Las siete leyes que toda empresa debe saber del mundo
digital
América Economía - noviembre de 2015
Muchas empresas pensaron que tenían un producto que las
hacía grandiosas, pero la revolución digital cambió el status quo en casi todas
las industrias.
De nada sirven cuatro ases frentea un revolver cargado. La
máxima del viejo Oeste es válida para cualquier empresas en la era de la
digitalización. Con más de 2,000 millones de personasalrededor del mundo
conectados, ésta exige a las organizaciones dominar cuatro capacidades:
velocidad, dirección, aceleración y disciplina, a partir de las siete leyes que
la rigen.
Ajaz Ahmed, director general de AKQA, una prestigiosa
consultoría en temas de innovación; y Stefan Olander, vicepresidente de Nike
Digital Sport, unen su experiencia en “Velocidad”, un libro en el que
reflexionan sobre lo que se debe hacer para crear productos que generen una
verdadera conexión con los clientes. Para ello, los autores invitan al lector a
observar las siete leyes del entorno digital:
1. Vale más un revolver que cuatro ases. Muchas empresas
pensaron que tenían un producto que las hacía grandiosas, pero la revolución
digital cambió el status quo en casi todas las industrias, y aquellas que no
actuaron con velocidad son un referente de lo que no se debe hacer.
La era digital trajo consigo la transparencia, las empresas
ya no pueden esconderse detrás de la publicidad, ni pueden cruzarse de brazos
incluso cuando creen que van delante de la competencia; se deben obsesionar con
los detalles, porque el menor de estos puede hacer la diferencia.
2. Es más fácil hacerlo que decirlo. La segunda ley podría
llamarse “el mundo en beta”, porque los productos deben estar en constante
estado de perfeccionamiento. Para tener una experiencia más enriquecedora hay
que involucrar al cliente en este proceso, para ello debes conocerlo. Es más,
tú mismo deberías ser el superusuario de tu producto.
3. Perfecciona tu intuición con las ideas de los demás, aun
si el feedback es negativo: Segway pensó que su vehículo giroscópico de dos
ruedas para peatones sería un éxito, pero fracaso. Steve Jobs comentó que “su
forma no era innovadora, no era elegante, ni tenía cualidades antropomórficas”.
Jeff Bezos también hizo señalamientos de diseño. Segway pudo aprovechar la retroalimentación
y el mundo beta en perpetuo movimiento, pero no lo hizo.
4. La mejor publicidad, no es publicidad. En lugar de
interrumpir a la gente con publicidad invasiva, establece con ella conexiones
relevantes y con sentido. Haz que el usuario desee tus productos, no tus
promociones. Esto llevaa revisar el papel de la publicidad, la realidad de hoy
es servir, no persuadir.
Las marcas que tienen valores genuinos los utilizan para
sumergirse en nuevos entornos porque, como recuerdan los autores, los
consumidores no sólo compran los productos por el servicio que prestan, sino
por los valores que encarnan.
5. Lo conveniente es enemigo de lo correcto. La decisión más
provechosa no siempre es la más adecuada. Incluso, la conveniencia tiene
desventajas, una de ellas es su falsedad: Para ampliar su línea de
radiocasetes, Sony preguntó a un grupo de adolescentes si preferían el negro
clásico u otros colores. Los jóvenes contestaron que sería estupendo el de
colores, pero cuando les ofrecieron uno de obsequio, eligieron el aparato
negro. Conclusión: presta atención a lo que la gente hace, no a lo que dice.
6. Respeta la naturaleza humana. Muchas veces las empresas
olvidan que lo digital es el medio, no el fin. El que sea nuevo y diferente no
significa que sea mejor, más aún, lo importante no es el contenido, sino las
emociones que despierta el producto. Enfócate a mejorar la experiencia en
función de las personas, no de la tecnología.
7. Ni la mejor broma sobrevive a un consejo de seis
personas. Es decir, promueve la toma de decisiones basado en la velocidad,
desconfía del pensamiento en grupo, porque a veces ni la mejor idea supera la
barrera de un comité. El jefe debe tener capacidad para tomar decisiones, pero
esto es gradual y a partir de que va tomando experiencia y confianza.
En Las grandes empresas que sobresalen, Jim Collins señala
que las decisiones más inteligentes no se adoptan por consenso, el jefe debe
tomar la medida más adecuada, no la más popular. La intuición es un componente
que debe estar presente en la toma de decisiones, incluso si demanda ignorar
cierta información y datos que están sobre la mesa.
Ten un propósito mayor que tú mismo. Los líderes creativos
nunca pierden su capacidad de soñar. Más que una ambición personal, tiene una
visión basada en la energía y compromiso con la excelencia. Estos hombres viven
obsesionados con las reacciones de la gente ante distintos productos y
servicios, así como en la facilidad en los procesos. En resumen, se trata de
obsesionarse con las necesidades reales de la gente.
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