Los otros negocios de Fuji que la
salvaron del fracaso
FORBES, Jueves, 5 de noviembre de 2015
Ni la evolución del celular como
cámara fotográfica para aficionado, ni la imagen digital fueron cambios que
hicieran temblar a esta empresa. Al contrario, apostó por la investigación y el
desarrollo, encontrando la utilidad adicional a cada uno de sus hallazgos.
Lunamer AC es un gel que ayuda a
disminuir los problemas de acné en mujeres de entre 20 y 30 años. Este producto
promete no resecar la piel facial de las áreas donde no existen brotes y sí
limpiar los poros que tienen grasa abundante. Este cosmético es una marca registrada
de Fuji Film Corporation, y es resultado de su política de constante
investigación y desarrollo.
Este salto parecería casi
inverosímil. Quizá a cualquier persona a quien se le pregunte qué es lo primero
que le viene a la mente cuando escucha la palabra Fuji, responderá que una
cámara fotográfica o un rollo de cámara (claro, para los que todavía utilizaron
este tipo de cámaras). Hoy, para muchos esto ya no hace sentido.
Y quizá, para dentro de algunos
años más, si un joven escucha la palabra Fuji, lo primero que vendrá a su
mente es un tratamiento para la piel, una vacuna o un medicamento.
Sencillamente para esta empresa,
que los celulares se convirtieran en el artefacto preferido para tomar
fotografías del grueso de la población mundial no fue ninguna tragedia y sí una
oportunidad más para explorar otros nichos de negocio.
“En tecnología, el que no cambia
se muere y tienes que estar siempre adaptándote y revolucionando las
tecnologías que tienes; por más que una tecnología funcione muy bien, tarde o
temprano va a ser sustituida por algo más”, comenta Enrique Giraud de Haro,
director comercial de Fujifilm México.
La raíz del cambio
Fujifilm ha garantizado su
vigencia siguiendo dos estrategias: por un lado, a mediados de los años 90
inició un proceso de adquisiciones con el objetivo de hacerse de tecnologías
que la complementaran y, por otro, los descubrimientos que el constante proceso
de investigación y desarrollo arrojaba siempre podían tener otra aplicación.
“En la película (fotográfica), el
componente básico en donde está toda la emulsión es colágeno, que es
prácticamente lo mismo que tenemos en la piel. Si bien es totalmente artificial
este recubrimiento de la película, los compuestos y el cómo se genera la
película es muy parecido al tejido humano”, dice Giraud.
Este descubrimiento los llevó a
investigar diversos componentes que pudieran ayudar a prevenir el
envejecimiento de la piel: “A todos nos ha pasado que tenemos fotos de los
papás, de los abuelos… y conforme van pasando los años la imagen baja en
contraste, se vuelven amarillas; por eso es que vemos fotos color sepia, como
una muestra de su envejecimiento”.
Estas fotografías se conservan de
mejor manera si permanecen guardadas en un lugar oscuro y con poca variación de
temperatura. Lo que más daña las imágenes es la radiación ultravioleta porque
favorece a su oxidación, al igual que ocurre con la piel humana.
Fuji empezó a utilizar un
compuesto que se llama astaxantina, que se encuentra presente en algunos
crustáceos y es el que les da ese color rojizo. Esta sustancia es empleada
como un antioxidante en las fotografías. ¿Qué otra utilidad podría tener?
Fuji encontró que las partículas
de esta sustancia tenían una composición molecular muy grande lo que
dificultaba su absorción en el cuerpo humano, ya fuera vía oral o cutánea. El
desarrollo en nanotecnología que ha logrado a partir del control de la
formación de los granos de haluro de plata le permitió descubrir que si
aplicaba la misma tecnología con el colágeno podía obtener un compuesto,
incluso mucho más poderoso, que el famoso Q10. “Un kilo de astaxantina es mil
veces más poderoso como antioxidante que un kilo de Q10. Entonces, las
propiedades de estos materiales son increíbles, pero requieren de mucha más
tecnología para poderse manejar y volverse compuestos que se absorban en el
cuerpo”, dice Giraud.
La radiología era un paso muy
natural para esta empresa, si pensamos en todo el desarrollo en torno a la
película fotográfica. En los primeros años de la década de los 70, iniciaron el
proceso de investigación y desarrollo del primer aparato en el mundo para
mostrar los diagnósticos médicos de Rayos X de manera digital.
Esto los llevó a otro
descubrimiento: “Por ejemplo, hablando en el tema de la mastografía, hay quien
está en contra de este procedimiento por las dosis de radiación que genera,
pero los equipos digitales requieren generar mucho menos radiación que con la
película (convencional)”. Fuji fue la primera empresa en desarrollar los
paneles que permitían que la radiografías fueran digitales.
