Sergio Goycochea, del arco a la TV
¿Cómo olvidar a Sergio Goycochea? Aquel arquero atlético, de ojos saltones y asombrosa capacidad para detener penales que saltó a la fama en la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990 ha sido, sin dudas, uno de los futbolistas más exitosos de la selección argentina.
Subcampeón mundial en aquel torneo y titular en las dos últimas Copas América obtenidas por la Albiceleste, Goyco decidió colgar los guantes en 1998. Muchos le auguraban un lugar en el ambiente del fútbol, aunque él encontró una faceta inexplorada hasta ese entonces: el periodismo deportivo.
"Siempre tuve atracción por los medios y la verdad es que no me interesaba trabajar como entrenador. Fui un gran profesional mientras jugué, pero era una etapa superada y preferí estudiar otra cosa", cuenta a sus 44 años a FIFA.com. ¿Qué tiene de particular su afirmación? En un ambiente en el que los futbolistas cuelgan las botas para lanzarse sin escalas a la pantalla, el argentino estudió periodismo como cualquier alumno 'normal'.
"Tiene que ver con un estilo de vida. Quería ganarme el respeto de mis colegas y para eso invertí tres años estudiando. No fue fácil: lo hice cuatro días a la semana durante tres años, sentándome con chicos de 18 años que sabían quién era. Pero valió la pena", reconoce con su habitual sensatez. Y vaya si tiene razón: desde entonces, no sólo ha conducido Km por Hora, Abanderados y Resto del Mundo, sino que ha sido el co-conductor ideal para Diego Maradona en el famoso Show La Noche del Diez.
"De lo que hice hasta ahora, sólo un programa fue estrictamente futbolístico. Eso es bueno, porque permite explorar otros ámbitos y géneros. Y el trabajo con Diego fue algo maravilloso desde todo punto de vista, ¡algo mundial! La exigencia que teníamos, lo que significó como experiencia, la repercusión que tuvo... ¿Qué puedo decir? De él ya nada me sorprende", reconoce entre risas quien, gracias a su labor deportiva en el programa Abanderados, se ganó un premio Martín Fierro en 2003.
Ahora, tras siete años ininterrumpidos en la televisión, el argentino ha decidido tomarse un respiro. Pero no por mucho: tras recorrer todo el planeta con el programa Resto del Mundo, y mientras se mantiene en la conducción de distintos eventos, se prepara para retomar la actividad con un programa en Buenos Aires y un Reallity Show en Miami. Todo eso, mientras juega Showbol junto a Maradona y otro grupo de ex futbolistas...
Memorias de una Copa Mundial
Pese a haber jugado en distintos equipos de Argentina, Colombia y Brasil, Goycochea supo convertirse en un jugador emparentado mayormente con la selección albiceleste. Y todo desde 1990, cuando tuvo que suplir al lesionado Nery Pumpido para transformarse en héroe nacional.
"Aquel Mundial representó la máxima alegría de mi carrera. Sobre todo el partido ante Italia en la semifinal. No viví nada igual como ese festejo tras detenerle el penal a (Aldo) Serena. Desde lo deportivo, lo anímico, lo emocional... incluso por el protagonismo que adquirí. ¡Hasta me tocó atajar el penal ganador! Parecía una historia escrita para mí", recuerda.
Esa fue la espina que me quedó clavada. No llegar a ese penal me dolió más que los cinco goles que me metió Colombia en la eliminatoria de 1993
Sergio Goycochea, sobre el penal que le convirtió Andreas Brehme en la final de Italia 1990
La contracara de aquella celebración llegaría apenas días más tarde cuando Andreas Brehme, con un cobro preciso, definió el título a favor de Alemania. " Esa fue la espina que me quedó clavada. No llegar a ese penal me dolió más que los cinco goles que me metió Colombia en la eliminatoria de 1993", confiesa quien, con cuatro penales atajados, resultó clave en el camino hacia aquella final.
Hoy, 18 años más tarde, el público argentino todavía lo recuerda y admira, tal como se lo hace saber a cada paso. "Creo que en eso ha influido no sólo mi carrera, sino también mi presencia en los medios. Eso ayuda a que mi cara todavía resulte familiar, incluso para los hinchas más jóvenes", afirma. ¿Cuál es la receta para lograrlo? Él mismo la comparte: "En mi vida aprendí a valorar mucho el trabajo. No existe un manual que le diga al futbolista qué cosas van a suceder a la hora del retiro, pero en mi caso el trabajar me dio una mano muy grande. Te permite mantener la cabeza ocupada y sentirte útil, ocupado".
Sin dudas, una definición clara que anticipa su última respuesta: "¿Cómo me veo de aquí a diez años? Espero decir lo mismo, disfrutando del trabajo. Esa es mi manera de comprender la vida".
