Centroamérica y el Caribe: fábrica de
beisbolistas
FORBES - viernes, 9 de octubre de 2015
Más de 200 beisbolistas
latinoamericanos participan en la actualidad en las Grandes Ligas, siendo los
de Centroamérica y el Caribe los que destacan en el semillero de la región.
El George M. Steinbrenner Field,
en Florida, es el estadio de beisbol más grande que tienen los campamentos de
primavera de las Grandes Ligas. Allí acuden los Yankees de Nueva York a
preparar el inicio de sus temporadas; es un inmueble con todas las comodidades,
que vale 45 millones de dólares (mdd) y al cual le caben más de 11,000
espectadores.
En aquel sitio hizo su debut un
joven moreno, delgado, de 1.80 metros que nació en San Francisco de Macorís,
una provincia de República Dominicana donde al menos 24% vive en pobreza y el
beisbol es una forma de ganarse la vida.
Pero Leonardo Molina hace tiempo
que significa esperanza en su tierra; sin cumplir los 20 años ya tiene un
contrato de 1.4 mdd por ser jugador del equipo de Manhattan, y esa cifra es
impensable para alguien que trabaja en aquella la isla del Caribe, porque
necesitaría más de 200 años (con el salario promedio) para conseguirla. El
beisbol es una opción para ser millonario.
Leonardo Molina es uno de los
peloteros jóvenes que aspiran a ser de las próximas estrellas de beisbol de
Grandes Ligas y lo han seleccionado los Yankees, el equipo más rico de toda la
liga como uno de sus prospectos y apenas cumplidos los 16 años le ofreció un
contrato para estar ligado con ellos y explotar su talento.
Todos los equipos de la Major
League Baseball (MLB) se han instalado en el Caribe y tienen lagunas visorias
en Centroamérica para fichar, a bajo costo, por cierto, y crear a los peloteros
del futuro. República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico, Nicaragua y Panamá
son las naciones que visitan constantemente para reclutar las promesas, en
sitios como Dominicana o Venezuela se han instalado permanentemente con
academias para trabajar sus jugadores que brillarán en los próximos años.
El camino de Leonardo no ha sido
sencillo. En 2013, cuando Yankees lo firmó, estaba entre uno de los cinco
mejores prospectos del equipo; para este año el medio especializado Baseball
America lo instala en el sitio 35.
No es para menos, de acuerdo con
la página de las Ligas Menores, Molina tuvo el segundo peor promedio de bateo
(.193) de toda la Gulf Coast League (liga de desarrollo).
Ahora nada tiene que ver con su
natal San Francisco de Macorís ni con los maravillosos atardeceres naranjas,
azules y morados de Boca Chica, el lugar donde está la academia de los Mulos de
Manhattan en República Dominicana. No, en Estados Unidos las cosas no son
fáciles, pero la garantía de tener 1.4 mdd le ha permitido tener un mejor
segundo año con un promedio de bateo de .248.
Éxitos y fracasos, esa es la
regla no escrita de las academias de los equipos de Grandes Ligas que entre las
30 franquicias invierten, según datos de la MLB, al menos 25 mdd anuales para
mantenerlas, pese a tener resultados diferentes en el semillero.
“Al año pasan al menos 300
peloteros, de los cuales a lo mejor firmamos a 10”, comenta Emilio Carresquel,
coordinador de Operaciones de la academia de Marineros de Seattle.
Línea de producción
Para la presente temporada de
Grandes Ligas, República Dominicana es la nación (fuera de los locales Estados
Unidos) que más peloteros aporta a la MLB, 83 en total, seguido de Venezuela
con 65; y otros latinoamericanos como Cuba con 18, Puerto Rico 13, México 9,
Colombia, Curazao y Panamá cuatro, Nicaragua y Brasil con dos.
Y no sólo eso, en las Ligas
Menores, que son los torneos donde se foguea a los talentos de cada franquicia,
al menos el 25% de ellos son dominicanos.
Leonardo Molina forma parte de
esa estadística. El pelotero, que juega en el jardín central, es uno de los
privilegiados en buscar un sueño que si se concreta podrá asegurarle como
mínimo 4 mdd anuales (monto del salario promedio anual del torneo). Según un
conteo realizado por la consultora de datos Mxsports, cada año al menos 3,180
jóvenes entre República Dominicana y Venezuela buscan seducir a los 30 equipos
de la MLB para que les ofrezcan un contrato y con ello mantenerse con la
esperanza de participar en la liga de béisbol más grande del planeta, pero de
esa cifra, apenas 300 lo consigue y este dato se reduce a la hora de debutar en
alguno de los equipos.
“No todos pueden llegar a ser
profesionales, pero además de ser una academia para buscar talento, tratamos de
enseñar una manera de vivir”, reflexiona Joel Lithgow, director de Operaciones
de la academia de Yankees en Dominicana.
Las academias, que cuesta
construir una entre 5 y 7.5 mdd, tienen todos los servicios: habitaciones,
alimentación, gimnasio, clases de inglés, fomento al ahorro, capacitación para
la toma de decisiones.
República Dominicana es el edén
de las academias. Firmar a cuatro peloteros puede costarle 400,000 dólares a
una franquicia (en algunos casos, como Molina que es considerado un gran
prospecto se le ofrece el triple de esa cantidad).