El estudio constante de los
reactivos químicos que han utilizado para el revelado de las películas,
también debía servir para algo más. Esta empresa, ahora cuenta con equipos que
realizan análisis secos de sangre, es decir, son capaces de arrojar los mismos
resultados que con una prueba convencional, pero con una menor cantidad de
fluido. Esto disminuye la incomodidad de los pacientes. Otra de las ventajas
que tiene este tipo de aparatos es que no requieren personal altamente
especializado para operarlos, ya que un químico farmacobiólogo puede realizar
el trabajo.
Contra el ébola
Previo al grave problema del
ébola que surgió en la región de África, Fuji llevó a cabo diversas pruebas de
un medicamento contra la influenza y uno de los grandes aportes que tuvo con
este compuesto es que podían probar su efectividad o no para varios
padecimientos.
El resultado fue que este
medicamento ya tenía un gran potencial de curar el ébola: “Como apenas estaba
en proceso de aprobación por todos los organismos internacionales de salud, se
enfocaron en tener el de la influenza, el cual ya estaba aprobado por el
Ministerio de Salud japonés para poderse usar en casos de influenzas
resistentes”, dice Giraud.
El medicamento Avigan, aprobado
para aplicarse contra la influenza, todavía se encontraba en una fase
controlada para su venta al público. Sin embargo, contaba con la ventaja de
tener suficientes dosis y capacidad de producción para poder tratar a un gran
número de pacientes.
Así, después de que pasó la
crisis de esta enfermedad, se realizaron varias pruebas sobre su efectividad y
daño a los pacientes; incluso, hubo conflictos en torno a este medicamento que
caían en el campo ético: “Ya para principios del año está autorizada la
medicina de Fujifilm como el único tratamiento que hay autorizado para el
ébola”.
Tecnologías del futuro
“Fuji lleva muchos años con el
tema de adquisiciones, cada vez que hay crisis y movimientos en las compañías,
esto fomenta de cierta manera estas adquisiciones y en los últimos años esto
se ha intensificado”, dice.
En la década de los años 90
inició este proceso. En 1993, la empresa adquirió 51% de las acciones en
circulación de Chiyoda Medical Co., con lo que incursiona en el sector médico.
En 1997, se hace de la alemana Eurocolor Photofinishing GmbH & Co., para
fortalecer el área de imagen. El proceso de las adquisiciones continúa: en el
año 2001 Fujifilm Holdings incrementó su participación en 75% de Xerox
Limited, que opera en la región Asia-Pacífico: “En lugar de comprar a la
compañía como tal, la compró de manera regional y entonces todas las ventas de
esa zona desde Oceanía las maneja Fuji. Gran parte de la renovación que tuvo
Xerox aplicada a su tecnología de color fue tecnología que Fuji le aportó”.
Durante el año 2006, realizó
cuatro adquisiciones y algunas fusiones dentro de sus empresas subsidiarias,
siendo este año uno de los más activos. Las empresas adquiridas en ese momento
tuvieron el objetivo de fortalecer el área médica, química, de imagen y de
impresión.
En 2012, la corporación realizó
otra adquisición, SonoSite, compañía especialista en tecnología de
ultrasonido. Esta compra significó una inversión aproximada de 995 millones de
dólares (mdd), con lo que fortaleció su área de equipo médico. Esta compañía
fue apoyada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos porque uno de sus
objetivos era tener equipos portátiles de ultrasonido que permitieran atender
a los soldados heridos o a la población civil, sin someterlos a procedimientos
innecesarios in situ. SonoSite tiene una tecnología patentada de rayo XDI
(imagen de definición extrema), que permite moldear el haz del ultrasonido para
obtener una precisión milimétrica.
“Lo que buscamos son tecnologías
a futuro, Fuji se ha caracterizado por hacer inversiones no para incrementar
las ventas de forma importante, sino en tecnologías para desarrollar a futuro
mercados nuevos”, dice Giraud.
Acercarse aún más a la academia
es otra de las estrategias de Fuji. Al respecto, el año pasado estableció una
serie de alianzas con centros de educación, universidades y centros superiores,
con el objetivo de trabajar de manera conjunta y desarrollar productos que
puedan llevarse lo más rápido posible al campo de aplicación, sobre todo en el área
médica. Fruto de estas alianzas fue el descubrimiento de que con un material de
Fujifilm y el compuesto de un polímero, que capta el colágeno, encontraron que
el producto final era capaz de favorecer el crecimiento de tejidos. Esto
permite regenerar de mejor manera la piel, por ejemplo, con fuertes quemaduras
e incluso actúa en fracturas: “En donde el cuerpo tiene que hacer un trabajo
muy importante para reparar un tejido, este tipo de compuesto puede aplicarse
sobre el cuerpo y lo va absorbiendo, pero le sirve como una red para extender
más rápido el crecimiento natural de las células, usando la naturaleza del
cuerpo”, explica con entusiasmo Giraud.
