¿Cómo alcanzar el equilibrio
entre consumo, ahorro e inversión?
Dinero En Imagen - jueves, 22 de
octubre de 2015
Es vital reconocer la importancia
de elaborar un presupuesto, ya que éste será la herramienta que marque la
dirección que deben seguir nuestros gastos.
Todos tenemos gastos y
necesitamos consumir diversos bienes y servicios, sin embargo, la clave para
tener finanzas sanas es encontrar el equilibrio entre lo que gastamos, lo que
ahorramos y lo que invertimos.
Por ello es conveniente
detenernos a hacer un análisis sobre qué consumimos, con qué frecuencia lo
hacemos y qué satisfacción obtenemos. Quizá descubramos que algunas cosas no
tan costosas nos dan el mismo nivel de bienestar que otras de mayor precio.
Es vital identificar nuestros
patrones de consumo y reconocer la importancia de elaborar un presupuesto, ya
que éste será la herramienta que marque la dirección que deben seguir nuestros
gastos.
Ahorrar e invertir
Ahora bien, el presupuesto
también debe ayudarnos a lograr un balance entre consumo, ahorro e inversión.
Esto quiere decir que lo más conveniente es planear el consumo para poder
reservar un ahorro que, posteriormente, se invierta con el fin de obtener
ganancias.
¿Qué pasos debes seguir?
1.- El ahorro debe ser
considerado parte de nuestro consumo y no debe ser visto como el sobrante del
presupuesto. La cantidad dependerá de cada persona, pero es importante ser
constante y al hacer el presupuesto separar el monto que conforma el ahorro.
2.- Piensa que por sí solo, el
ahorro no es suficiente para hacer crecer nuestro dinero; si el objetivo es
aumentar el patrimonio, entonces es necesaria la inversión, que es el paso
siguiente al ahorro, y su finalidad es que el dinero no se deprecie y, a
mediano y largo plazo, se multiplique.
3.-Para invertir hay un sin fin
de opciones disponibles: algunos invierten en productos elaborados y
respaldados por bancos y/o sociedades de inversión; otros deciden probar suerte
y habilidades en el mercado de valores; hay quienes compran divisas o metales;
otros más optan por comprar terrenos, locales comerciales o inmuebles; mientras
que algunos prefieren iniciar o expandir un negocio propio, comprar una
franquicia, etcétera.
Estrictamente hablando, no se
puede decir que exista una buena o mala inversión; simplemente se trata de lo
que le funciona a cada individuo, ya que, de manera importante, dependerá de la
capacidad de ahorro, los recursos disponibles y el nivel de riesgo que esté
dispuesto a correr.
Como conclusión, es importante
destacar que las finanzas se mantienen sanas y tienden a ser cada vez mejores
cuando se consume con atención, se ahorra con eficacia y se invierte con
cuidado.
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