Sacudida al poder de los bancos
centrales
FORBES, 12 de Octubre del 2015
Al aumentar el número de bancos
centrales que influyen en la evolución del crecimiento mundial, los inversores
exigen una prima de riesgo más alta. Cabe esperar que continúe la fragilidad de
los mercados, a la espera de los datos de crecimiento económico.
Desde la crisis financiera, los
bancos centrales han hecho aportaciones colosales para impulsar el crecimiento
mundial y los mercados —una suerte de evocación al mítico Atlas griego que fue
condenado a cargar sobre sus hombros los pilares que separaban a la tierra del
cielo—. En los últimos meses, sin embargo, la confianza en el poder de los
responsables de la política monetaria se ha visto sacudida.
Las autoridades chinas han
sufrido derrotas tácticas en sus esfuerzos por impulsar el mercado de renta
variable local y fijar la paridad de su moneda. Actualmente, los inversores se
muestran muy escépticos respecto de la capacidad del Banco de Japón de alcanzar
las metas de inflación sin nuevas medidas de estímulo. Y la decisión de la
Reserva Federal de EU de mantener los tipos de interés en mínimos históricos
confundió a los mercados al añadir nuevos comentarios en torno de la
preocupación del crecimiento mundial. Al aumentar el número de bancos centrales
que influyen en la evolución del crecimiento mundial, los inversores exigen una
prima de riesgo más alta hasta que mejore el panorama de crecimiento.
Ante los movimientos recientes
del mercado, los inversores cuestionan la eficacia del impacto alcista de la
expansión cuantitativa en los mercados de renta variable. Cabe esperar que
continúe la fragilidad de los mercados, a la espera de los datos de crecimiento
económico, que todavía tardarán en publicarse algunas semanas.
Pero no creemos que los bancos
centrales hayan agotado sus esfuerzos. Tampoco pensamos que los datos débiles
de la economía constituyan algo más que una desaceleración de mitad de ciclo.
Gran parte de la debilidad reciente en todo el mundo se ha centrado en el
sector de manufacturas, mientras que los sectores de servicios siguen
creciendo. Por otra parte, las economías desarrolladas se han mantenido firmes,
a pesar de la caída de los mercados emergentes. Dado que las próximas cifras
que se den a conocer previsiblemente reflejen un crecimiento sostenido de la
economía y de los beneficios, esperamos que las acciones de mercados
desarrollados suban en los próximos seis meses. Por ese motivo tenemos una
posición sobreponderada en activos de riesgo.
¿Qué ha sucedido durante el
último mes?
El gobierno chino continuó con
sus esfuerzos relativamente ingentes por atenuar la desaceleración del
crecimiento y el nerviosismo en el mercado bursátil. El gasto fiscal aumentó
más de un 25% interanual en agosto, y los movimientos de precios poco
habituales en las horas de cierre de la bolsa de Shanghái sugieren que han
continuado las intervenciones en el mercado bursátil. A pesar de las ambiciosas
medidas de estímulo del gobierno chino, los datos económicos y los mercados han
mantenido su debilidad. Según el último indicador preliminar del PMI Caixin,
correspondiente a septiembre, la actividad de manufactura ha caído a su nivel
más bajo en seis años y medio debido a una débil demanda.
En la zona euro, la política de
expansión cuantitativa aún no ha logrado acelerar el crecimiento. El optimismo
en que las medidas de expansión cuantitativa del BCE podrían impulsar al alza
los mercados de renta variable se ha visto debilitado por la desaceleración del
crecimiento económico en los mercados emergentes y los efectos indirectos de
recortes de las inversiones en bienes de capital en sectores relacionados con
las materias primas. Las mediciones de inflación dentro de la zona euro
pusieron de manifiesto que la amenaza de deflación no ha desaparecido.
Las mediciones de inflación y
crecimiento de la economía japonesa aún no reaccionan, como se espera, a los
paquetes de estímulo del Banco de Japón. Crecen las dudas sobre la capacidad de
la autoridad monetaria nipona de vigorizar el crecimiento. La economía comenzó
el año con fortaleza, ya que el PIB creció a una tasa anualizada del 4.5% en el
primer trimestre, pero volvió a caer en el segundo trimestre, cuando una menor
inversión empresarial y un gasto de consumo decepcionante contribuyeron a una
contracción del 1.2%. La inflación sigue siendo excepcionalmente baja.
Los datos de EU se mantienen
firmes y la tasa de desempleo ha descendido a 5.1%, pero aún no basta para dar
a la Reserva Federal confianza suficiente para subir los tipos de interés. El
índice ISM de manufacturas cayó a 51.1, su nivel más bajo en dos años, debido a
temores en torno de las exportaciones y al bajo nivel de inversión en bienes de
capital. En los próximos meses, el índice manufacturero podría caer en
territorio de contracción, por debajo de 50, si bien esperamos que las
mediciones en servicios sigan siendo sólidas. En respuesta a un crecimiento más
débil en China y a la volatilidad del mercado financiero, la Reserva Federal
optó por mantener los tipos de interés en mínimos sin precedentes. No obstante,
los mercados siguieron bajando, y el S&P 500 ha perdido un 4% desde que se
conoció la decisión de la Reserva Federal.
Adolfo Acebrás-Es parte del
equipo de economistas de UBS Wealth Management Research. Se enfoca en los
mercados de renta variable
No hay comentarios:
Publicar un comentario