran en contacto con el cuerpo.
La manera en la que se transformó la
agricultura y la cría de animales, la manipulación del material genético de los
cultivos, y hasta la intoxicación con pesticidas. "Todos estos factores
nos hacen caer en la cuenta de que cada vez se nos reduce más la cantidad de
productos comestibles de los que podemos afirmar su inocuidad", consideró
la doctora María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70.787), médica especialista en
Endocrinología, quien destacó: "Con el paso del tiempo, consumimos
alimentos más peligrosos, llenos de azúcares, grasas y tóxicos; con menos gusto
y olor natural y vacíos de nutrientes. Así minamos nuestro organismo sano y lo
vamos enfermando, principalmente, desde la mala alimentación".
La utopía de la inocuidad
El tema elegido por la OMS como lema este 7 de
abril alude a un concepto que apunta a la existencia y control de peligros
asociados a los productos destinados para el consumo humano, a través de la
ingestión (como pueden ser alimentos y medicinas), a fin de que no provoquen
daños en la salud del consumidor.
"Es claro que la inocuidad de los
alimentos es, hoy en día, un tema fundamental en el mundo, porque algo que
debería darnos salud, nos está causando enfermedad", remarcó la
especialista.
De la tierra a la mesa, ¿y en el medio?
Cocinar 1170
La historia milenaria de la agricultura cuenta
que esta actividad estaba en manos de los campesinos dedicados al trabajo de la
tierra, del cual obtenían su ganancia y productos absolutamente inocuos. Así
realizaban su labor, sin depender de comprar semillas a nadie, más que las de
su cosecha.
Hoy el 80% de las semillas del mundo pertenecen
a cinco empresas multinacionales. El 20% restante les queda a las comunidades
de pequeños campesinos y pequeños productores.
La revolución verde y tecnológica, es decir, la
aparición de monocultivos y la industrialización alimentaria, logró el cometido
de fomentar mucho el rendimiento de la tierra. Tanto es así que en los años
2007 y 2008 se llegó a tener, desde la agricultura, la comida para alimentar a
dos planetas Tierra.
"Si bien la revolución de transgénicos y
cultivos, asociados a pesticidas, se hizo para paliar el hambre en el mundo, en
este camino, en cien años, se perdió el 70% de la biodiversidad de frutas,
verduras y también de especies animales de todo el planeta", sentenció
Rodríguez Zía, para quien "los resultados fueron malos, ya que no sólo no
se terminó con el hambre, sino que se llegó al récord de hambrientos mundiales,
según la Organización de las Naciones Unidas, que superó los mil millones de
personas".
Otro tema que genera muchas dudas es si el
cultivo transgénico es o no inocuo. "Los alimentos transgénicos son
aquellos que fueron producidos a partir de un organismo modificado mediante
ingeniería genética, y al que se le incorporaron genes de otro organismo para
producir las características deseadas", explicó la especialista, quien
detalló: "Puede ser un ser vivo, animal o vegetal, manipulado en su
material genético con el fin de modificar una o más de sus funciones. Por
ejemplo, ser resistente a un pesticida, como sucede con la soja y el
maíz".
Así es que el cultivo transgénico es una
especie modificada genéticamente, incorporando un gen de otra especie. El nuevo
genoma tiene nuevas actividades y, por lo tanto, puede generar un pesticida
natural de la propia planta, poseer un gen de crecimiento rápido, o uno para
obtener mayor resistencia a la fermentación posterior a la cosecha. Así vemos
cómo este tipo de semillas transgénicas se patentan, y se transforman en una
"propiedad privada".
Los productos transgénicos se caracterizan por
ser muy estéticos, duran meses después de la cosecha y son grandes. Cabe
aclarar que, en general, la planta es grande pero las raíces son pequeñas,
están llenos de agroquímicos y vacíos de nutrientes (especialmente
antioxidantes), y no tienen el gusto ni el olor de los productos que crecen sin
modificaciones genéticas.
Más lindo, pero con menos nutrientes y más
enfermedades
Cultivos transgenicos 1170 1
Shutterstock
"Los suelos de los cultivos transgénicos y
los de monocultivos no tienen minerales ni forma de reciclaje para que sigan
produciendo. Además, son suelos resecos por el sol, dado que ya no quedan los
árboles para mantener el ecosistema y el microclima", definió la especialista.
