América Latina frente al salto
tecnológico
EL UNIVERSAL - miércoles, 22 de abril de
2015
En las
últimas décadas el mundo ha confrontado un salto tecnológico de gigantescas
proporciones.
El mismo sigue su marcha en progresión
geométrica, amenazando con desactivar la capacidad de reacomodo que desde hace
más de 200 años viene evidenciando la economía cada vez que se ve confrontada
al reto tecnológico.
Como bien señalan Erik Brynnjolfsson y Andrew
McAffe cuando el cambio tecnológico se produce con mayor rapidez que la capacidad
de ajuste al mismo se puede llegar a un cataclismo social, sobre todo si como
ha ocurrido en la última década el cambio no afecta a un solo sector productivo
sino a todos al mismo tiempo.
Race Against the Machine
Primero vino el salto cuántico en las
tecnologías de la información, las telecomunicaciones y el transporte. Al
amparo de éstas se establecieron las llamadas cadenas de suministro. Estas
permitieron que las distintas fases de un mismo proceso de manufactura se
llevaran a cabo en distintos países, buscando la mano de obra más barata para
cada componente a fabricarse.
La posibilidad de movilizar y dar seguimiento
logístico a infinidad de componentes moviéndose en diferentes direcciones antes
de llegar a su fase de ensamblaje final, revolucionó los procesos productivos.
Luego vinieron las llamadas cadenas globales de valor. Estas permitieron que la
prestación de servicios, que hasta entonces había estado encapsulada al nivel
doméstico, pudiera proyectarse globalmente.
Nuevamente las tecnologías de la información y
las telecomunicaciones abrían fronteras, permitiendo que los servicios pudieran
vencer el reto de la distancia. En virtud de ambos fenómenos infinidad de
empleos de cuello azul y de cuello blanco desaparecieron del mundo desarrollado
para ser creados en el mundo en desarrollo. Para responder a la competencia de
menores costos que ellas mismas habían creado, las corporaciones del mundo
desarrollado se adentraron en tecnologías supresoras de empleo en sus propios
países.
A través de la robótica, la inteligencia
artificial o la impresión 3-D, entre otras, se ha ido avanzando
exponencialmente en el campo de la tecnología digital. Lo fundamental de ésta
es que una vez que los procesos productivos logran ser codificados pueden a la
vez ser digitalizados y una vez digitalizados pueden ser reproducidos
indefinidamente, haciendo marginal el costo de nuevas aplicaciones.
El abaratamiento de las tecnologías supresoras
de empleos en el mundo desarrollado avanza a tal velocidad que sus costos van
camino a hacerse rentables en el propio mundo en desarrollo. No en balde China
comienza a introducir robots industriales en sus propias fábricas. Este proceso
afectará a las economías emergentes no sólo en el sector de las manufacturas,
sino también en el de los servicios. También la biotecnología, la
bioelectrónica y la nanotecnología evidencian saltos exponenciales que amenazan
con la destrucción de empleos en países ricos y pobres por igual.
América Latina
¿Cómo afecta todo esto a América Latina? Según
señalaba el Banco Interamericano de Desarrollo sus economías de dividen en dos
grupos: las tipo México y las tipo Brasil. Las primeras son aquellas que
reorientaron sus economías hacia las industrias maquiladoras y de ensamblaje
teniendo a EE.UU. como su principal mercado. En este grupo se encuentra no sólo
el país azteca sino también América Central y República Dominicana.
Las tipo Brasil, en donde cae toda América del
Sur, se caracterizan no sólo por su dependencia fundamental frente a los
recursos naturales sino por una mayor diversificación de sus mercados. Es
evidente que las tecnologías supresoras de empleo afectaran esencialmente a las
economías tipo México. Éstas, ya de por sí sometidas al reto de las cadenas
productivas asiáticas, deberán enfrentar en fecha no lejana el impacto de una
tecnología que puede hacer redundante a su mano de obra intensiva.
Las economías tipo Brasil perderán una gran
oportunidad en el área de los servicios a distancia. Para países que
encontraban limitadas sus opciones industriales, ésta constituía una
interesante opción de diversificación económica que ahora difícilmente se
materializará. Sin embargo el riesgo fundamental para estas economías viene
dado por tecnologías que afecten la viabilidad de sus recursos naturales.
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