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miércoles, 26 de marzo de 2008

Lehmann

Lehmann: frustraciones y dichas de un guardameta

El Arsenal está haciendo una excelente temporada, pero su guardameta Jens Lehmann atraviesa esta temporada un periodo de enorme frustración.

El portero alemán, que ha perdido la titularidad en favor de Manuel Almunia, pensó en abandonar el estadio Emirates durante el mercado invernal de traspasos. Al final, no obstante, decidió quedarse en el club porque no ha perdido la esperanza de que "todavía es posible ganar algo" con su equipo, ya se la liga y o deseada Liga de Campeones de la UEFA.

A sus 38 años, el guardameta conserva intacta su ambición también en el fútbol internacional y está convencido de que Alemania es una de las grandes favoritas para conquistar la Eurocopa 2008 dentro de unos meses. En esta extensa entrevista, Lehmann hace balance de los buenos y los malos tiempos, desde el fantástico ambiente de la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006 hasta su expulsión en la final de la Liga de Campeones de la UEFA, y confiesa que en el fútbol es muy difícil hacer amistades verdaderas.

FIFA.com: ¿Qué diferencias y semejanzas cree que existen entre este Arsenal y el Arsenal de los "invencibles" que ganó la liga en su primera temporada en el club?
Jens Lehmann: No son comparables. Se trata de un equipo diferente con virtudes diferentes. El equipo actual no posee la misma experiencia porque todavía no la ha conseguido, pero cualidades no le faltan. Tiene muchos jugadores excelentes, aunque ahora que nos acercamos al final, la calidad no es lo único que cuenta: la resistencia y la experiencia son igual de importantes.

El Arsenal perdió a Eduardo el mes pasado por culpa de una terrible lesión. ¿Cree que su ausencia será muy perjudicial en el tramo final de la temporada?
Por supuesto, es una pérdida tremenda. En los últimos partidos, él era nuestra gran baza: marcaba goles, corría, se entregaba muchísimo. Ahora confiamos en el regreso de Robin van Persie, pero también él posee un largo historial de lesiones. Nuestra esperanza es que los demás jugadores sigan en forma. Está claro que no disponemos de una plantilla muy numerosa, pero habrá que ver si es lo suficientemente grande o, por el contrario, demasiado reducida.

¿Le ha resultado frustrante quedarse sentado en el banquillo durante periodos tan prolongados esta temporada?
Me ha costado muchísimo; es muy duro, especialmente cuando veo el rendimiento que se está ofreciendo sobre el terreno de juego. A veces no te queda más remedio que aceptar que, a pesar de jugar un par de partidos, acabas de nuevo en el banquillo.

¿Estuvo o no a punto de regresar al Borussia Dortmund en enero?
Estuve más que a punto. Pero me quedé por varias razones. Mi experiencia en el Milan, del que me marché demasiado pronto, fue una de ellas, y también mi situación familiar, porque no quería sacar a mis hijos de la escuela a la que van ahora. Además, tengo la certeza de que todavía puedo ganar un título cin este club y contribuir a su triunfo.

Háblenos de su experiencia en el Milan, donde pasó una única temporada (1998/99).
En el Milan me lesioné, por lo tanto no jugué. Lugo, cometí el error de cambiar de club demasiado precipitadamente, porque el entonces seleccionador nacional, Erich Ribbeck, me presionó para que lo hiciera. Me vino a decir: "Si no juegas ahora, no podré convocarte más".

¿Le preocupa actualmente perder la plaza en la selección alemana?
No. En condiciones normales, tampoco me preocuparía la titularidad en el club.

Con la vista puesta en la EURO 2008, ¿considera que Alemania tiene ahora mejor equipo que en la Copa Mundial de la FIFA 2006?
Espero que seamos más potentes, pero habrá que ver qué nos deparará el Campeonato Europeo. Normalmente, se trata de una competición mucho más exigente, en lo que a calidad se refiere, que un Mundial. Como recordará, los últimos cuatro equipos que quedaban en liza en Alemania 2006 eran todos europeos. Nosotros hemos sido los primeros que nos hemos clasificado, y además tenemos un esquema táctico muy bien definido, de manera que confío en que nos encontremos entre los favoritos de la Eurocopa.

¿Qué nos dice del trabajo que está llevando a cabo Joachim Löw desde que sustituyó a Jurgen Klinsmann?
Löw ha aprovechado lo que hizo Klinsmann y ha seguido avanzando sobre esos cimientos. Klinsmann hizo un trabajo fantástico en la elaboración y puesta en marcha de todo el proyecto, y Jogi Löw formaba parte integrante de todo aquello en calidad de ayudante del seleccionador. Antes de la Copa Mundial, Alemania tuvo problemas con sus esquemas tácticos. Sin embargo, cuando llegaron Jogi Löw y Jurgen Klinsmann, instruyeron a los jugadores en la forma en la que ellos querían que jugaran. Antes solíamos tener futbolistas tan grandes que no nos preocupábamos demasiado de la táctica. Pero el fútbol ha cambiado, y Jurgen Klinsmann era muy consciente de ello. Por eso mismo, nos organizó en un esquema de trabajo. Si trabajas dentro de una buena organización, incluso aunque tengas un mal día, puedes lograr resultados.

