Relaciones positivas: la clave
del éxito en tu negocio
FORBES-Lunes, 26 de octubre de 2015
¿Cómo lograrlas? Te hago 5
sugerencias que he comprobado dan buenos resultados para crear relaciones
positivas en el grupo de trabajo, lo que ayuda a tener equipos en verdad
productivos, cuyas acciones impactan en el resultado final del negocio.
En cierta ocasión, mientras
revisaba mi muro de LinkedIn, recibí la invitación de un usuario con el nombre
de César Carrasco. Al echar un vistazo al perfil, me di cuenta que se trataba
de un ex alumno a quien tuve la oportunidad de dar clases hace como siete años,
durante un diplomado en marketing. Cómo olvidarlo: era de los más
participativos, de esos alumnos que estimulan la participación de sus
compañeros al exponer una idea y abrir las puertas al debate; me atrevería a
decir que, incluso, era poseedor de grandes dotes de liderazgo que bien pude
notar durante el tiempo que tuvimos de convivencia.
Me dio gusto volver a saber de
él… es increíble cómo las redes sociales nos han permitido volver a “conectar”
con distintas personas a las que, por una u otra razón, dejamos de ver y que
fueron parte de nuestra vida cotidiana. Yo he vuelto a saber de varios de mis
ex compañeros de escuela, ex alumnos y hasta parientes distantes a través de
redes sociales como Facebook o LinkedIn.
En fin, luego de intercambiar
algunos mensajes con César a través de este canal de comunicación, nos vimos
personalmente para saludarnos y platicar. Él vive ahora en Monterrey, donde
además están las oficinas de una agencia de publicidad de la que es socio
mayoritario, aunque –me comentó– continuamente viaja a la Ciudad de México,
pues además de que sus padres viven aquí, tiene varios clientes y prospectos de
negocio a los que visita regularmente.
Durante nuestro encuentro me
platicó de cómo inició su negocio, así como de proyectos muy interesantes que
trae con ciertas marcas, algunas nada despreciables. También me comentó el porqué
de su presencia en la ciudad, por aquellos días. Pues resulta que tuvo que
venir personalmente a hacer la presentación de una propuesta de negocio, porque
no pudo enviarla vía e-mail antes de la fecha límite, así que para no perder la
oportunidad de seguir siendo considerado, habló con su posible cliente y le
pidió le permitiera presentarla directamente en una reunión con todos los
involucrados, para evitar que la demora lo dejara fuera del concurso o que se
viera manchada la imagen de su negocio.
Pero, ¿qué había sucedido? César
había salido a Guadalajara por unos días y organizó a su equipo de trabajo para
que preparara la propuesta, de manera que él sólo llegaría a afinar detalles.
Pero se llevó una decepcionante sorpresa cuando al regresar a Monterrey se dio
cuenta de que la propuesta final no se había integrado; de hecho, faltaban
bastantes cosas por agregar.
Aunque el equipo de trabajo
parecía haber entendido todo a cabalidad, en ausencia de César más de uno había
querido asumir la batuta y todo terminó en dimes y diretes, molestias y
críticas que generaron un ambiente tenso en el que ya no fue posible trabajar,
así que él decidió terminar la propuesta con sólo un par de colaboradores más.
Sin embargo, me decía: “Héctor,
¿qué voy a hacer ahora que regrese?, ¿cómo voy a lograr que las relaciones
entre todos vuelvan a un estado armonioso de forma que no afecten más mi
negocio?”
Durante mi experiencia en varias
organizaciones he sido testigo de situaciones como éstas, en que más allá de
roces entre dos personas, los equipos de trabajo se vuelven literalmente un
campo de batalla donde todos tiran a matar, critican el trabajo de los demás
sin bases estratégicas y bloquean el flujo para llegar a las metas.
Por ello me permití dar a César
algunas sugerencias que yo mismo apliqué en mis departamentos o áreas de
trabajo, y que, puedo afirmar, dan buenos resultados:
Logra una comunicación clara y
aprende a escucharlos: Como líder del equipo es importante que les hagas saber
lo que tú esperas de cada uno de tus colaboradores, de manera que todos sepan
que tú estás consciente de sus talentos y posibilidades. Animarlos verbalmente
es una buena manera de estimular su trabajo e impulsarlos a enfrentar sus
propios retos. De igual forma, procura escuchar lo que tienen que decir sobre
ti, la organización y sus compañeros de equipo; no juzgues su percepción y
sentir, sólo atiende sus preocupaciones.
Sé un verdadero líder:
En pleno
siglo XXI, aún existen quienes consideran que ser jefe te convierte
automáticamente en líder, lo cual no es cierto. Un verdadero líder no tiene que
ser autoritario, reprender, amenazar o estar detrás de sus colaboradores para
que cumplan sus tareas; más bien expresa claramente sus ideas, involucra a sus
colaboradores y convierte cada proyecto en el proyecto de todos.
Delimita los roles y
responsabilidades:
Una organización sana requiere de una definición funcional
de los puestos de trabajo, de manera que las actividades estén claramente
asignadas; así no existen posibilidades de conflicto al momento de generar
resultados. Cuando una organización carece de esto, se generarán conflictos
entre los colaboradores, en los que seguro escucharás la “célebre” frase de
“eso no me tocaba a mí”.
Reconoce el trabajo de cada uno y
haz que entre ellos también lo hagan:
Varias de las molestias que se llegan a
generar entre los equipos de trabajo tienen que ver con este punto. A veces,
cuando alguien saca esto a colación, sólo recibe una respuesta como “pues para
eso te pagan”. El reconocimiento basado en los talentos de cada miembro del
equipo y sus resultados en la organización pueden resultar en la generación de
buenas relaciones.
Celebra con tus colaboradores:
Celebra todo lo que sea posible, desde el cumpleaños de tus colaboradores hasta
sus logros personales y profesionales, y, desde luego, los relacionados con el
negocio, como la llegada de un nuevo cliente. Destinar pequeños espacios para
esto ayuda a generar un mejor clima laboral y de mayor confianza.
Ten presente que la manera como
cada colaborador se siente con relación a sus compañeros de equipo puede
afectar la productividad y eficiencia con la que se consiguen las metas de
negocio planteadas. Las relaciones positivas en el equipo de trabajo ayudan a
crear precisamente equipos verdaderamente productivos, cuyas acciones impactarán
en el resultado final de la compañía.
Una frase célebre de Sam Walton,
fundador de Walmart, dice: “Los líderes sobresalientes salen de su camino para
potenciar la autoestima de su personal. Si las personas creen en sí mismas, es
increíble lo que pueden lograr.”
Como cabeza de la organización y
su líder, tienes la tarea de construir este tipo de relaciones que lleven a tus
colaboradores no sólo a lograr sus propias metas profesionales, sino también a
trabajar exitosamente para llevar a la cima a tu organización.
Héctor Meza-Director General de
InfoSol. MBA y Consultor en Comunicación. Fue Vicepresidente en IBM de México y
Presidente y VP Corp. en Motorola para México, Centroamérica y el Caribe.
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