Las 11 cosas
que aseguran la felicidad, según la OCDE
El Confidencial - octubre de 2015
La OCDE presenta 'How´s Life', un completo informe
que trata de averiguar cuál es el bienestar de los ciudadanos de sus países
miembros. Pero ¿en qué consiste esta?
¿Qué elementos garantizan nuestro bienestar? El
clásico “salud, dinero y amor” no va desencaminado: necesitamos satisfacer
nuestras necesidades y estos tres elementos son imprescindibles para ello. Pero
no son los únicos. Está claro que no existe la receta de la felicidad, pero
cada vez hay un mayor consenso en torno a una lista común de ingredientes
necesarios: 11 parámetros de los que realmente depende.
La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) acaba de presentar 'How´s life? 2015', la segunda
edición del informe que utiliza para medir el bienestar de los ciudadanos de
los países miembros, en los que recoge la información disponible sobre estas 11
variables. El objetivo del informe no es solo saber “cómo va la vida” de los
ciudadanos de los países desarrollados, sino también qué diferencias existen
entre género, edad y nivel socioeconómico.
Los autores del estudio aseguran que, de media,
el bienestar de los ciudadanos de la OCDE ha crecido desde el último año que se
realizó el informe (2009), pero hay aspectos que han empeorado, sobre todo en
algunos países (entre otros, España).
Estas son las principales conclusiones del
informe para cada uno de los parámetros del bienestar.
1.
Renta
y riqueza
Como apunta el informe, el dinero
no da la felicidad, pero es necesario para satisfacer muchas de las necesidades
básicas de la gente, desde la comida a la vivienda. El acceso al dinero,
además, ofrece una seguridad ante los imprevistos que también es importante en
nuestro bienestar, y nos da la libertad de poder escoger qué queremos hacer en
nuestro tiempo libre.
En 2013, la renta media disponible
de los ciudadanos de la OCDE (tras descontar impuestos) fue de 27.330 dólares.
Pero claro, la diferencia entre países es importante. Y España no ocupa una
posición de la que podamos estar muy orgullosos.
Como asegura el informe, en la
mayoría de países de la OCDE la diferencia entre la renta de los hogares pobres
y ricos es la mayor de los últimos 30 años. México, Turquía, EEUU e Israel son
los territorios con mayor desigualdad. Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia,
Noruega y la República Checa los que menos tienen. España es el noveno país de
la OCDE con mayor desigualdad y en Europa sólo nos supera Portugal, Estonia,
Grecia y Reino Unido.
2. Trabajo y salarios
Nos guste o no el trabajo es una parte
fundamental de nuestra vida. No sólo es nuestra principal fuente de ingresos
(la única para la mayoría), además tiene otros beneficios sobre nuestro
bienestar, como ampliar nuestras redes sociales o aportarnos nuevas habilidades
que no conocíamos. Es por ello que el paro es uno de los principales problemas
al que puede enfrentarse una sociedad: no sólo afecta a nuestros ingresos,
además tiene un impacto negativo sobre nuestra salud física y mental.
Entre 2009 y 2014 el empleo ha aumentado un
punto porcentual en la OCDE, pero en países como Grecia ha disminuido en 11,4
puntos. En España el paro sigue siendo cuatro puntos mayor que en 2009 y en
2014 fuimos el cuarto país con menor tasa de empleo de toda la organización:
sólo el 56,78% de la población de entre 15 y 64 años tiene un trabajo. También
somos campeones en lo que respecta al paro de larga duración: el 12,9% de la
población activa lleva más de un año sin trabajo. Sólo Grecia nos supera con un
porcentaje del 19,5%. España, es además, el país de la OCDE donde los
trabajadores tienen más probabilidades de ser despedidos.
En lo que respecta al trabajo no sólo importa
la disponibilidad, también la calidad. La OCDE mide ésta en función de los
salarios, la seguridad del mercado laboral y el ambiente del trabajo (presión
de los jefes, acceso a recursos, horarios…) En este aspecto también España está
en la cola y el segundo país con peor calidad en los tres parámetros que se
miden. Sólo nos supera Grecia o Turquía.
3. Vivienda
El lugar en el que vivimos tiene un gran
impacto en nuestro bienestar: no es lo mismo habitar una chabola sin luz ni
electricidad que vivir en un piso con todas las comodidades. Una vivienda no
sólo nos aporta un refugio, además es una parte importante de nuestra sensación
de seguridad y privacidad. La calidad de un hogar se mide en diversos
parámetros como el número de habitaciones, la presencia de saneamientos básicos
y, claro está, el dinero que empleamos en costearnos éste.
De media, los ciudadanos de la OCDE emplean más
del 20% de su ingresos brutos anuales en la vivienda. Pero, de nuevo, hay
importantes diferencias regionales. España es uno de los países de Europa donde
más dinero gastamos en la vivienda pero, además, dado que en los últimos años
han bajado los salarios, el porcentaje de nuestros ingresos destinados a este
fin es notablemente mayor que en 2009.
4. Salud
La salud es el factor del bienestar
al que mayor importancia damos. Y no es para menos. Sólo si gozamos de ella
podemos participar en sociedad y vivir la vida que queremos vivir: una mala
salud está directamente relacionada con una menor satisfacción vital.
Medir la salud de los ciudadanos no
es fácil. Existen claros indicativos de ésta, como la esperanza de vida, pero
quizás lo más importante es la percepción de cada persona sobre su propia
bienestar. De media, el 68,8% de los ciudadanos de la OCDE consideran que
tienen “buena” o “muy buena” salud. En España este porcentaje se eleva al
71,6%.