¿Podríamos decir sin temor a equivocarnos que la Copa Mundial de 2006 fue el punto álgido de su carrera?
Fue un momento álgido para todos nosotros. Muy probablemente fue la mejor época de nuestras vidas hasta el momento, porque el verano en Berlín fue fantástico, el país entero nos aupaba y había un ambiente increíble entre los seguidores y los futbolistas. Aunque por desgracia no ganamos, mucha gente sigue diciendo que el tercer puesto fue de hecho mucho más beneficioso para la imagen del país que la conquista de la copa. Como deportista, preferiría haberla ganado, pero en general fueron cuatro o cinco semanas sobresalientes en nuestra carrera de futbolistas.

¿Destacaría algún recuerdo en particular de aquel verano alemán?
Cuando derrotamos a Polonia en Dortmund, de repente se vieron banderas alemanas por todas partes. En Alemania estuvimos muchísimo tiempo sin poder dar rienda suelta a nuestro patriotismo ondeando banderas o agitando estandartes. Y, de repente, una nueva generación que no tiene nada que ver ni con la guerra ni con los nazis exhibía su patriotismo. Vivir esos momentos, ver aquello, fue algo grande; emocionalmente, uno de los instantes más señalados.

Antes de la Copa Mundial de la FIFA, usted vivió un gran año con el Arsenal.
Tuve un año muy bueno, como se pudo apreciar en la temporada de la Liga de Campeones. Lamentablemente, tampoco ganamos esa competición. Todavía me dura el enfado. Tengo aquello metido en la cabeza, me asalta el recuerdo cuando me pongo a pensar en mi situación sentado en el banquillo. No puedo quitármelo de la cabeza. Creo que el árbitro se encontró presionado en la final. Los hombres del Barcelona se fueron para él con las manos en alto, pidiéndole la tarjeta roja. Al fin y al cabo, yo había tocado al jugador [Samuel Eto'o], de manera que estaba en manos del árbitro, y tomó la decisión que él consideró acertada en aquellas circunstancias. No creo que su intención

fuera castigarme a mí particularmente. Adoptó una decisión y ya está. Según he oído, después se arrepintió, de manera que no puedo tomarla contra él.

¿La rivalidad que mantuvo con Oliver Kahn hizo de usted un mejor futbolista?
Sí, sin duda alguna, especialmente durante los dos años previos al Mundial. Antes de conseguir el dorsal número 1, se me ofreció la oportunidad de luchar por él. Luché y jugué casi a la perfección durante dos años y medio. ¡La tensión era tan grande! A mí me vino de perlas, fue fantástico.

En la actualidad es notoria la rivalidad que mantiene con Manuel Almunia en el Arsenal. ¿Ese tipo de rivalidades son más frecuentes entre porteros, pues compiten por una demarcación muy especializada?
En estas rivalidades, ciertos tipos no saben separar lo profesional de lo personal. O sea, no nos une precisamente una gran amistad, pero no es algo que me preocupe.

¿Es difícil hacer amigos en el fútbol?
Sí que es posible tener amigos en el fútbol, pero en clubes más pequeños, donde todos saben que tienen que formar una piña y que dependen mucho de los demás. En los clubes grandes, llega otro tipo que ofrece la misma calidad, y prescinden totalmente del que tenían antes.

¿Sale mucho con sus compañeros del Arsenal?
No. Por edad, tienen más afinidades con mis hijos que conmigo. Cuando salgo con ellos, soy uno más del grupo y me divierto mucho. Pero yo tengo una familia y no me queda tiempo para alternar con los compañeros, sencillamente no me es posible. Solía salir con Thierry Henry y Freddie Ljungberg de vez en cuando, pero el único más o menos de mi edad y con hijos que hay ahora en el equipo es Gilberto Silva.

¿Qué le gusta más de vivir en Londres?
Me gusta Londres como ciudad. Es preciosa y muy variada. Al principio te apabulla porque hay demasiado tráfico, demasiada gente, pero cuando te das cuenta de todo lo que puedes hacer en ella, comienzas a apreciarla en lo que vale. También me gustan los londinenses, con su sentido del humor tan socarrón y la forma en que respetan como personas a los jugadores. No se ponen pesados cuando quieren darte la mano o pedirte un autógrafo. Lo que no me gusta es el tráfico. En Inglaterra se guía de una forma diferente a Europa, y eso no me hace tanta gracia. Tengo la impresión de que a los ingleses les gusta hacer cola.

A los ingleses se les enseña en la escuela a hacer colas, ¿sabe?
Mis hijos hacen cola en la escuela. Pero, en los semáforos, resulta muy duro a veces.

¿Espera estar todavía en activo cuando se celebre la Copa Mundial de la FIFA 2010?
Yo no sé qué haré después del verano. Jugaré en el Campeonato de Europa, y luego todo depende de que tenga una buena oferta. Si así fuera, seguiría otros dos años; si no, quizá me retire.

¿Le gustaría seguir en el fútbol después de colgar las botas?
Sí, pero no inmediatamente después.

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