¿Cuándo se frenó la innovación en los ‘smartphones’?
El Confidencial - abril de 2015
"Un déjà vu,
está todo visto". El análisis de The Verge del HTC One M9 fue demoledor, y
que nadie piense que fue por un pobre rendimiento o alguna función
decepcionante. Fue simplemente por algo que cada vez estamos padeciendo más en
el mercado: los móviles son todos iguales.
Sí, uno puede considerar que el
nuevo iPhone cuenta con sensor de huella o el último grito de Xiaomi echa el
resto en lo que se refiere a capacidad de procesador, pero lo cierto es que
hace ya tiempo que los móviles han dejado de sorprender al usuario. Parece que
los fabricantes han llegado al límite en lo que a innovación se refiere y ahora
los esfuerzos pasan por afinar el rendimiento y prestaciones para ofrecer una
experiencia óptima de uso al comprador.
En realidad, con los smartphones
sucede algo que hemos visto ya en otro tipo de productos, en lo que romper
moldes resulta tan arriesgado que prácticamente nadie se la juega.
Pero lo cierto es que el móvil se
ha convertido ya en una commodity y las mejoras que se van incorporando con las
sucesivas versiones son simplemente evoluciones incrementales de las
prestaciones del equipo. IDC se hizo eco de este extremo en un informe en el
que destacaba que la innovación en el segmento de los móviles no sólo había
decrecido, sino que parecía haberse situado en una extraña línea plana.
Sin embargo, el consumidor es un
devorador de novedades insaciable y los fabricantes se han visto obligados a
dejar que la imaginación se extienda en aquellos productos que se conectan con
un móvil que parece haberse quedado en vía muerta. Un buen ejemplo de esto ha
sido el timorato arranque de los wearables, unos dispositivos que aportan un
gran valor añadido a unos smartphones ya sin capacidad de evolución.
Samsung contra todos
La reciente edición del Mobile
World Congress (MWC) de Barcelona ha sido un buen exponente de la conversión de
los móviles en un elemento anodino, necesario pero anodino. Mejoras en cámara,
procesador, sistemas de identificación… pero realmente nada nuevo que marque la
diferencia. Hasta Apple, que en esto parece jugar en otra liga, ha conseguido
que sus diferentes versiones sean una exitosas evoluciones de lo anterior,
aunque su cliente las recibe con los brazos abierto.
Mencionábamos antes el MWC porque
precisamente en ese certamen un fabricante ha dado la voz disonante con un
smartphone que ha roto moldes: el Galaxy S6 Edge. El arriesgado equipo de los
coreanos se llevó de calle el título de “mejor móvil” del certamen, en una
extraña combinación entre la renuncia de sus rivales a pelear en el campo de la
innovación y los evidentes méritos propios de quien apuesta fuerte en este
terreno.
En este sentido, Eduardo
Rodríguez, Director de Consumo de IT de Samsung España acusa de esta atonía en
el mercado a lo que él califica como “ensambladores de productos”. Según el
directivo, se trata de “empresas que compran componentes, los ensamblan y lanzan
al mercado de forma muy similar entre ellos. Esta tendencia permite ofrecer
diversas alternativas pero sin incorporar grandes novedades ni
diferenciaciones”.
Esta sea posiblemente una buena
explicación de por qué todos los móviles son tan parecidos cuando se sostienen
en las manos. Aunque otra de peso, y mucho además, es la cuestión económica:
innovar es caro, muy caro, y son pocas las marcas con el suficiente músculo
financiero para aventurarse en estas aguas.
El S6 Edge ha destacado
precisamente sobre el resto porque en su configuración aporta savia nueva a los
consumidores, o como apunta el directivo, “una auténtica revolución en la
industria”. Y el esfuerzo no ha resultado barato. Rodríguez reconoce que los
costes de desarrollo únicamente se podrán rentabilizar si hay “ventas
millonarias” del producto para alcanzar el codiciado break-even. El gigante
coreano se jugaba sus cuartos ante el riesgo de terminar como un fabricante más
de dispositivos Android, pero ha optado por la evolución tecnológica como
camino de futuro, y la buena noticia es que muchos de los avances han
sorprendido.
“Todo el sistema de cámara
incluyendo ópticas, sensor o software, toda la parte de gestión de batería, de
eficiencia de procesador, de soluciones de carga, van a ser unas
características que se irán incorporando en la familia Samsung en productos
posteriores”, desvela a Teknautas el directivo de la firma coreana.
¿Serán finalmente todos los
móviles del futuro iguales? Hemos comprobado que el equipo de Samsung es una
buena muestra de que nuevos modelos son posibles, pero por el momento parece
poco probable que el resto de los fabricantes se apunten a este costoso
esfuerzo. Hay otro elemento más en su contra: las patentes. IPWatchdog pone el
dedo en la herida al evidenciar una realidad: es tal la vigilancia mutua
existente en el mercado y las ganas de hacer dinero fácil a cuenta de una
vulneración de patentes, que los fabricantes van optando por lo seguro.
Desarrollar móviles sin compromisos y mejorando poco a poco sus prestaciones.
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