Puntero

Radiografía de un puntero

Vélez lidera el torneo. Detalles para entender mejor al equipo de Hugo Tocalli

BUENOS AIRES .En mis notas anteriores ya había remarcado la ventaja que tienen los equipos que no juegan la Copa Libertadores. Es un hecho real y, si son inteligentes, la sabrán aprovechar. Y entre los beneficiados por esta situación, cité en su momento a Vélez Sársfield.

No quiero pecar de exigente pero pensaba que, a esta altura, Vélez iba a tener 15 puntos. No los tiene porque empató como visitante ante Gimnasia de Jujuy con un hombre menos.

El equipo de Hugo Tocalli juega un 4-4-2 clásico. El pasaje de un sistema de juego de los tres y cinco defensores con líbero que utilizaba La Volpe a jugar en línea de cuatro se hizo sin problemas, salvo en el partido contra Colón, en la primera fecha, que dio la impresión de sobrar el partido cuando estaba 4 a 1 para terminar ganando finalmente 4 a 3. Curiosamente esos tres goles fueron los únicos que recibió en las cinco fechas que lleva el torneo.

Tiene dos laterales que tratan de incorporarse a la construcción de la jugada por sus bandas alternativamente. Pero ambos encuentran problemas para desbordar, por lo que normalmente terminan centreando de frente.

Al no tener la convicción de salir jugando desde atrás con el medio campo, recurren a veces a lo más práctico: meter el pelotazo para los dos puntas que juegan adentro.

Los marcadores centrales son muy disciplinados y consecuentes en la marca, un punto a favor que les dejó el sistema de juego del torneo anterior.

No me quiero olvidar tampoco de Montoya, que le dio mucha tranquilidad al equipo con su estilo serio y responsable, convirtiéndose en uno de los mejores arqueros del campeonato, aunque no cuente con la publicidad que merece.

Llegamos al mediocampo que tiene, depende de quien juegue, más marca o más fútbol.

Se lo reparten entre cinco jugadores: Ríos y Sena van por derecha, Zapata y Escudero por izquierda y además cuentan con un recuperador como Bustos, que hace un gran trabajo defensivo.

No hay velocidad pero sí bastante habilidad: tanto Ríos como Escudero muchas veces exageran en sus demostraciones; algunas veces desequilibran y otras desperdician los ataques. Es cuestión de tiempo que aprendan cuándo se puede gambetear tanto y cuando conviene solar la pelota. Yo siempre digo que la gambeta tiene que ser una necesidad y no una obligación.

En el medio tratan de imponer presión para recuperar el balón, pero no lo hacen muy arriba para no dejar mucho espacio entre la defensa y el medio.

Cuando recuperan la pelota intentan darle mucha circulación horizontal, sobre todo cuando encuentran a los dos puntas inmediatamente. Pero les cuesta bastante monopolizar el juego, dividiendo mucho el dominio del partido.

Igualmente, pese a todo lo comentado, su gran virtud es que no es un equipo que se lo pueda dominar fácilmente.

Así es como vemos algunas veces los dos centrodelanteros, arriba, tratando de recuperar la pelota en inferioridad numérica, salvo cuando se les acerca algún medio para ayudarlos en la tarea.

Llegamos al sector que menos se confiaba por el pasado reciente. Y afortunadamente Balvorín y Silva se repartieron el 70% de los goles, demostrando una complementariedad y solidaridad muy inteligente de su parte.

¿Qué quiero decir con esto? Que ellos saben muy bien que tienen imperativamente que ayudarse para poder lograr el propósito de todo atacante de punta: convertir goles.

Con características diferentes son complementarios y generosos en el despliegue, teniendo mucha presencia en el área y oportunismo, lo que los convierte en una de las parejas ofensivas más peligrosas del campeonato.

De ser Vélez en el pasado un equipo con mayor cantidad de jugadores de las divisiones inferiores, pasó a tener hoy más del 50% del equipo de jugadores comprados, lo que lleva a los entrenadores y dirigentes a la necesidad de tener mucha puntería en el reclutamiento de jugadores y en la administración de las posibles ventas de los formados en el club.

El asunto es comprar lo que hace falta y no se puede formar y no comprar lo que ya se tiene.

Si no se equivoca, Vélez Sársfield tiene la chance, y con ella la obligación, de pelear por el título hasta la ultima fecha.

Tiene un muy buen grupo, que viene trabajando muy bien, además de un entrenador como Tocalli, que tiene mucha experiencia internacional a nivel de Selección y que además conocía perfectamente a Vélez, desde los '90. Tocalli sabe muy bien que puede ir a buscar lo que le haga falta en las muy bien trabajadas divisiones inferiores del club, el manantial que no se seca y sigue dando frutos.

A mi querido Vélez Sársfield le deseo lo mejor.

Felicidades.


Carlos Bianchi es el octavo goleador de la historia del fútbol mundial y el técnico que más títulos ganó en el fútbol argentino. Surgió como jugador en Vélez Sarsfield de su país, donde fue campeón en 1968, para luego destacarse en distintos clubes de Francia. Allí inició su carrera como técnico, antes de volver a la Argentina para ganar 15 títulos locales e internacionales, seis con Vélez y nueve con Boca Juniors. También dirigió a la Roma de Italia y al Atlético de Madrid de España y es eterno candidato a conducir a la Selección Argentina. Ha escrito para diversos medios de prensa y también se ha desempeñado como comentarista televisivo en distintos canales de Latinoamérica y del mundo.