Son peloteros de “bajo costo” que
en un futuro pueden hacerles ganar millones a los equipos en temas de marketing
o entradas. Venezuela era muy parecida a Dominicana, pero las condiciones
financieras y políticas del país han orillado, según reportó el diario El
Caribe, al cierre de más de 20 sucursales en la nación de Nicolás Maduro. Hasta
ahora únicamente Filis, Tigres, Cachorros y Mantarrayas son los que siguen
allí. De esas filiales, por ejemplo, salió Félix Hernández, quien ganó el Cy
Young (premio al mejor pitcher) en 2010 y lanzó un Juego Perfecto ante Tampa
Bay en el 2012.
En otros sitios, como en Puerto
Rico, las Grandes Ligas realiza clínicas que les llama “Programa de desarrollo
de beisbol de verano” para chicos entre 14 y 18 años.
“Poco a poco el programa crece y
así podemos seguir ayudando al beisbol en Puerto Rico. Nuestro próximo paso es
llevar este mismo programa a Nicaragua”, comentó Joel Araujo, director
internacional del desarrollo de talentos de la MLB.
Incluso el año pasado, las
Grandes Ligas abrieron una academia en Israel. De acuerdo con datos de la
organización, cada año se becarán al menos a 10 peloteros de entre 14 y 21 años
para entrar a un programa intensivo de un año de detección de talento.
“Abrirá muchas puertas para
nuestros jugadores. Ellos tendrán la oportunidad de ir a Estados Unidos, probar
suerte en el mejor beisbol del mundo o incluso conseguir una beca en alguna
universidad de allá”, relató Nate Fish, director del programa, al diario The
Jerusalem Post.
La inversión de las Grandes Ligas
entre 2010 y 2015 en sus academias y programas de desarrollo de peloteros, fue
de al menos 120 mdd. Buscar talento cuesta.
Beneficios compartidos
Pero los beneficios económicos no
sólo se quedan con los peloteros que cumplen sus expectativas y se ganan un
sitio en alguna de las franquicias de Las Mayores. Las economías locales
también son parte de esta industria.
El estudio MLB in Dominican
Republic detalló que los jugadores de la isla en el año 2013 reinvirtieron en
su país 88 mdd. Si se mantiene esa cifra durante cinco años, hablamos que la
economía de aquella nación recibió entre 2010 y 2014 por parte de sus peloteros
al menos 440 mdd.
El documento detalla que la
inversión va para negocios familiares, academias para nuevos peloteros y casas
de beneficencia, entre otros.
No se trata de un dato menor el
que los peloteros inviertan lo obtenido en su profesión en sus países de
origen, pues es sabido que tanto en el box como en el futbol hay muchas
historias de deportistas que despilfarraron su riqueza en aspectos que nada
tenían que ver con emprendimientos y mucho menos con apoyar las condiciones
sociales de su país.
Además, según datos de la MLB,
entre 2008 y 2013 la participación de los peloteros latinoamericanos creció
considerablemente. Por ejemplo entre 2004 y 2008 aumentó 8.8% y tan sólo entre
2009 y 2013 se elevó 10%.
En América Latina, el béisbol así
como el futbol, son las principales actividades deportivas que mejores
beneficios económicos tienen para los deportistas que logran ubicarse en
algunas de las ligas más importantes del mundo.
Para este año son 205 peloteros
de América Latina quienes participan en la llamada Gran Carpa. Estos beneficios
se ven traducidos en las economías y familias de sus países de origen en 217
mdd anuales, según un cálculo realizado por Mxsports.
Nuestra región es la que más
aporta a las Grandes Ligas y también es la zona; por consecuencia, la que más
beneficiada se ve en temas de salarios para sus peloteros.
En 2015 tres de los 10 mejores
pagados de toda la liga son latinoamericanos: Félix Hernández (24.8 mdd),
Albert Pujols (24 mdd) y Robinson Cano (24 mdd). El número uno en este
departamento es el pitcher estadounidense de los Dodgers de los Ángeles Clayton
Kershaw con 32.1 mdd. La distancia no es abismal.
Nuestra joven promesa, Leonardo
Molina, hace dos años entrenaba en un campo de beisbol rodeado de árboles y
palmeras, con más de 30 grados centígrados y la humedad que quemaba las fosas
nasales, se le miraba los estragos del acné y sabía que si pegaba un batazo
sólido era probable que no volviera a ver la bola porque se perdía entre los
arbustos. “Me siento orgulloso de ser Yankee”, dijo recién firmó contrato con
Nueva York. Hasta ahora su carrera sigue siendo un sueño, es un prospecto más.
Ya el futuro dirá.
Mientras tanto, la gran incognita
es si los países con vocación beisbolista como Venezuela, República Dominicana,
Puerto Rico o Panamá seguirán incubando a los futuros millonarios del besibol o
virarán hacia otro tipo de deportes como el fútbol, que tanto espacio ha ganado
en espacios de entretenimiento en El Caribe, Centro y Sudamérica.
Por supuesto que el ecosistema de
la infraestructura de este deporte también juega un papel relevante en el
desarrollo de jóvenes promesas del beisbol. También es cierto que hoy que
Latinoamérica no pasa por su mejor momento en cuanto a disponibilidad de
recursos, el deporte suele ser uno de los rubros más castigados en los
presupuestos de los gobiernos de la región.
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