10 consejos para que la tecnología no acabe
con tu productividad
FORBES- 25 de Noviembre del 2015
Entre más atado estés a los
dispositivos y plataformas digitales, aumentará el riesgo de que pierdas tu
concentración en la oficina (y en tu vida personal), pero tenemos algunos
consejos para que equilibres tu vida digital con el universo offline.
Internet ha dado los avances más
grandes en materia de comunicación a finales del siglo XX y lo que va del XXI.
También ha dado origen a nuevas industrias… y facilitó la proliferación de
cadenas interminables de correos, selfies, memes, gifs y demás material
destinado al ocio. La paradoja es que al ser una herramienta indispensable en
el trabajo, también se ha convertido en un distractor.
La región de América Latina
lidera el promedio de tiempo que pasa un usuario frente a un dispositivo: 4.8
horas diarias en la computadora y 3.8 en el teléfono móvil, mientras que los
habitantes de Europa pasan 3.8 frente a un ordenador y apenas 1.54 horas al día
con su smartphone, según datos de la firma de investigación digital
GlobalWebIndex.
En México se prioriza el uso de
internet para redes sociales, pues es el principal motivo de los mexicanos para
entrar a la web (85%), frente a 65% que envía y recibe correos electrónicos con
fines laborales, según datos de la Asociación Mexicana de Internet (Amipci) en
2015.
Esta preferencia por la
tecnología ya muestra sus efectos nocivos en un número considerable de
mexicanos: más de 10 millones de personas de entre 25 y 55 años sufren de
tecnoestrés, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Incluso, el impacto del estrés
laboral afecta a la economía nacional. Este padecimiento representa pérdidas de
entre 0.5% y 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, de acuerdo con
estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
Si eres de esas personas que se
sienten culpables por pasar demasiado tiempo en Facebook, al pendiente del
timeline en Twitter o en otras redes sociales, existe una razón biológica para
ello.
El placer de buscar
El cerebro genera dopamina ante
el placer de buscar. Antes de internet, el ser humano generaba esta sustancia,
por ejemplo, cuando cambiaba de canales en la televisión (zapping), pero ahora
lo hace al perderse en la línea del tiempo de Twitter o Facebook, y esa
búsqueda lo agota, no porque las personas realicen muchas actividades, sino por
el cambio de una tarea a otra, explica en entrevista Rodrigo Álvarez, gerente
de desarrollo de negocio en Genexus, firma desarrolladora de software.
El sistema opioide es el que se
encarga de decirle al cerebro que pare de buscar, pero es más débil que la
dopamina. “Ésa es la razón por la que te pasas horas en las redes sociales.”
Álvarez comentó, en una
conferencia, que hay artículos que enseñan a las empresas estrategias para que
las personas, mientras están en su sitio web, generen dopamina y permanezcan
más tiempo en él.
Otro problema que enfrenta el ser
humano es su sistema monotarea. “Nuestro cerebro no está construido para ser
multitasking”, dice Álvarez.
Cada vez que un empleado se
distrae de una tarea que realiza, advirtió Álvarez, debe cambiar de contexto, y
esta operación absorbe 28% de su tiempo laboral. Si su jornada es de ocho
horas, entonces el trabajador pierde dos horas y media tratando de volver a lo
que hacía antes de que lo distrajeran.
Pero no todos coinciden en que el
multitasking digital sea perjudicial para las personas. Para Darío García
Montes de Oca, director de Tecnología y Sistemas de ManpowerGroup México, hay
más beneficios que riesgos al ejecutar más de una tarea.
“Una persona, al ser capaz de
ejecutar varias tareas a la vez en diferentes medios, se convierte en una gran
oportunidad de elevar la productividad. El problema, en ocasiones, es que se
usan estas opciones digitales para temas y objetivos completamente ajenos al
ámbito laboral.”
Para resolver este obstáculo,
García Montes de Oca ejemplifica que un empleado al que le guste postear en
Facebook puede aprovechar esta costumbre y publicar un nuevo proceso de
servicio interno en otra red que use la empresa, como Google+, y al mismo tiempo
solicitar apoyo a la mesa de servicio de la empresa que recibe tickets desde
WhatsApp o Telegram.
Internet, con poco uso para el
estudio
Los estudiantes tampoco
aprovechan internet en la escuela para aprender más. Ocho de cada 10 alumnos
dentro de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económicos (OCDE) navegan por placer, 78% usa internet para chatear, y sólo 30%
emplea la red para subir contenido propio.