Tanto es así que la Pampa húmeda de nuestro país ahora se transformó en un
espacio sin animales, con temperaturas y vientos completamente diferentes, que
secan los suelos.
Cada vez son menos los nutrientes del
monocultivo transgénico. Rodríguez Zía destacó que en la Universidad de Texas,
en Estados Unidos, "en el año 2004 se estudiaron la frutilla y el maíz, y
en ellos se encontró una disminución muy marcada de proteínas, calcio, fósforo,
hierro, vitamina B y vitamina C" y subrayó: "En esos informes se
afirmaba que comer una manzana en 1940, considerando sus nutrientes, equivalía
a comer tres manzanas en 1991".
En la misma línea, a partir de la revolución
verde, disminuyó enormemente la oferta de variedad de alimentos naturales a la
población. Esto hizo que los pocos alimentos que se cultivan a su vez se
industrialicen para vender productos cada vez más baratos.
"Es el caso del maíz –mencionó Rodríguez
Zía–, en lugar del cual se distribuyó un producto llamado jarabe de maíz, que
no aporta ningún nutriente al organismo, tiene calorías vacías, es barato,
adictivo y se incorpora a una infinidad de alimentos industrializados".
El jarabe de maíz de alta fructosa no es inocuo
dado que el monocultivo del maíz se hace repleto de pesticidas. Además es transgénico,
es más dulce que el azúcar y genera en el cerebro una tendencia adictiva con
cambios neuroquímicos.
Tras asegurar que este producto "comienza
a actuar desde que el bebé está en la panza de la mamá, dado que atraviesa la
placenta", Rodríguez Zía explicó que "así empieza a formar un cerebro
con receptores que lo reconocen, para cuando esa persona esté ingiriendo
alimento fuera del vientre materno". El jarabe de alta fructosa se
encuentra en el ketchup, en panes, galletitas y postres, hasta en hamburguesas,
salchichas y jugos light. Dentro de los alimentos industrializados, lo invade
casi todo.
La manipulación empieza en la góndola
Consumo gondola supermercado 1170 2
Ministerio de Economía
¿Somos libres cuando compramos los alimentos
que consumimos?, se preguntó Rodríguez Zía, para luego explicar que "las
manipulaciones alimentarias son todas las modificaciones que el ser humano hace
en forma artificial con los alimentos, desde cocinarlos, refinarlos, agregarles
aditivos o modificarlos genéticamente".
"Un ejemplo claro de manipulación
alimentaria lo podemos ver en los kioscos. Este es un negocio especialmente
diseñado para tentar a los niños y adiestrarlos en el consumo de sustancias
industrializadas", consideró la especialista. Y continuó: "De este
modo, contiene todo tipo de productos refinados llenos de calorías vacías, que
pueden generar una adicción tan fuerte como el tabaco: bebidas gaseosas y
productos llenos de colorantes, aromatizantes, saborizantes, azúcares y grasas
industrializadas. Nos manipulan desde la vista, el oído, el gusto, el olfato y,
fundamentalmente, desde la emoción".
Para Rodríguez Zía, el supermercado también es
un espacio engañoso, en donde nos transformamos en detectives, "tratando
de discernir entre las maravillas que publicitan y la verdad de las etiquetas,
que muchas veces ni siquiera están". Lo mismo sucede con los sobrecitos de
azúcar, en los que en ocasiones no figura la fórmula del edulcorante que se
está consumiendo.
"A través de estas manipulaciones, comemos
galletas que se informan como diet y libres de ácidos grasos trans, pero que
están llenas de jarabe de alta fructosa, aceites hidrogenados, azúcar refinada,
sal y harina refinada", sintetizó.
Pesticidas sin control
La OMS reconoció que la toxicidad de un
agroquímico se evalúa por un criterio que está totalmente desactualizado,
porque fue creado hace cien años. Este criterio es denominado "dosis letal
50", porque causa la muerte de cincuenta ratas en catorce días.
"En este caso, se evalúa una dosis máxima.
