La inflación podría estallar “en 15 minutos”
FORBES, 12 de Octubre del 2015
La Fed podría provocar una
inflación masiva de manera instantánea: anunciar al mundo que, con efecto
inmediato, el precio del oro será de 5 mil dólares la onza troy. Los gobiernos
necesitan provocar inflación para reducir la carga de su pesada y creciente
deuda. Con la deflación se incrementa el valor de aquella y disminuyen los
ingresos fiscales.
Hace unos días el portal
DailyReckoning.com publicó un interesante artículo de Jim Rickards, reconocido
analista de mercados financieros y asesor de la Oficina del Secretario de
Defensa de los Estados Unidos. En este espacio, por cierto, ya lo hemos
entrevistado.
El texto titulado “How Inflation
Could Be Caused in 15 Minutes” (Cómo se podría causar inflación en 15 minutos),
versa sobre lo frustrante que ha sido para la Reserva Federal (Fed) –banco central
estadounidense-, que a pesar de tres grandes rondas de “impresión” de dinero no
ha logrado su propósito explícito: crear inflación.
En este mismo sentido, Rickards
subraya cómo a pesar de haber creado casi cuatro millones de millones de
dólares, la Fed ha fallado en provocar una escalada del Índice de Precios al
Consumidor.
Explica que la primera razón es
que pocos bancos están prestando el dinero inyectado y los consumidores no
están ansiosos de seguirse endeudando.
La segunda razón de que la inflación
no se haya disparado (aún) –explica-, es que la tasa de crecimiento de la
población se ha reducido, y con las mejoras tecnológicas la productividad ha
aumentado. “Esta combinación de menor demanda con mayor eficiencia resulta en
precios más bajos”, abundó.
La tercera causa es la
globalización. Gracias a ella las empresas pueden obtener recursos en cualquier
parte del mundo a precios más convenientes.
Rickards expone que estas
presiones deflacionarias significan un problema enorme para la Fed. Los gobiernos
necesitan provocar inflación para reducir la carga de su pesada y creciente
deuda. Con la deflación se incrementa el valor de aquella y disminuyen los
ingresos fiscales.
Debido a la gravedad de lo
anterior, considera que la Fed tomará tarde o temprano medidas desesperadas,
como expandir todavía más su base monetaria y otras acciones para debilitar al
dólar. La estupidez de tasas de interés negativas no se descartan. De no
hacerlo así y en vez de ello sube las tasas, la deflación empeorará y la recesión
global hará su llegada.
Pero para Rickards hay “otro
conejo en el sombrero” con el que la Fed podría provocar una inflación masiva
de manera instantánea: anunciar al mundo que, con efecto inmediato, el precio
del oro será de 5 mil dólares la onza troy.
El oro –en palabras del
empresario Hugo Salinas Price- es el “sol” del universo monetario. Por ello,
devaluar en los hechos al dólar frente al oro tendría efectos inmediatos en los
precios de todo lo demás. Sería un manotazo en la mesa que dispararía la
inflación a escala global.
La Fed podría usar las reservas
del Tesoro estadounidense en Fort Knox y conducir “operaciones de mercado
abierto” con el oro como lo hace con los bonos. RIckards explica que el banco
central sería comprador del metal precioso si el precio alcanzara los 4,950
dólares la onza o menos, y lo vendería si llega a 5,050 dólares o más para
mantener el precio. En vez de papeles de deuda como antes, ahora usaría oro
para inyectar o retirar liquidez.
“Un alza en el precio del oro de
1 mil a 5 mil por onza es realmente una devaluación de 80% del dólar medido por
la cantidad de oro que un dólar puede comprar”, sentencia Rickards.
Para quien piense que esto no
sería posible, responde que no sería algo nuevo, pues eso ya ha ocurrido dos
veces en los Estados Unidos en los pasados 80 años.
La primera vez fue en 1933 cuando
el presidente Roosevelt ordenó un incremento en el precio del oro de $20.67 a
35 dólares la onza, una devaluación de casi 70 por ciento. “Lo hizo para romper
la deflación de la Gran Depresión, y funcionó”, dice el analista. La segunda
ocasión fue en los 70s cuando el presidente Nixon cerró la ventanilla de
dólares por oro. Nixon no quería inflación, pero fue lo que obtuvo. El oro pasó
de 35 a 800 dólares la onza en menos de nueve años. La inflación en EE.UU. “fue
de más de 50 por ciento de 1977 a 1981. El valor del dólar se redujo a la mitad
en esos cinco años”, concluyó
Rickards asegura que esto
convierte al oro en la mejor protección en caso de inflación o deflación, y que
son pocos los activos que cuentan con esta característica. En este espacio
estamos de acuerdo, aunque no sabemos por qué tomó el nivel de 5 mil dólares la
onza, que bien podría incluso ser más alto si la Fed lo considerara necesario.
Le preguntaremos al respecto.
Guillermo Barba-Economista de la Escuela
Austríaca y periodista mexicano, autor del blog Inteligencia Financiera Global.
Experto en mercados de oro y plata y comentarista de TV en Proyecto 40
No hay comentarios:
Publicar un comentario