Los que ahorraron en el auge
ahora pueden amortiguar la caída del crudo
The Wall Street journal Lunes, 12 de Octubre de
2015
LIMA—El desplome de los precios
de las materias primas está golpeando a los exportadores de petróleo en todo el
mundo, pero la magnitud de la paliza depende en gran parte de si los gobiernos
aprendieron las lecciones de los ciclos anteriores de auge y caída.
Noruega y Arabia Saudita han
acumulado montos considerables en fondos de estabilización y gestionaron en
forma conservadora las ganancias imprevistas producidas durante el boom. Ahora,
tienen un colchón considerable para hacer frente a una caída de los precios.
Nigeria y Venezuela, en cambio,
derrocharon sus recursos e hicieron pocas reformas económicas mientras la
cotización del crudo estaba en alza. Ahora, sufren las consecuencias de un
menor crecimiento.
El fin del auge de las materias
primas afecta a los países ricos en recursos naturales que representan 20% de
la producción económica mundial. El descenso de la cotización del petróleo
ayuda a algunos de los mayores consumidores, como EE.UU. y Europa, que son
clave para impedir que la economía global entre en recesión, pero ha generado
menos estímulo mundial que lo que se preveía hace apenas un año. Esto obliga a
las economías más vulnerables a tener que buscar soluciones en un entorno
incierto.
“La caída del precio del petróleo
fue una sorpresa”, dijo el ministro de Finanzas de Angola, Armando Manuel.
“Encontró a mi país en un estado en el que no estábamos lo suficientemente
diversificados”.
El colapso de las materias primas
y sus efectos sobre las economías emergentes captaron la atención de los
ministros de Hacienda y banqueros centrales reunidos en Lima durante el fin de
semana para la reunión anual del Fondo Monetario Internacional, que terminó el
domingo.
El problema no se limita al
crudo, sino que abarca a las principales economías emergentes, de Brasil a
Sudáfrica. Los precios de los metales siguen postrados, lo que afecta a los
exportadores de hierro, cobre y otras materias primas industriales.
Los padecimientos de los
exportadores de petróleo pueden ser un preludio de lo que les aguarda a otros
grandes exportadores de commodities. El FMI redujo de más de 6% hace un año a
4% la proyección de crecimiento para 2015 de Nigeria, que antes del derrumbe
obtenía casi 65% de sus ingresos de las exportaciones de crudo. Igualmente, el
crecimiento de Kazajistán caerá de 6% a 1,5% este año. En Venezuela, donde el
Estado recibe la mitad de sus ingresos de las ventas de petróleo, la economía
retrocedería 10% este año, según el FMI.
Nadie espera que el derrumbe de
los precios del petróleo se disipe muy pronto, lo cual proyecta una larga
sombra sobre los países que dependen de las exportaciones del combustible. La
demanda ha disminuido, sobre todo tras la desaceleración de China, la segunda
economía del mundo y un consumidor voraz de energía.
A pesar del leve repunte de la
semana pasada, muchos economistas y operadores prevén que los precios del
petróleo se mantengan bajos debido al exceso global de suministro. “No hemos
tocado fondo todavía”, advirtió Ed Morse, jefe global de investigación de
materias primas de Citibank.
Los países en aprietos fueron
advertidos a tiempo. La idea de una “maldición de los recursos” ha perseguido a
los exportadores de materias primas durante décadas. Numerosos países
establecieron fondos de estabilización, aunque en muchos casos “fueron
saqueados por los gobiernos de turno”, dijo Nancy Birdsall, presidenta del
Centro para el Desarrollo Global.
Aunque los países ricos en
recursos naturales redujeron el gasto, el FMI estima que el déficit fiscal
promedio de esas naciones se ha disparado en casi 7% del PIB, un agujero de
financiación del que no es probable que puedan salir rápidamente. En el caso de
algunos países de Medio Oriente y el Norte de África, la pérdida de ingresos
asciende a una cuarta parte del PIB, calcula la entidad.
Las petroleras estatales que
llenan las arcas nacionales aprovecharon la deuda barata para financiar
costosos proyectos de producción. Ahora, el plan de la Reserva Federal de
EE.UU. de elevar sus tasas de interés está aumentando los costos de endeudamiento,
al mismo tiempo que las perspectivas de crecimiento se atenúan. Eso es lo que
está echando sobre los hombros de los contribuyentes la deuda de petroleras
estatales como Petróleos de Venezuela SA, cuyas obligaciones representan más de
20% del PIB venezolano, o de Petróleos Mexicanos, cuya deuda es de casi 15% del
PIB del país.
Un factor que agrava la situación
es que los inversionistas se están retirando en masa. El Instituto de Finanzas
Internacionales estima que, durante este año, el monto de los fondos que salen
de los mercados emergentes superará a los ingresos en US$500.000 millones,
marcando el primer gran éxodo de capitales de los países en desarrollo en casi
tres décadas.
“Las condiciones financieras
tienden a empeorar significativamente precisamente en momentos en que los
exportadores de materias primas necesitan financiamiento”, dijo Vitor Gaspar,
director del departamento de Finanzas Públicas del FMI.
Algunos países están tomando
decisiones difíciles sin dilación. Angola, que obtuvo alrededor del 90% de sus
ingresos de la venta de crudo, recortó el precio del petróleo en su presupuesto
de US$98 el barril el año pasado a US$40 este año, reduciendo el gasto público
en hasta 50%.
Hace un año, el gobierno dedicó
US$550 millones al mes para subsidiar el gasto en combustible de la población.
Ahora, recortó el subsidio a US$140 millones mensuales. En la capital, Luanda,
el gobierno está aplazando algunas inversiones en infraestructura, dijo Manuel.
“La crisis es para nosotros una
oportunidad de avanzar hacia un gasto público más eficiente”, observó el
ministro de Finanzas.
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