No se calcula una mini dosis consumida durante mucho tiempo, y no se usa un
criterio acumulable, que es subletal, y que va enfermando lentamente. No en
catorce días, sino en años, y no a ratas, sino a seres humanos", alertó la
especialista, quien destacó que "tanto la OMS como la ONU declararon que
este patrón internacional estaría relacionado con un tercio del cáncer en la
población mundial, debido a la dieta".
Rodríguez Zía reconoció que "las
enfermedades provocadas por los cultivos transgénicos y llenos de pesticidas
están totalmente demostradas en relación a malformaciones congénitas,
infertilidades y abortos, alteraciones del sistema nervioso central, con
cuadros característicos parecidos al Parkinson, alteraciones alérgicas e
inmunológicas. Incluso hay casos de autismo relacionados con la droga
Endosulfán (pesticida), y cánceres vinculados con compuestos organoclorados y
organofosforados".
"En los EEUU hay evidencia científica que
relaciona a los pesticidas con las alteraciones del comportamiento de los
niños, la disminución de la cognición y el cáncer pediátrico"
Incluso, en Estados Unidos, hay evidencia científica
que relaciona a los pesticidas con las alteraciones del comportamiento de los
niños, la disminución de la cognición y el cáncer pediátrico.
Los más y los menos contaminados
El dictamen de 2014 de los Estados Unidos sobre
la carga tóxica en los alimentos vegetales frescos que más se consumen, arrojó
los siguientes datos.
Los alimentos más contaminados son:
Manzanas
Uvas
Apio
Duraznos
Espinacas
Pimientos rojos
Pepinos
Tomates cherry
Papas
Arándanos
Lechugas
Ciruelas
Cerezas
Peras
Mandarinas
Zanahorias
Arvejas
Calabaza
Calabacín
Frambuesas
Brócoli
Naranjas
Bananas
Tomates
Sandía
Champiñones
Los alimentos menos contaminados son:
Batatas
Coliflor
Melón
Pomelo
Berenjena
Kiwi
Mango
Espárragos
Cebollas
Arvejas congeladas
Repollo
Ananá
"La vía campesina" engloba a 1500
millones de campesinos, de 69 países. Ellos intentan sacar el velo de la
producción de los alimentos industriales y educar a todo el mundo acerca de lo
que es la alimentación con productos industrializados, versus los productos
ecológicos.
Defienden la producción libre de alimentos y el
cuidado del medioambiente como un derecho humano. Lo ecológico, además, no se
patenta, a diferencia de lo que ocurrió a partir de 1992 cuando la FDA aprobó
las patentes de la semillas transgénicas.
Las cinco claves de la OMS
A medida que aumenta la globalización de los
suministros de alimentos, resulta cada vez más evidente la necesidad de
reforzar los sistemas que velan por la inocuidad de los alimentos en todos los
países.
Es por ello que la OMS ha aprovechado el Día
Mundial de la Salud para fomentar pautas destinadas a mejorar la inocuidad de
los alimentos a lo largo de toda la cadena, desde la granja hasta el plato.
Esto ayuda a los países a prevenir, detectar y
dar respuesta a los brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos. A
continuación, cinco claves para preservar la inocuidad de los alimentos:
1- Mantenga la limpieza
2- Separe alimentos crudos y cocinados
3- Cocine los alimentos completamente
4- Mantenga los alimentos a temperaturas
seguras
5- Use agua y materias primas inocuas
En este sentido, también es importante tener
presente que no es lo mismo limpiar que desinfectar. El doctor Néstor Pérez
Baliño, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina, sumó algunas
recomendaciones a la hora de manipular los alimentos:
- Utilizar agua potable resulta indispensable
para enjuagar los alimentos que se vayan a consumir.
- Lavar todos los utensilios que se usen, con
agua caliente y detergente.
- Para evitar intoxicaciones, evitar colocar
venenos o insecticidas en envases de alimentos o bebidas.
- Guardar los productos de limpieza del hogar
en envases rotulados y con las instrucciones exactas. Para esto es importante
conservar sus etiquetas originales.
- Evitar almacenar los productos de limpieza o
insecticidas junto con los alimentos.
- Lavarse bien las manos después de manipular
insecticidas, limpiadores, etc.
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