El gran dilema del capitalismo y
la democracia
FORBES-
20 de Noviembre de 2015
El capitalismo está en crisis, y
en la búsqueda de un nuevo modelo cabe preguntarse: ¿será que China se perfila
como la democracia perfecta del futuro?
No cabe duda que el capitalismo
como sistema económico está en una profunda crisis mundial. Hemos visto cómo en
diferentes países este modelo económico ha generado severas crisis,
estancamientos económicos, iniquidad y hasta pobreza extrema, cosas que ya
vemos hasta en Estados Unidos mismo.
Pero estas situaciones no viajan
solas, no es sólo el problema del modelo económico; también tiene mucho que ver
con el sistema político involucrado. En nuestro modelo institucional, creado a
raíz de la posguerra, el sistema Bretton Woods le vendió al mundo un sistema
económico y político que tiene mucho parecido –desde mi óptica– con aquella
vieja golosina conocida como Twinky Wonder, que consta de dos pastelillos de un
sabor determinado, juntos en una bolsita.
En esta reflexión, un pastelillo
correspondería al sistema económico: el capitalismo, y el segundo pastelillo
sería el sistema político: la democracia. Así se ha aplicado la receta en
muchos países del mundo, pero los resultados, a más de 70 años de su
instalación, no han sido los mismos y hoy sus efectos son muy dispares.
Y podemos analizar diferentes
casos rápidamente. Venezuela es una supuesta democracia, con tintes comunistas
y un modelo económico de Estado; el resultado es un desastre. Estados Unidos
mismo no ha logrado establecer un crecimiento continuo; Europa, en general, está
económicamente detenida, y hoy Alemania sufre de la mayor huelga aérea en su
principal aerolínea –algunos expertos pronostican que es la huelga que más daño
hará a la industria aérea mundial–. Y así podemos seguir con más ejemplos en
diferentes continentes. Los últimos acontecimientos de actos terroristas en
París, independientemente del horror causado, tendrán un efecto económico que
puede ser devastador para los, ya de por sí, débiles procesos económicos
mundiales.
Al mismo tiempo tenemos casos
como Rusia, Corea del Sur y China, en donde se han combinado una serie de
factores distintos en regímenes políticos diferentes; hoy, los adinerados de
Rusia y China se mueven por el mundo comprando de todo, y en el caso de China
basta ver que el pasado 11 de noviembre se llevó a la cabo el Día del Soltero,
una venta vía online equivalente al Black Friday de Estados Unidos y que, según
los últimos números, reporta ventas por 14 billones de dólares. Es la venta
online más grande del planeta, y la comunidad china es la más grande del mundo;
además es el país de mayor crecimiento económico sostenido.
En el caso de China, su modelo
político es un modelo comunista que se ha transformado en los últimos años y
que ha permitido muchas “libertades” y que, aunado a un modelo semicapitalista
controlado, ha generado un gran crecimiento económico y riqueza para su gente.
¿Será que esa famosa receta de los dos pastelillos juntos de un solo sabor ya
no es aplicable para el mundo?
Estando en días pasados de visita
por primera vez en China, en la ciudad de Beijing, y teniendo mi teléfono un
sistema Android, viví la experiencia de que ninguna aplicación de Google
servía. Es curioso ver todo lo que nuestra vida depende ahora de este tipo de
aplicaciones. Por otra parte, me encontré un sinnúmero de restaurantes
McDonald’s en la ciudad, lo que me hizo recordar que, en un tiempo, el precio
de las hamburguesas de esta marca se convirtió en un indicador económico
mundial, en una referencia sobre la inflación en los países.
Un día antes de salir, leí la
noticia de que Google estaba en pláticas con el gobierno chino para regresar al
mercado, bajo dos premisas:
Google quiere colaboración, no
confrontación.
Al ser China el mercado on-line
más grande del mundo, no pueden no estar ahí. Todo esto me hizo pensar y me dio
la idea de que a lo mejor hoy la presencia de Google en países se pueda
convertir en un indicador de democracia, así como lo fue el de McDonald’s para
asuntos económicos.
Esto puede ocurrir de acuerdo con
el nivel de servicios que el país acepte de Google, entendiendo el mayor número
las aplicaciones y servicios como la libertad total y, por ende, una democracia
total, y de ahí para abajo, hasta llegar a países donde no se permita el
acceso, lo que significaría nula democracia o inexistencia de libertad.
En el caso de China habría que
esperar a ver en qué queda la nueva situación y en qué se convierte. ¿Será que
de manera inversa se podría aplicar a este país asiático lo que Mario Vargas
Llosa dijo de México alguna vez sobre la dictadura perfecta? ¿Será que China se
perfila como la democracia perfecta del futuro?
El sistema capitalista está en
crisis, la democratización de las cosas y los modelos digitales han roto su
balance natural, y hoy el sistema económico está pasando sus peores momentos, y
asimismo el sistema democrático, por lo que tenemos una crisis en una bolsita
de pastelillos. ¿Qué será lo que sigue?
Marco V. Herrera-Estratega,
innovador y experto en asuntos públicos. Fundador de Grupo Public y
conferencista. Su pasión es el análisis político, los modelos de negocio y el
futuro de la humanidad.
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