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martes, 6 de octubre de 2015

industria musical

¿Por qué ni la piratería ni Spotify pueden con Sony Music?


FORBES - martes, 6 de octubre de 2015
Cada vez menos personas compran discos, que fueron por décadas el principal negocio de Sony Music. Hoy, la empresa le da un giro completo al negocio para enfrentar la piratería y las nuevas plataformas de reproducción de música.
A la industria musical le ha llovido sobre mojado a lo largo de su historia. La amenaza de la piratería no ha respetado al formato en casete, disco compacto (CD), ni MP3 y sus descargas digitales. Ocho de cada 10 discos que se comercializan en México son piratas.

Por si fuera poco, internet, a través de nuevos formatos de descarga y nuevas plataformas para escuchar música, ha abierto la puerta a pérdidas millonarias que los mismos empresarios no logran dimensionar en una cifra exacta.

Las amenazas al negocio han propiciado que firmas como Sony Music modifiquen su esquema de negocio y aprovechen las oportunidades de un mercado que demanda nuevas propuestas musicales nacionales e internacionales.

“Sony ha tenido una transformación desde hace una década, cuando se dio una crisis con la piratería, la cual nos obligó y motivó a no sólo ser una empresa de música, sino también a ser una compañía de entretenimiento amplia basada en la música”, dice Roberto López, presidente de Sony Music Entertainment México, en entrevista con Forbes México.

El año pasado, la industria discográfica en México tuvo ingresos por 130.3 millones de dólares (mdd), un descenso en comparación con 2013, cuando los ingresos fueron de 132.1 mdd, de acuerdo con cifras de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés).

Las cifras marcan ya un cambio de tendencia. De los ingresos de 2014, 69.4 mdd provinieron de formatos digitales, mientras que 53.6 mdd de los ingresos totales derivaron de ventas en formatos físicos.

Por eso, hoy los ingresos de Sony Music no sólo dependen de la venta de música en formato físico, sino de una estrategia de entretenimiento de 360 grados, basada en su principal activo: la música.

Uno de los catálogos musicales más amplios, el cobro de derechos, la comercialización de las presentaciones de sus artistas y las plataformas de streaming se han convertido en las principales armas contra las amenazas del negocio.

“Las compañías hemos sobrevivido de vender no sólo música; es una estrategia 360, en donde nos hacemos socios de los artistas y nos involucramos. Ahora tenemos más herramientas”, asegura Guillermo Gutiérrez, vicepresidente y A&R (artists and repertoire) de Sony Music México.
Música sin límites

La aparición de Spotify, Deezer y otras plataformas ha ocasionado una nueva revolución en la industria musical. El contenido sonoro vía streaming pone a prueba de nueva cuenta la capacidad de las empresas para adaptarse al entorno.

Pero el streaming no es un enemigo, sino un aliado para Sony Music. “Todas las grandes disqueras tienen su contrato con los servicios de streaming; eso nos da aire, capital para invertir”, asegura Gutiérrez.

A nivel mundial, los ingresos de la industria por ventas digitales ascendieron a 6,850 mdd durante el año pasado. En la actualidad, 46% de los recursos provinieron de ventas digitales, 46% de la comercialización fija y 8% de comunicación pública, así como sincronización.

Frente a este panorama, Sony ha entrado de lleno al mercado del streaming con su plataforma propia, Music Unlimited, aunque es una propuesta que aún no repunta de forma considerable en el mercado.

La oportunidad es grande a nivel global. Se calcula que existen 41 millones de usuarios de pago, lo que representa un cambio significativo en comparación con el año pasado, cuando este número era de 28 millones de personas.

En el país, la venta de discos físicos para Sony Music es de 45% y 55% por concepto digital por servicios como descarga y música en tiempo real.

Para Sony, el pastel digital no es tan grande por una canción, pero sí en un mercado que demanda más contenidos. Si una canción cuesta un dólar, 25% se lo queda Spotify o iTunes, luego 10% es del copyright, un 15% o 20% del intérprete, el productor cobra entre 2 y 5%, y el resto el gobierno (impuestos).

Por esta razón, Sony Music apuesta por diversificar y entrar de lleno a otro tipo de conceptos, como Primera Fila, que es un producto en el que produce, orquesta y comercializa conciertos especiales, y que ya es una de las nuevas fuentes de ingresos para la disquera.

El ejemplo de éxito más palpable de esto ha sido Vicente Fernández y Los Ángeles Azules (en coproducción con Ocesa). El año pasado, medio millón de copias del disco en vivo de este grupo marcaron ventas récord para la firma.

La empresa no quiere quedarse fuera de un negocio que en México representa cerca de 2,000 mdd, cifra que incluye conciertos y presentaciones, así como otros productos del artista.
El sonido de las ganancias

“Somos una compañía muy rentable. A nivel mundial seríamos de las top tres del mundo para Sony, si no es que la uno”, presume Guillermo Gutiérrez.

En la actualidad, la empresa crece 4% anual, y en la comercialización de discos posee entre 40 y 46% del mercado. Un 54% de los artistas locales cuenta con un contrato con Sony. Ése es el poder de la japonesa.

“La industria de la música está atravesando al mismo tiempo la transición del formato físico al formato digital, de la computadora a los dispositivos móviles, y de las descargas al streaming. En ese contexto, creo que estamos teniendo un desempeño extraordinario, y que de la mano del modelo de suscripciones de pago estamos construyendo un negocio que llegó para quedarse”, dice Edgar Berger, presidente y director ejecutivo de la división internacional de Sony Music Entertainment.

Para Guillermo Gutiérrez, vicepresidente de la empresa, la búsqueda de talento es el pilar que sostiene un imperio musical que se diversifica cada vez más.


Por eso, el presidente de Sony Music no parece preocuparse mucho por un cambio de formato de casete a CD o las nuevas aplicaciones digitales, ya que lado B del disco que ha permitido sortear la crisis de la industria no ha cambiado mucho: “Nuestro core business siempre es generar buena música, ser la conexión entre el talento y el músico. Si no tenemos una buena canción, los demás negocios pueden concretarse. Esa sigue siendo nuestra prioridad. Pero a pesar de la transformación tenemos que decir: ‘back to basics’ también.”

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