5. Equilibrio vida-trabajo
¿Vivir para trabajar o trabajar
para vivir? Según los autores del informe, la forma en que las personas
gestionan su tiempo es un “determinante crítico” del bienestar general. Lograr
un balance adecuado entre el tiempo que pasamos trabajando y haciendo todo lo
demás es muy importante para nuestra salud y felicidad pero también para la de
aquellas personas que nos rodean y nos necesitan. Y, además, actividades como
cuidar de los niños y las personas dependientes sigue sin considerarse trabajo aunque
en realidad lo sean.
Uno de cada ocho empleados de la
OCDE trabaja 50 horas o más cada semana, lo que se considera demasiado, aunque
esta proporción varía notablemente entre uno de cada 250 trabajadores de
Holanda y uno de cada 2,4 de Turquía. También es importante tener suficinte
tiempo para el ocio y el cuidado personal. De media, los trabajadores a tiempo
completo de los países desarrollados disponen de 15 horas libres al día y se
pasan 9 horas en el centro laboral. Son los trabajadores franceses los que
disponen de más tiempo libre, seguidos de los españoles. Los trabajadores de
Australia, Canadá, Polonia y Estados Unidos son los que menos tienen.
6. Educación
La educación no es sólo una manera de acceder
al mercado laboral (una idea muy extendida últimamente). El aprendizaje de
nuevas habilidades es gratificante por sí mismo y, además, un mayor nivel de
educación está directamente relacionado con una mejor salud y un mayor compromiso
social.
En el conjunto de la OCDE tres cuartos de la
población de entre 25 y 64 años han completado la educación secundaria. Este
porcentaje se eleva al 90% en países como Polonia, Estonia, Eslovaquia, la
República Checa o Rusia y desciende al 60% en países como Italia, Chile,
España, Portugal, México y Turquía.
Pero ir a clase sirve de poco si no se
aprovecha. La OCDE presentó por primera vez en 2013 su Programa Internacional
para la Evaluación de la Competencia de los Adultos (PIAAC, por sus siglas en
inglés), más conocido como el informe PISA para adultos. El estudio evalúa el
rendimiento en comprensión lectora y en comprensión matemática entre la
población de 16 a 65 años de 23 países de la organización. Nuestro país es el
último en cuanto a los conocimientos matemáticos y el penúltimo en compresión
lectora.
7. Relaciones sociales
Tener relaciones sociales positivas (con
nuestros amigos, nuestra familia, nuestros compañeros…) es una importante
fuente de bienestar y la soledad suele ser un importante elemento de la
infelicidad. La gente con unas fuertes redes sociales tiene además más
posibilidades de encontrar trabajo y tener buena salud.
En la mayoría de países de la OCDE al menos el
85% de la población tiene alguien con el que contar en momentos de necesidad.
España, en este caso está en la parte alta de la tabla.
8. Participación cívica y gobernanza
Para que una sociedad funcione correctamente la
gente necesita participar en ella. Tener voz y voto y colaborar activamente en
las decisiones políticas es una parte esencial de la democracia, pero también
de nuestra felicidad. Como reconocen los autores de este informe, este
indicativo del bienestar es muy difícil de medir y comparar, pues depende
enormemente del tipo de legislación presenten en cada país.
9. Calidad del Medio Ambiente
Vivir en un ambiente libre de contaminación,
peligros y ruidos es importante para la salud física y mental, por no hablar de
que, en última instancia, todos dependemos del entorno natural para sobrevivir.
El informe de la OCDE mide la calidad del Medio Ambiente que nos rodea respecto
a dos parámetros principales: exposición a la contaminación atmosférica y
calidad del agua potable.
En 2010-12 en torno al 40% de los residentes en
la OCDE tuvieron una exposición anual a la polución por encima de lo
recomendado por la OMS (10 microgramos por metro cúbico).
10. Seguridad personal
Si pensamos todos los días que pueden
atracarnos al salir a la calle nos costará más ser felices. La seguridad
personal incluye la exposición a todo tipo de amenazas, pero también el modo en
que vemos estas: aunque objetivamente no tengamos que enfrentarnos diariamente
a un peligro considerable pensar que sí hace que disminuya nuestro bienestar.
Entre 2009 y 2012 las muertes por asaltos han
disminuido en dos tercios en la OCDE, pero se han incrementado en México, de
largo el país más inseguro del club de los países ricos. En 2010, una de cada
25 personas denunció un asalto.
Aunque la mayoría de países de la OCDE pueden
ser considerados poco peligrosos, la sensación de seguridad varia notablemente
ente países. ¿Cómo podemos medir esta? El informe incluye una estadística sobre
el porcentaje de la población que se siente cómoda cuando camina por la noche.
España es, según ésta, el segundo país en el que se tiene una mayor sensación
de seguridad, sólo superado por Noruega.
11. Bienestar subjetivo
Como explican los autores del informe, el
bienestar subjetivo consiste en los sentimientos y experiencias que cada uno de
nosotros tenemos sobre nuestras vidas. Si vives en el país más seguro, más rico
y más sano del mundo es probable que seas más feliz, pero hay determinados
elementos que se escapan a un análisis estadístico, y más si estamos hablando
de algo como el bienestar. Pese a esto, la mayoría de países de la OCDE
realizan encuestas sobre la satisfacción vital de sus ciudadanos, que suele
medirse en una escala de 1 a 10. España es, según estos informes, uno de los
países menos felices –aunque es difícil saber si somos verdaderamente menos
felices o, tan sólo, menos entusiastas al valorar nuestro bienestar–.
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