El proceso de adquisiciones y de
asociaciones con universidades se lleva a cabo en su gran mayoría en Japón,
pero para México algo se está gestando. A pesar de que aún es confidencial,
Giraud accede a compartir que se están evaluando algunos casos para motivar el
desarrollo del sector salud en México de la mano de gobiernos y universidades,
pero no comentó más.
¡Viva la foto!
“Nacimos como una compañía de
imágenes, muchos de los productos que vendemos siguen fundamentados en la
imagen y en la química. La fotografía es uno de los puntos más importantes
que tenemos, como tal ha habido cambios, pero no hemos descuidado a este
mercado”, dice Giraud.
El mercado está muy lejos de
morir. Esta empresa ha enfocado sus esfuerzos en mejorar los equipos
fotográficos ya existentes y dirigirse a los fotógrafos de profesión; en agosto
pasado, lanzó una campaña para reposicionar su serie premium de cámaras
fotográficas sin espejos, que permiten tener imágenes aún de mayor calidad.
La aparición de los celulares y
esa lucha eterna de los megapíxeles, sin duda, sentó un antes y un después en
el mundo de las cámaras fotográficas portátiles, y en efecto, explica Giraud,
este tipo de productos va a la baja. Sin embargo, Fuji ha encontrado la manera
de seguir muy de cerca la gente que disfruta de la fotografía para aficionados
y para los románticos de este arte.
“En cámaras de aficionado ha
habido una reducción muy importante en el mercado porque los celulares cumplen
con las necesidades de la mayoría de los usuarios; entonces, no estamos en
contra de ello, no creemos que los celulares sean una mala forma de tomar fotografías,
pero también estamos desarrollando formas para tener mejores fotos”, dice
Giraud.
Y no es que Fuji vaya a
incursionar en las telecomunicaciones, pero sí es uno de los participantes de
mayor relevancia en el desarrollo de lentes y módulos de las fotos de las
cámaras que tienen integradas los celulares.
También tiene fortaleza en el
negocio de impresión de imágenes: esta empresa atiende a más de 75% del mercado
mexicano en las tiendas de autoservicio y en los clubes de precio a través de
las máquinas que ahí mismo se ubican: “Si tú ves una foto de las que te venden
en una boda, algo que imprimas de tus vacaciones y si la volteas, en tres de
cada cuatro casos va a ser de Fujifilm, con químicos y con equipos de Fuji”,
dice Giraud.
A nivel mundial, el mercado de
productos fotográficos representa para Fuji 15%.
“Nada es para siempre”
Otra de las áreas que también la
empresa considera estratégica es la de artes gráficas, ya que a través de la
tecnología que desarrolla haluros de plata sensibles a la luz fabrica películas
y placas para imprimir periódicos, folletos y revistas en todo el mundo:
“Sabemos que nada es para siempre e invertimos cada vez más en prensas
digitales en donde Fuji adquirió una de las empresas más importantes de cabezas
de impresión llamada Dimatix”.
Esta empresa, adquirida en 2006,
tiene importantes inversiones en investigación y desarrollo de tecnologías en
inyección de tinta: “En muchos años creemos que esto (prensa y preprensa) se
moverá a digital, y lo que vas a poder hacer son periódicos y revistas
personalizados”, dice Giraud.
En México
Fujifilm inició en México en 1963
bajo la razón social de Rivfer S.A. de C.V. Esta empresa, según comenta Enrique
Giraud, es 100% mexicana y familiar. La inició su abuelo Enrique Giraud Mijares
y aquí comercializa productos, equipos y servicios en los mercados
fotográficos, de imágenes electrónicas, de cine profesional, artes gráficas,
imágenes de la salud. “El primer mastógrafo digital que se instaló en el
Continente fue instalado en México”, dice Giraud.
Actualmente, explica, se
encuentran trabajando muy de cerca con la Secretaría de Salud para lograr la
aprobación de analizadores de virus de influenza: “Es una prueba nueva en Japón
y somos de los primeros mercados en el mundo, incluso antes que Estados Unidos,
que estamos haciendo la certificación para traer esta tecnología”. Este
artefacto permite detectar en el consultorio y en una fase temprana el virus de
la influenza. Con el desarrollo que han logrado con el haluro de plata
descubrieron una solución que incrementa significativamente la sensibilidad de
detección del virus; incluso, podría ser capaz de detectar el virus de la
malaria.
Aunque Enrique Giraud de Haro
creció en los pasillos de Fuji, llama la atención su juventud y conocimiento de
la empresa: “Llevo 19 años en Fuji, pero tenemos que reinventarnos cada año.
Fuji ha sido mi único trabajo, he estado aquí toda la vida y no tengo ningún
plan de moverme.”
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