¿El modelo de Uber puede aplicar
para los bancos?
FORBES - martes, 21 de octubre de 2015
Muchas startups de tecnología
financiera afirman ser capaces de matar a los viejos bancos y revolucionar la
banca. Bueno, no tan rápido; la realidad es muy distinta del discurso.
Para bien o para mal, el
meteórico ascenso de Uber se ha convertido en la bandera del éxito de las
startups en Estados Unidos. Más allá de la frase “es el Uber de x o y” usada
para describir muchos de los nuevos negocios en estos días, la valuación de
50,000 millones de dólares (mdd) de Uber –y la forma en que se han derribado
los pilares de una industria paralizada y pisoteado las regulaciones en su
camino a esa cifra gigantesca– es algo que muchos emprendedores desean
alcanzar. Pero en el mundo de los servicios financieros, donde las regulaciones
son estrictas y los competidores veteranos tienen números considerables, la
llegada de nuevas empresas de FinTech (tecnología financiera) con un modelo
similar al de Uber es una ecuación difícil. ¿De verdad pueden las empresas como
SoFi, Betterment o Wealthfront hacer a la banca lo que Uber ha hecho a la
industria del taxi?, o ¿los JPMorgan y Wells Fargo del mundo terminarán por
vencer a esos pequeños adversarios?
Estas fueron las preguntas centrales
en la conferencia de Buttonwood, una reunión de ejecutivos de Silicon Valley y
Wall Street organizada por The Economist. Y a lo largo de las primeras sesiones
de la conferencia, el consenso fue: las startups financieras podrían estar de
moda, pero no den por muertos a los bancos.
“Creo que es interesante que te
refieras a éste como el momento Uber de las finanzas”, dijo Blythe Masters,
director general de tenencias de activos digitales y ex ejecutivo de JPMorgan,
a Zanny Minton Beddoes, editora de The Economist. “La escala de los posibles
cambios en la forma en que la industria trabaja es quizá comparable con lo que
está ocurriendo en la industria del transporte, pero el mecanismo por el cual
el cambio se dará será relativamente diferente. La razón principal: los
servicios financieros no son servicios de auto privado. Los servicios
financieros son el dinero, los ahorros de las personas, el nivel de vida de la
gente.”
Masters dijo que debido a que los
servicios financieros sustentan el medio de vida de la gente (y no sólo, por
ejemplo, su desplazamiento en taxi), las regulaciones que rigen ese espacio son
mucho más complejas que en otras industrias, y que ese banco, con más de 100
años, tiene una ventaja por su experiencia lidiando con esas reglas.
“Cualquiera que imagine que como
resultado de la llegada de las nuevas tecnologías veremos un mundo donde las
instituciones financieras que proporcionan servicios vitales, fuertemente
regulados e intermediados, o servicios de custodia de valores, serán diezmados
y completamente borrados del mapa de la noche a la mañana será ingenuo y estará
equivocado”, dijo, y señaló que los clientes de los bancos existentes ya pueden
pagar servicios y transferir dinero a través de sus teléfonos, así que tampoco
es que no haya habido innovación en los servicios financieros tradicionales.
La perspectiva de Master fuer
compartida por uno de los pioneros del nuevo mundo: Chris Larsen, cofundador de
Prosper Marketplace y CEO de la startup de transferencia de dinero Ripple.
“Para tener éxito [en los
servicios financieros] es necesario conciliar tres ámbitos fundamentales:
tecnología, mercados de capital/mitigación de riesgos y el cumplimiento de la
regulación. Ésos son tres dominios realmente complicados en los que las empresas
de Silicon Valley no tienen experiencia”, dijo Larsen. “Ves a muchos bravucones
diciendo cosas como ‘vamos a matar a los bancos, a revolucionar la banca’, pero
eso, en buena parte, es una tontería. Silicon Valley trabaja en ciclos de
tiempo de dos años; el cambio regulatorio puede tomar cinco o diez años… y los
bancos son buenos en la conciliación de esos tres ámbitos.”
Esto no quiere decir que los
bancos estén libres de defectos. Deborah Hopkins, directora de Innovación de
Citigroup, reconoció que los bancos no lo han hecho bien cuando se trata de
asociarse con empresas más pequeñas o más jóvenes, y las alianzas serán clave
para el éxito en los próximos cinco a diez años.
En una sesión separada, el
director del grupo de Innovación de Wells Fargo, Steve Ellis, señaló: “Mi
opinión personal es que los bancos ven demasiado hacia adentro. He asistido a
reuniones en que las personas dicen que los clientes sí importan, pero es apenas
una línea en la página 33 de un documento de 70 cuartillas. El cliente debe ser
lo primero.”
También hay un problema de
talento que dificulta la capacidad de Wall Street para seguir el ritmo a
Silicon Valley: el economista global de The Economist, Joseph Lake, señaló que
su investigación ha demostrado que los bancos tienen muchas dificultades para
contratar a quien quieran, mientras que las startups de FinTech están inundadas
de currículos por aquellos que buscan huir de los bancos. Sus panelistas –Ellis,
junto con el director digital de Chase, Gavin Michael; Mike Nefkens, de HP
Enterprise Services, y el cofundador de Orchard, David Snitkof– asintieron
vigorosamente con la cabeza.
Quizá los comentarios que
balancearon más hábilmente el optimismo sobre el futuro de las FinTech con una
comprensión sobria de lo que los bancos son capaces provino de Pat Grady, socio
de Sequoia Capital. En una sesión de Buttonwood, Grady inició sus comentarios
subrayando que la oportunidad de entrar y tomar algo de la participación de
mercado de los bancos para las startups es enorme.
“Con la tecnología financiera
estamos en la segunda entrada alta”, dijo. “Hay tal vez 2 billones de dólares
de capitalización de mercado en los 30 bancos más grandes. Todo el universo de
FinTech, si hacemos sumas optimistas, rondará los 100,000 mdd en capitalización
de mercado. Así, los disruptores del sector tienen alrededor de 5% del valor de
los titulares.” (Amazon, que desafió al negocios de Walmart, tiene una
capitalización de mercado de 260,000 mdd, en comparación con Walmart, que tiene
una de 188,000 mdd, señaló.)
Pero Grady advirtió que a pesar
del tamaño de la oportunidad, muchos de los nombres que vemos hoy en el sector
de las finanzas tecnológicas habrán desaparecido para 2020.
“Yo apostaría que de esas 5,000 o
6,000 [startups FinTech] que existen, 90% estará fuera del negocio en los
próximos cinco años”, dijo. “Por mucho que a la narrativa disruptiva le guste
decir ‘¡ey!, mira a esos grandes, lentos y tontos dinosaurios, van a ser asesinados
por estos sagaces y ágiles emprendedores’, la realidad no es tan cierta cuando
hablamos de servicios financieros. Por supuesto, la regulación detiene a muchos
de los incumbentes, pero los bancos son en general muy, muy inteligentes.
JPMorgan tiene más desarrolladores –más de 20,000– que casi cualquier empresa
de tecnología en el planeta… Así que creo que la tasa de mortalidad de las
startups de tecnología financiera será mucho mayor que la de otros
emprendimientos.”
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