Cuidado, llegan los ‘knowmads’
Cinco Días - jueves, 8 de octubre
de 2015
El mundo tendrá forma de reloj de
arena. Lo dicen los expertos, tras analizar distintas variables, pero la
principal es que todas las personas del planeta gracias a las nuevas tecnologías,
que llegarán a los lugares más insospechados, a la globalización y a la
hiperconectividad podrán formar parte del tramo superior de la pirámide. Lo que
determine el futuro de una persona no dependerá, dicen, del entorno de
nacimiento, ni de crecimiento, sino de las ganas que cada uno tenga de ascender
en el mundo laboral. Se entra de esta manera en la era de la meritocracia. El
escenario para que todo esto estalle es 2020, que es cuando Google estima que
casi toda la población del mundo estará conectada a internet. Y es ahí, donde
los mismos expertos dibujan el perfil de un nuevo profesional, el knowmad.
El término es un neologismo que
combina las palabras know (conocer, saber) y nomad (nómada), concentra las
características que ha de tener esa persona para hacer frente a los nuevos
retos profesionales, ser un nómada del conocimiento. La definición fue creada
por el experto en mercado laboral John Moravec, fundador de Education Futures
LLC, para referirse a los trabajadores nómadas del conocimiento y de la
innovación. Este tipo de profesional se caracteriza por ser innovador,
imaginativo, creativo, capaz de trabajar en colaboración con casi cualquier
persona, en cualquier momento y lugar. Porque un knowmad es valorado por su
conocimiento personal, lo que le proporciona una ventaja competitiva con
respecto a otros trabajadores.
“No es una moda, ni un término
pop-up que nace, eclosiona y rápidamente muere. A la palabra knowmad le pasa
como a millenial, sirve para designar algo, pero lo que le mantiene y mantendrá
en el tiempo es la riqueza de contenido y masa real (cantidad de gente) que
tiene detrás”, afirma la profesora en marketing digital del IEDE Business
School, Raquel Roca, autora del libro Knowmads, donde sostiene que todo aquel
que viva en esta era está llamado a desarrollar una serie de destrezas y
habilidades para desenvolverse en un mundo “hiperconectado e
hiperdigitalizado”.
Respuesta a la automatización
Sirva un estudio elaborado por el
banco ING-DiBa que predice que en solo dos décadas los robots coparán 18
millones de empleos en Alemania, cerca de la mitad del total. El desarrollo de
la robótica permitirá a la industria reemplazar el 59% de los puestos actuales
de trabajo por robots, parece ser que más productivos y rentables que los humanos.
Sin embargo, por mucho que avance la tecnología hay cosas que las máquinas
nunca van a poder ser capaces de hacer, y esto tiene que ver con los trabajos
creativos, innovación, resolución de problemas… Y es ahí donde entra en juego
el conocimiento. O lo que es lo mismo: la comprensión de datos e información,
siempre puesta al servicio de la innovación e imaginación.
¿Pero qué es lo que caracteriza a
un knowmad? Varios expertos, con Moravec a la cabeza, han dibujado una serie de
características, en lo que denominan pasaporte de habilidades. Al contrario que
el millenial (nacido entre 1981 y 1995), no tiene edad, cualquier persona está
capacitada para tener mentalidad nómada. Tampoco entiende su trabajo como
trabajo, entiende lo que hace como un oficio que le gusta, no como un medio
para ganar dinero, y lo que hace forma parte de su vida. Busca la satisfacción
por encima de todo.
Es generador de ideas, tiene
recursos para salir adelante en cualquier situación. Además de imaginativo
tiene la capacidad de transformar todo aquello que imagina en ideas
productivas. Eso sí, ese sentimiento de libertad hace que no le guste recibir
órdenes.
Compartir el conocimiento
El knowmad domina las nuevas
tecnologías, comprende su funcionamiento y las aprovecha en su beneficio, ya
que aprende de ellas. Una de sus principales habilidades es que transforma la
información en conocimiento y la comparte, es una especie de guía que avisa
sobre lo que está sucediendo. Maneja con soltura las redes sociales y, por
tanto, comparte información, lo que le hace estar siempre al tanto y alerta de
lo que sucede en el mundo. Sabe que el talento y el éxito dependen de esa
pertenencia a redes del conocimiento.
Al contrario de lo que puede
parecer, no es un ermitaño, al que le guste la soledad: le puede gustar
trabajar en solitario (desde cualquier lugar, una cafetería, una playa o la
misma oficina), pero le importan las personas. Sabe que son importantes, porque
generan conocimiento y los transmiten.
Tiene además una gran capacidad
para adaptarse, para resolver problemas, es una persona muy versátil y
competente porque gracias a esos conocimientos puede hacer frente a todo tipo
de conflictos. Cree firmemente en que el aprendizaje es para toda la vida, sabe
que siempre tendrá que estar formándose por distintas vías (universidad,
escuelas de negocios, internet, libros…). “Al asumir este hecho es capaz de
aprender y desaprender con más facilidad en función de sus inquietudes o de las
necesidades que vayan surgiendo”, explica Roca en su libro. Y es esta capacidad
para actualizarse lo que le convierte en un profesional adaptable y moldeable,
perfecto para los entornos laborales, en lo que prima la diversidad y la
innovación constante.
No le asusta el fracaso ni
experimentar, lo que no está exento de errores. Los asume, aprende de la
experiencia y avanza. Otra de las características, y una de las más
importantes, es que es responsable de sí mismo. Por lo tanto, líder de él
mismo, que no espera que sean otros, “la empresa, el Estado… los que vengan a
buscarle”, explica la autora de Knowmad. No deja en manos de otros su futuro
profesional.
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