El trinomio que da significado a
un nuevo concepto: omnipreneurship
FORBES, 15 de Octubre del 2015
Parece que estamos encontrando fórmulas
para enfrentar los grandes retos, llegar a un balance adecuado en que se
procura el éxito personal y el de aquellos que están cerca de nosotros.
No hay la menor duda, el mundo
está enfrentando grandes retos: los cambios tecnológicos, la interconexión
acelerada… Los avances en la ciencia engrandecen al ser humano, sí, pero
también hay grandes contrastes. El cambio climático, la pobreza, la iniquidad,
la inseguridad, la falta de alimentos, el descuido del que hemos hecho víctima
a nuestro planeta nos enfrentan a realidades muy duras. Algunos prefieren
volver el rostro en otra dirección. Fijar la mirada en estos grandes problemas
se ha convertido en uno de los retos más relevantes de nuestros tiempos. Angus
Deaton, Premio Nobel de Economía 2015, fue galardonado por sus estudios sobre
consumo, bienestar y pobreza. Thomas Picketty habla sobre desigualdad económica
y distribución de la renta. Sin embargo, debemos recordar que la solución de
estos graves problemas inicia en lo individual, y es por ello que el concepto
de omnipreneurship llamó mi atención.
Cuando cada uno de nosotros,
desde el plano personal, podemos tomar las riendas y decidir que podemos
inspirarnos y alcanzar a otros; al hacer conciencia del dominio que tenemos
para superar nuestras propias ambiciones y llevarlas a un plano más noble y
superior, y a partir de ello logramos mejorar nuestro entorno y el de los
demás, entonces caemos en la cuenta: somos capaces de generar una fuerza
transformadora y generar significado. Al menos así lo ve Paul Pole, CEO de
Unilever, al referirse al Método Omnipreneurship de Amr Al-Dabbagh, un exitoso
empresario saudí.
No, no son teorías románticas, ni
ecuaciones matemáticas que intentan confirmar hipótesis económicas.
Omnipreneurship es un método puesto en marcha, con éxito, en las empresas del
propio autor, adoptadas por la filosofía de Unilever y que forman parte de la
propuesta educativa de la Universidad de Berkeley. Es una aproximación para
imprimir significado a nuestro quehacer diario, lo mismo en forma personal que
profesional. Es un procedimiento concreto para dar significado basado en un
conjunto de principios que resulta sorprendentemente eficaz.
Ejecutivos, emprendedores y
empresarios hemos estado muy centrados en la consecución de logros, en alcanzar
objetivos, en llegar a las metas trazadas, en triunfar. En el camino hemos
dejado algunos sueños, olvidado otros y relegado algunos valores. Muchos se
encuentran empolvados o se abandonaron hace mucho tiempo, otros brillan
tímidamente y quedan como una aspiración fantástica que vemos difícil de
realizar. Algunos se encuentran agobiados porque a la mitad de la ruta se
toparon con el espectro más temido: el fracaso, y se imaginan que es un estado
permanente de vida, una trampa mortal de la que no podrán escapar. La buena
noticia es que ni el éxito ni el fracaso son permanentes.
La visión de Amr Al-Dabbagh
tiende líneas de acción en varias direcciones. Establece estrategias que
diversifican la probabilidad de triunfar, abarcando diferentes sectores de la
vida. La victoria no se alcanza únicamente en el terreno profesional o de
negocios. Omnipreneurship es una visión integral que aplica para actividades
empresariales, filantrópicas, servicio gubernamental, gente de fe, ámbito
familiar, los que practican algún deporte, es decir, todo lo que un ser humano
es, independientemente del modo que tenga de ganarse la vida. Así, de la misma
forma en que la teoría de portafolios diversifica el riesgo, omnipreneurship
diversifica las posibilidades de llegar a la meta y la vuelve más factible.
Así, si algún ámbito de la vida no va bien, otros sí serán motivo de
satisfacción y servirán de impulso para que ese sector que anda mal, se renueve
y encuentre una forma de salir adelante.
Tal como Porter centró su método
en el cliente y Osterwalder en la creación de valor, Al-Dabbagh lo centra en el
significado. Omnipreneurship es un modelo que se sustenta en elegir tres
principios rectores, cinco valores directores y 10 reglas básicas. Esta
urdimbre forma una técnica integrada, orgánica y holística para abordar el
trabajo y la vida. Cada quien deberá construir su propio sistema eligiendo cada
uno de los elementos que le sean más cercanos, más congruentes y más
realizables, teniendo en cuenta que lo que se busca es dar un significado.
Los principios elegidos por
Al-Dabbagh para su propia gestión son:
Dar: Ya que para él es ése el
mejor vehículo para facilitar significado a cualquier actividad. Cada quien da
aquello que le es accesible: tiempo, recursos, conocimiento, dinero. Dar es una
forma resiliente de empatizar, de entender.
Ganar: Es la manera de reunir el
combustible y los recursos para desarrollarse. Ganar es la energía que impulsa
hacia adelante. Se puede ganar dinero, conocimiento, reputación, respeto,
sociedad, riqueza. Al ganar encendemos la pira que ilumina a nuestra comunidad
y a nosotros mismos. Ganar es importante y es un elemento sin el cual no
funciona el método.
Apoyar: Se refiere a confiar en
aquel designado para llevar la antorcha. Se trata de creer y permanecer fieles,
pero también de compartir y de no desperdiciar. Es usar aquello que realmente
necesitamos, sin caer en la tentación del derroche. Antes de despilfarrar, hay
que compartir. Es cuidar y proteger la fuente que da riqueza, es decir, lo que
nos es precioso, empezando por el planeta y nuestro entorno próximo, y de esta
forma propiciar la mejora de todos al mismo tiempo.
Resulta muy interesante analizar
el trinomio dar-ganar-apoyar y la propuesta de llegar a un balance adecuado en
el que se procura el éxito personal y el de aquellos que están cerca de
nosotros. Llama la atención que universidades como Berkeley y empresas como
Unilever hayan adoptado este método como una forma de administrar y gestionar
proyectos.
Es esperanzador ver cómo las
preocupaciones de Picketty o de Deaton, en términos de distribución de riqueza,
encuentran eco. Es alentador ver cómo un término como omnipreneurship puede
fundir conceptos de solidaridad, ganancia y éxito. Parece que estamos encontrando
fórmulas para enfrentar los grandes retos de la Humanidad.
Es verdad: para encender el
cambio es preciso tomar las riendas en el plano personal, extendiendo la mirada
al entorno.
Cecilia Durán Mena-A Cecilia le
gusta contar. Poner en secuencia números y narrar historias. Es consultora,
conferencista, capacitadora y catedrática en temas de Alta Dirección. También
es escritora.
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