¿Eres emocionalmente inteligente?
Dinero - noviembre
de 2015
Un reciente estudio analizó a 500
líderes de negocios para descubrir por qué hay personas que tienen más éxito
que otras, trabajando en lo mismo. ¿La clave? La personalidad, más que las
afinidades culturales o las habilidades de trabajo.
Según un artículo realizado entre
el Foro Económico Mundial y Jimena Azinovic de Forbes, el problema está en
saber qué quiere decir “personalidad” en el ámbito de los negocios: se compone
de un conjunto estable de preferencias y tendencias a través del cual nos
acercamos al mundo. Ser introvertido o extrovertido es un ejemplo de la
personalidad. Sus rasgos se forman a una edad temprana y se fijan en los
primeros años de la edad adulta. Muchas cosas de nosotros cambian a lo largo de
la vida, pero la personalidad es una excepción.
Pero la personalidad no es lo
mismo que el intelecto, ni que la inteligencia emocional. Esto lo han
malinterpretado los líderes. Las cualidades que han llamado personalidad eran
en realidad de inteligencia emocional, algo que cualquiera puede incorporar en
su vida. Para tener inteligencia emocional se debe estar en contacto con tus
propios sentimientos y con los de los demás, así como gestionar de una manera
que nunca sea amenazante pero sí inspiradora y energizante. Éstas son las
habilidades de las personas emocionalmente inteligentes:
1. No están preocupados por la
recompensa. Un buen empleado nunca dice: “Ése no es mi trabajo”. Los más
exitosos son aquellos que trabajan más allá de la descripción de sus trabajos,
en lugar de estar esperando reconocimiento.
2. Toleran el conflicto. Ni
buscan situaciones conflictivas, ni huyen del conflicto. Son capaces de
mantener su compostura mientras exponen su postura con calma y lógica. Son
capaces de resistir a los ataques personales.
3. Se centran en lo importante. A
los alumnos pilotos se les suele decir: “Cuando las cosas empiezan a ir mal, no
te olvides de pilotar el avión”. Los mejores empleados no se distraen con los
clientes de mal humor o las quejas entre oficinas. Saben diferenciar los
problemas reales del ruido de fondo.
4. Tienen coraje. Están
dispuestos a hablar cuando otros no lo están, ya sea sobre algo complicado o
para impugnar una decisión ejecutiva. Piensan antes de hablar y eligen
sabiamente el mejor momento para hacerlo.
5. Tienen su ego bajo control.
Están dispuestos a admitir cuándo se equivocan y a hacer cosas de otra manera,
ya sea porque es mejor o porque es importante para la armonía del equipo.
6. Nunca están satisfechos.
Tienen la convicción de que las cosas siempre pueden ser mejores sin importar lo
bien que vayan las cosas.
7. Reconocen cuándo las cosas
están rotas y las arreglan. No pasan los problemas por alto, sino que buscan
remedios de inmediato.
8. Son responsables. “No es mi
culpa” es la frase más irritante en una oficina. Los empleados más exitosos son
dueños de su trabajo, de sus decisiones y de todos sus resultados, sean buenos
o malos.
9. Son agradables. Son queridos
por todos los compañeros. Tienen habilidades de integridad y liderazgo (incluso
si no están en una posición oficial de liderazgo). Externamente, son personas
en las que se puede confiar para representar a la empresa.
10. Neutralizan a la gente
tóxica. Tratar con personas difíciles es frustrante y agotador para la mayoría.
Los empleados exitosos controlan sus interacciones con personas tóxicas al
mantener sus sentimientos bajo control. Saben identificar sus propias emociones
y no permiten que la ira o la frustración alimente el caos.
Finalmente, merece la pena
recordar estas palabras de Teresa de Calcuta en el 50 aniversario de la ONU:
"Así que queréis cambiar a
la gente, pero ¿conocéis a vuestra gente? Porque si no conocéis a las personas,
no habrá comprensión, y si no hay comprensión, no habrá confianza, y si no hay
confianza, no habrá cambio. ¿Y queréis a vuestra gente? Porque si no hay amor
en lo que hacéis, no habrá pasión, y si no hay pasión, no estaréis preparados
para asumir riesgos, y si no estáis preparados para asumir riesgos, nada
cambiará. Así que, si queréis que vuestra gente cambie, pensad: ¿conozco a mi
gente?, ¿y quiero a mi gente?…"
No hay comentarios:
Publicar un comentario