Si un estudiante pasa 30 minutos
a la semana trabajando con tecnología, el máximo beneficio en términos de
productividad de aprendizaje será inferior a 2%, según el estudio Tecnología
para la mejora de la educación, elaborado por Francesc Pedró, jefe de la
división de políticas sectoriales TIC y Educación de la UNESCO.
“En el pasado, innovaciones en la
tecnología de los medios de comunicación, como la radio, la televisión, el cine
y el video, tan sólo tuvieron efectos aislados y marginales sobre qué y cómo
aprenden los estudiantes en la escuela, a pesar de su revolucionario potencial
educativo”, indica el especialista en el documento.
Por si fuera poco, sólo cuatro de
cada 10 estudiantes hacen tareas en la computadora de su hogar y apenas 20% se
comunica con sus profesores.
¿Cómo combatir la
hiperconectividad?
Álvarez y García de la Oca
proponen algunos puntos para disminuir los riesgos de la hiperconectividad.
Descubre 10 a continuación.
1. Desactiva las notificaciones.
No tengas miedo de hacerlo. Las notificaciones, aunque son un “veneno hermoso”
que muchas veces ayuda, otras te mata. Hoy, la tecnología permite elegir qué
notificaciones quieres recibir y cuáles no. Por ejemplo, puedes empezar con
bloquear las notificaciones después de las 10:00 de la noche o los avisos sobre
comentarios en tu perfil de Facebook.
2. Determina en qué plataforma no
debes estar. No todas las redes sociales y plataformas digitales te benefician.
Por tanto, elige cuáles son indispensables para realizar tus labores cotidianas
y cuáles revisas por ocio.
3. Aprende a tomar distancia.
Esto significa que dejes el teléfono cuando salgas a relajarte, vence la
nomofobia (miedo a estar lejos de tu smartphone). Para contrarrestar este
temor, puedes salir a caminar. Esa sensación de urgencia por revisar el
teléfono, hasta hace una década, no existía… y sobrevivías.
4. Sé claro y resolutivo en tus
respuestas. De esta forma evitarás que los mensajes y correos electrónicos
regresen varias veces y pierdas tiempo entre aclaraciones que pudiste ahorrarte
desde el inicio.
5. Anota tus pensamientos, no los
publiques. Muchas veces viene a tu cabeza alguna idea que genera esa necesidad
que te quema por dentro para expresarla. ¿Qué haces? La pones en las redes
sociales. Pero esa idea no es para internet, sino para ti. Sustituye Twitter o
Facebook por una libreta en la que anotes tus ocurrencias e ideas y después
consúltalas.
6. Define zonas offline. Asigna
una habitación o lugar de la oficina (o incluso de tu casa) en el que no se use
conexión a internet. Otro método puede ser un horario sin internet, a la hora
de la comida, por ejemplo. Definir estas reglas te ayudará a disminuir la
dependencia a un aparato electrónico.
7. Mantén el foco sobre lo que es
realmente importante y necesario atender en la oficina, y distingue entre lo
que es crítico de lo que no es primordial en ese momento.
8. Delega los mensajes y
peticiones que tienen que ser resueltos por alguien más. Hay ocasiones en que
interpretas como una falla profesional pasar labores y funciones de otros
compañeros ante el miedo a parecer ineficiente en materia tecnológica, pero al
asumir responsabilidades ajenas puedes descuidar las tuyas.
9. Conversa más. En la plática
uno a uno surgen múltiples ideas que te estás perdiendo, pues es más fácil
enviar un correo electrónico, que es una actividad sincrónica, porque no sabes
cuándo lo van a leer, pero tienes la confianza de que lo harán. En lugar de
enviarlo, camina cuatro pasos y conversa con ese compañero de trabajo o
familiar. No te quedes sólo con los medios de comunicación electrónicos.
10. Hazte preguntas. No
necesariamente cuestiones existenciales, pero puede ser saludable para tu
desarrollo profesional y personal que hagas preguntas con cierta profundidad y
busques respuestas más allá de internet, como un libro o un testimonio
presencial. Eso te obligará a buscar el espacio fuera de la red.
Arturo Solís-Reportero Web para Forbes.com.mx. Asombro y
lenguaje son sus lastres en el mundo. Piensa que incluso el silencio comunica.
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