"Mi amigo" Exupéry
El ex piloto de la Luftwaffe que admitió haber causado la muerte de Antoine de Saint-Exupéry es un personaje con una historia llena de matices.
La historia no tiene desperdicio, sobre todo si uno se guía por las impresiones preliminares: un antiguo piloto de la fuerza aérea nazi admite públicamente que podría haber sido él quien causó la muerte de uno de los pocos autores intocables de la literatura universal. El mal absoluto contra el bien, una vez más.
El factor emocional
Aunado a ello, la noticia trae consigo una fuerte carga emotiva. Son muchos –por lo menos 80 millones de personas, si uno se guía por las cifras de ventas- quienes han enriquecido sus días de infancia con la inspiración de El Principito, la célebre historia de Antoine de Saint-Exupéry.
Precisamente era éste quien, al parecer, iba en un avión derribado por Horst Rippert hace décadas en la costa francesa.
Pero más allá del contraste absoluto, comienzan a aparecer las tonalidades intermedias. Rippert, efectivamente, fue un piloto de la Luftwaffe que sirvió al régimen nazi. Es un personaje frecuente en foros de discusión en los que la historia de las fuerzas aéreas –incluidas las hitlerianas- se transforman en una auténtica subcultura. El motivo: sus muchas victorias en batallas aéreas a bordo de un Messerschmidt Bf-109 de manufactura germana.
“Si no te alejas, te derribo”
Rippert recibió instrucción como piloto de caza en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Tenía 18 años de edad. De acuerdo con algunos especialistas, participó en mumerosos duelos aéreos en los cuales derribó entre 20 y 27 aeronaves enemigas entre 1944 a 1945. Él mismo señala que fueron 28 los artefactos que atacó con éxito.
En uno de estos duelos, supone el propio ex piloto, se desplomó un avión francés en el que posiblemente viabaja en creador de El Principito, cerca de Toulon.
Como el propio Rippert reveló a periodistas franceses, se trataba de un vuelo de observación en el que nunca alcanzó a apreciar quién pilotaba la aeronave francesa.
“Pensé: ‘chico, si no te alejas de inmediato, te derribo a tiros'”, cuenta hoy Rippert al recordar aquella tarde. Finalmente, el piloto de la Luftwaffe accionó sus armas, el objetivo hizo una maniobra y después cayó al mar, despedazado. Esto sucedió el 31 de julio de 1944.
Silencio protector
Pero la historia de Rippert tiene otros aspectos relevantes, cuando no curiosos. Durante los 64 años que duró su silencio, el ex piloto realizó estudios universitarios e ingresó a la cadena Norddeutsche Rundfunk. Posteriormente hizo carrera como reportero de deportes en la cadena televisiva estatal ZDF. Habría callado, pues, para proteger su empleo en los medios de comunicación.
Pero además, Rippert es hermano de Hans Rolf Rippert, muy conocido en Alemania como Ivan Rebroff en su faceta de cantante popular y de ópera. Al morir éste, apenas el pasado 27 de febrero, se habló de que Horst pretendía reclamar la herencia de su hermano.
El ex piloto manifestó en su momento que había contratado a dos abogados, también miembros de la familia, a fin de precisar el monto de los bienes dejados por el cantante.
Como quiera que sea, Horst Rippert vuelve a aparecer hoy en los encabezados. El ex piloto manifiesta arrepentimiento por haber causado la muerte de Saint-Exupéry e incluso llama a éste “su amigo” debido a los textos que el autor –también piloto- dedicó al tema aéreo. El Principito, dice el hoy jubilado de 88 años, sigue siendo uno de sus libros favoritos.
El ex piloto de la Luftwaffe que admitió haber causado la muerte de Antoine de Saint-Exupéry es un personaje con una historia llena de matices.
La historia no tiene desperdicio, sobre todo si uno se guía por las impresiones preliminares: un antiguo piloto de la fuerza aérea nazi admite públicamente que podría haber sido él quien causó la muerte de uno de los pocos autores intocables de la literatura universal. El mal absoluto contra el bien, una vez más.
El factor emocional
Aunado a ello, la noticia trae consigo una fuerte carga emotiva. Son muchos –por lo menos 80 millones de personas, si uno se guía por las cifras de ventas- quienes han enriquecido sus días de infancia con la inspiración de El Principito, la célebre historia de Antoine de Saint-Exupéry.
Precisamente era éste quien, al parecer, iba en un avión derribado por Horst Rippert hace décadas en la costa francesa.
Pero más allá del contraste absoluto, comienzan a aparecer las tonalidades intermedias. Rippert, efectivamente, fue un piloto de la Luftwaffe que sirvió al régimen nazi. Es un personaje frecuente en foros de discusión en los que la historia de las fuerzas aéreas –incluidas las hitlerianas- se transforman en una auténtica subcultura. El motivo: sus muchas victorias en batallas aéreas a bordo de un Messerschmidt Bf-109 de manufactura germana.
“Si no te alejas, te derribo”
Rippert recibió instrucción como piloto de caza en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Tenía 18 años de edad. De acuerdo con algunos especialistas, participó en mumerosos duelos aéreos en los cuales derribó entre 20 y 27 aeronaves enemigas entre 1944 a 1945. Él mismo señala que fueron 28 los artefactos que atacó con éxito.
En uno de estos duelos, supone el propio ex piloto, se desplomó un avión francés en el que posiblemente viabaja en creador de El Principito, cerca de Toulon.
Como el propio Rippert reveló a periodistas franceses, se trataba de un vuelo de observación en el que nunca alcanzó a apreciar quién pilotaba la aeronave francesa.
“Pensé: ‘chico, si no te alejas de inmediato, te derribo a tiros'”, cuenta hoy Rippert al recordar aquella tarde. Finalmente, el piloto de la Luftwaffe accionó sus armas, el objetivo hizo una maniobra y después cayó al mar, despedazado. Esto sucedió el 31 de julio de 1944.
Silencio protector
Pero la historia de Rippert tiene otros aspectos relevantes, cuando no curiosos. Durante los 64 años que duró su silencio, el ex piloto realizó estudios universitarios e ingresó a la cadena Norddeutsche Rundfunk. Posteriormente hizo carrera como reportero de deportes en la cadena televisiva estatal ZDF. Habría callado, pues, para proteger su empleo en los medios de comunicación.
Pero además, Rippert es hermano de Hans Rolf Rippert, muy conocido en Alemania como Ivan Rebroff en su faceta de cantante popular y de ópera. Al morir éste, apenas el pasado 27 de febrero, se habló de que Horst pretendía reclamar la herencia de su hermano.
El ex piloto manifestó en su momento que había contratado a dos abogados, también miembros de la familia, a fin de precisar el monto de los bienes dejados por el cantante.
Como quiera que sea, Horst Rippert vuelve a aparecer hoy en los encabezados. El ex piloto manifiesta arrepentimiento por haber causado la muerte de Saint-Exupéry e incluso llama a éste “su amigo” debido a los textos que el autor –también piloto- dedicó al tema aéreo. El Principito, dice el hoy jubilado de 88 años, sigue siendo uno de sus libros favoritos.
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