¿Cómo olvidar a Sergio Goycochea? Aquel arquero atlético, de ojos saltones y asombrosa capacidad para detener penales que saltó a la fama en la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990 ha sido, sin dudas, uno de los futbolistas más exitosos de la selección argentina.
Subcampeón mundial en aquel torneo y titular en las dos últimas Copas América obtenidas por la Albiceleste, Goyco decidió colgar los guantes en 1998. Muchos le auguraban un lugar en el ambiente del fútbol, aunque él encontró una faceta inexplorada hasta ese entonces: el periodismo deportivo.
"Siempre tuve atracción por los medios y la verdad es que no me interesaba trabajar como entrenador. Fui un gran profesional mientras jugué, pero era una etapa superada y preferí estudiar otra cosa", cuenta a sus 44 años a FIFA.com. ¿Qué tiene de particular su afirmación? En un ambiente en el que los futbolistas cuelgan las botas para lanzarse sin escalas a la pantalla, el argentino estudió periodismo como cualquier alumno 'normal'.
"Tiene que ver con un estilo de vida. Quería ganarme el respeto de mis colegas y para eso invertí tres años estudiando. No fue fácil: lo hice cuatro días a la semana durante tres años, sentándome con chicos de 18 años que sabían quién era. Pero valió la pena", reconoce con su habitual sensatez. Y vaya si tiene razón: desde entonces, no sólo ha conducido Km por Hora, Abanderados y Resto del Mundo, sino que ha sido el co-conductor ideal para Diego Maradona en el famoso Show La Noche del Diez.
"De lo que hice hasta ahora, sólo un programa fue estrictamente futbolístico. Eso es bueno, porque permite explorar otros ámbitos y géneros. Y el trabajo con Diego fue algo maravilloso desde todo punto de vista, ¡algo mundial! La exigencia que teníamos, lo que significó como experiencia, la repercusión que tuvo... ¿Qué puedo decir? De él ya nada me sorprende", reconoce entre risas quien, gracias a su labor deportiva en el programa Abanderados, se ganó un premio Martín Fierro en 2003.
Ahora, tras siete años ininterrumpidos en la televisión, el argentino ha decidido tomarse un respiro. Pero no por mucho: tras recorrer todo el planeta con el programa Resto del Mundo, y mientras se mantiene en la conducción de distintos eventos, se prepara para retomar la actividad con un programa en Buenos Aires y un Reallity Show en Miami. Todo eso, mientras juega Showbol junto a Maradona y otro grupo de ex futbolistas...
Memorias de una Copa Mundial
Pese a haber jugado en distintos equipos de Argentina, Colombia y Brasil, Goycochea supo convertirse en un jugador emparentado mayormente con la selección albiceleste. Y todo desde 1990, cuando tuvo que suplir al lesionado Nery Pumpido para transformarse en héroe nacional.
"Aquel Mundial representó la máxima alegría de mi carrera. Sobre todo el partido ante Italia en la semifinal. No viví nada igual como ese festejo tras detenerle el penal a (Aldo) Serena. Desde lo deportivo, lo anímico, lo emocional... incluso por el protagonismo que adquirí. ¡Hasta me tocó atajar el penal ganador! Parecía una historia escrita para mí", recuerda.
Esa fue la espina que me quedó clavada. No llegar a ese penal me dolió más que los cinco goles que me metió Colombia en la eliminatoria de 1993
Sergio Goycochea, sobre el penal que le convirtió Andreas Brehme en la final de Italia 1990
La contracara de aquella celebración llegaría apenas días más tarde cuando Andreas Brehme, con un cobro preciso, definió el título a favor de Alemania. " Esa fue la espina que me quedó clavada. No llegar a ese penal me dolió más que los cinco goles que me metió Colombia en la eliminatoria de 1993", confiesa quien, con cuatro penales atajados, resultó clave en el camino hacia aquella final.
Hoy, 18 años más tarde, el público argentino todavía lo recuerda y admira, tal como se lo hace saber a cada paso. "Creo que en eso ha influido no sólo mi carrera, sino también mi presencia en los medios. Eso ayuda a que mi cara todavía resulte familiar, incluso para los hinchas más jóvenes", afirma. ¿Cuál es la receta para lograrlo? Él mismo la comparte: "En mi vida aprendí a valorar mucho el trabajo. No existe un manual que le diga al futbolista qué cosas van a suceder a la hora del retiro, pero en mi caso el trabajar me dio una mano muy grande. Te permite mantener la cabeza ocupada y sentirte útil, ocupado".
Sin dudas, una definición clara que anticipa su última respuesta: "¿Cómo me veo de aquí a diez años? Espero decir lo mismo, disfrutando del trabajo. Esa es mi manera de comprender la vida".
No hay comentarios:
Publicar un comentario