La mujer que quiere que estudies
gratis en Stanford
FORBES-Viernes, 23 de Octubre de 2015
Hace cuatro años, Daphne Koller
creó Coursera, una plataforma de educación digital sin ningún costo. El
principal objetivo es que más jóvenes puedan acceder a los mejores cursos de
prestigiosas universidades de todo el mundo. Ahora, los estudiantes de habla
hispana contarán con la opción de tomar clases en su idioma.
Más de 39 millones de jóvenes no
tienen acceso a un sistema educativo, ya sea porque no cuentan con los recursos
económicos o porque las universidades no pueden atender la demanda de
candidatos que desean enlistarse en su matrícula.
Hace cuatro años, una mujer se
puso un reto muy ambicioso: lograr que cualquier persona en el mundo pudiera
tomar los mejores cursos de instituciones como la Universidad de Stanford, sin
tener que pagar.
Así, en 2011 nació Coursera, una
plataforma de educación virtual. El proyecto fue una iniciativa de dos
profesores en ciencias computacionales: Daphne Koller y Andrew Ng.
“Esta compañía surgió porque
queríamos ayudar a crear nuevos sistemas de educación sin importar para quién o
en dónde estuvieran. Esto nos ha dado una gran oportunidad de transformar
muchas vidas. Hemos tenido que trabajar con las mejores universidades y
afortunadamente nos hemos encontrado con personas en todo el mundo, incluido
México, que nos han ayudado a lograr esta misión”, comenta en entrevista Daphne
Koller, presidenta y cofundadora de Coursera.
Aunque los académicos confiaban
en su proyecto, jamás dimensionaron el éxito que éste alcanzaría: cuando comenzó
a operar, la plataforma contaba sólo con
dos cursos; hoy, Coursera ha logrado que más de 15 millones de usuarios en todo
el mundo estudien en alguno de los 1,465 cursos disponibles de manera gratuita
en la plataforma y que son diseñados por catedráticos de más de 133
instituciones con las que tiene convenio.
Enseñar en México
México es el mercado más
importante de Coursera a nivel mundial y el mayor de habla hispana, con 400,000
usuarios registrados.
A inicios de octubre, el país se
sumó a la lista de naciones donde Coursera tiene una plataforma en el idioma
nativo y alianzas con universidades.
La Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey (ITESM) forman parte de la red en México, mientras que en la región
perfilan la Universidad de los Andes (en Colombia), la Pontificia Universidad
Católica de Chile y la Universidad de São Paulo.
La llegada de Coursera a México
es una oportunidad de crecimiento importante para la plataforma, pues 51% de la
población tiene acceso a internet, lo que facilita el acercamiento a los
jóvenes. Sin embargo, también implica un mayor desafío: romper con el paradigma
que aún existe sobre la educación en línea.
“Creo que el reto más grande al
que nos hemos enfrentado en todos los países ha sido demostrar que la educación
masiva en línea es igual de importante y valiosa que la tradicional.”
El costo de la educación
Coursera es una alternativa de
educación accesible. El costo anual básico de estudiar en la Universidad de
Stanford es 42,000 dólares, de acuerdo con cifras oficiales.
Para Koller, quien se desempeñó
durante 18 años como profesora de ciencias de la computación en la institución
estadounidense, los elevados costos de la educación superior implican un reto
mucho mayor para aquellos jóvenes que no cuentan con los recursos suficientes.
“Es lamentable que la educación
sea inaccesible para muchas personas. En los últimos 30 años, el costo de la
educación superior en Estados Unidos creció 559%. Como sociedad tenemos la
obligación de ayudar y proveer de herramientas a aquellos que no pueden acceder
a un derecho básico como es la educación”, explica Koller.
Entre la lista de 133
instituciones con las que Coursera tiene convenio en 26 países destacan la
Universidad de Stanford, Universidad Yale, Universidad Técnica de Múnich (TUM),
Universidad de Australia Occidental, Universidad de Toronto, Universidad de
Pekín, Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea, Universidad Técnica
de Dinamarca (DTU), Universidad de Zúrich, Instituto de Física y Tecnología de
Moscú y Universidad Nacional de Taiwán.
Los 1,465 cursos y programas se
clasifican en Artes y Humanidades; Negocios; Ciencias de la Computación;
Matemáticas y Lógica; Desarrollo Personal, y Ciencias Sociales, entre otros,
con duración de entre dos y cuatro meses.
Cualquier estudiante, sin
importar su nacionalidad, puede tomar el curso que desee, aun cuando éste se
imparta en una institución con un idioma diferente.
Esto es posible gracias a que
Coursera creó la Comunidad Internacional de Traductores (GTC), un grupo
integrado por voluntarios y organizaciones asociadas que ayudan a traducir los
cursos de la plataforma a sus respectivos idiomas nativos.
Un aula digital mundial
La principal ventaja de Coursera
frente a la educación tradicional es que se abandona el modelo educativo de
implementar uno mismo para todos. Al entrar a la plataforma, el usuario tiene
la opción de dividir el material en las unidades que desee, y dependiendo de
sus conocimientos construirá un programa acorde a sus necesidades e intereses.
Las aulas virtuales permiten que
más personas tengan acceso a una mejor preparación; además, la tecnología ayuda
a facilitar el proceso de evaluación.
“No contamos con 15 millones de
tutores que puedan asesorar a cada uno de nuestros usuarios, pero sí tenemos de
nuestro lado a la tecnología. Si al estudiante le surge una duda a las 2 de la
mañana puede encender su computadora, reproducir el video y repetirlo hasta que
adquiera la comprensión del tema”, explica la doctora en ciencias de la
computación de la Universidad de Stanford.
Cuando los estudiantes utilizan
la plataforma y concluyen cualquiera de los cursos reciben un certificado, pero
la labor no termina ahí. Coursera ha buscado hacerse de alianzas para expandir
la oferta de educación masiva a la mayor cantidad de personas en el mundo.
En 2014, el proyecto cautivó al
empresario mexicano Carlos Slim, quien firmó una alianza para que más personas
de habla hispana pudieran tener acceso a contenido educativo a través de
internet.
Asimismo, en febrero de 2015 la plataforma se alió al gigante tecnológico
Google y la aplicación de fotografías Instagram para crear proyectos
universitarios de manera conjunta.
Al acceder a uno de los programas
de Coursera, el usuario no realiza ningún pago, a menos que desee obtener un
certificado de validación, cuyo costo varía según el programa que se haya
tomado.
Aunque Daphne Koller es
consciente de los retos a los que Coursera se enfrenta todos los días, tiene
claro qué es lo que tiene que hacer para que cada vez más personas puedan
estudiar gratis en universidades como Stanford. “La educación gratuita es
fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas. Seguiremos
trabajando para llegar a más países y hacer del mundo un lugar con más y
mejores oportunidades para todos.”
Nayeli Meza Orozco-Reportera Web
de Forbes.com.mx. Apasionada de las historias de emprendedores, la cafeína y la
literatura. Deposita su fe en las letras, los números y las anécdotas.
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