Los secretos de las mejores
entrenadoras de Nueva York
El Mundo - domingo, 15 de
noviembre de 2015
Son las chicas más duras de la
ciudad. Y sus sesiones, las más cotizadas. Descubre quiénes son y cómo trabajan
las mejores preparadoras físicas de la Gran Manzana.
Hay ocasiones en las que los
astros se alinean. Momentos de gracia en los que consigues atravesar la meta
del Maratón de Nueva York o instantes en los que, sin haberlo planeado, te
encuentras rodeada por las entrenadoras personales más deseadas de la ciudad
más en forma del mundo. Cosas que sólo te pueden pasar si desembarcas en el
Aeropuerto JFK con ganas de comerte la Gran Manzana... y ¡sin miedo al dolor de
piernas! Sólo así te puede surgir la oportunidad de quedar a las 13 horas en la
planta 12 de un rascacielos del barrio de Chelsea para participar en la fiesta
que había organizado Zara Terez, la diseñadora favorita de las 'fit girls'
neoyorquinas, para dar a conocer sus nuevas creaciones y encontrarte con...
EVE L. KESSNER
Encarna la viva imagen de la
'American healthy girl'. Alta y esbelta. De piernas y brazos interminables. Se
acaba de teñir el pelo de rosa. Y, quién sabe si la próxima semana, se lo
tintará de naranja, rojo, púrpura o rubio platino. Le pirran los tatuajes y
«mis vaqueros de mamá, ajustados en el trasero y rasgados por las rodillas».
Porque Eve Lynn Kessner se define, ante todo, "como una mamá de Brooklyn,
amante de la comida orgánica y la nutrición holística, que bebe café muy
negro".
Una mamá de la zona más hipster
de Nueva York que da de beber a sus hijos «una barbaridad de agua de coco» y
que enloquece de felicidad cuando suena la música a todo volumen. Una mamá, con
aroma a incienso y a clementina orgánica, que se ha convertido en la musa del
'SoulCycle', la disciplina que arrasa entre los neoyorquinos que buscan sudar
sus toxinas a media luz. "SoulCycle' es un entrenamiento de 45 minutos. En
sólo una sesión se pueden llegar a quemar entre 500 y 700 calorías",
explica. Al mismo tiempo que se trabajan las piernas al pedalear, se tonifica
el tren superior mediante "coreografías que realizamos con peso en las
manos".
¿Qué distingue esta nueva
actividad de cualquier otra clase de 'spinning' tradicional? Impartidas en
aulas tenuamente iluminadas por la luz de las velas, sus instructores generan
"una atmósfera inspiradora en la que los alumnos se encuentran tan
relajados que se entregan por completo, sin sentirse intimidados, ni
presionados por el colectivo". Rock y oscuridad combinan a la perfección
en un entrenamiento "muy divertido, exigente y rebosante de energía".
ROBIN ARZON
Es un cóctel explosivo. Mitad
cubana, mitad puertorriqueña. Cien por cien neoyorquina. Es un bellezón latino
de lápiz de ojos profundo y torso tatuado; de chupa de cuero, ombligo al aire y
mallas multicolor. Mitad Madonna, mitad Jennifer López. Cien por cien, Robin
Arzon. "Soy una abogada reconvertida en embajadora del sudor, entrenadora
de running, instructora de cycling y ultramaratoniana", se define a sí
misma mientras juega con sus anillos. "Y creo firmemente en el poder del
sudor como motor para cambiar el mundo", afirma.
Arzon nació para correr larga
distancia, "he participado 16 veces en el Maratón de Nueva York",
relata con orgullo. Y la calle es el escenario favorito de sus agotadores
entrenamientos: "No suelo trotar por Central Park. Lo que adoro es correr
por el Puente de Williamsburg. ¡Me vuelve loca! También por Brooklyn y Queens.
Me dejo llevar por la música de las calles, por el ambiente y mi mente se evade
por completo. ¡Esta ciudad es como mi novio!".
La más racial de las entrenadoras
neoyorquinas es monitora en Peloton Cycle, un vanguardista estudio que ofrece a
sus clientes las mejores sesiones de bicicleta indoor a domicilio a través de
espectaculares retransmisiones en directo y en el que se analiza el progreso de
cada alumno, tanto individual como con respecto al resto del grupo.
LAUREN WILLIAMS
Creció bailando. Y, mientras
bailaba en el Centro de Danza de Broadway, fue reclutada por un cazatalentos en
busca de jóvenes modelos. Y, mientras desfilaba, descubrió el fitness. Los
fotógrafos de moda deportiva enloquecieron con su preciosa cara de niña y su
cuerpo, menudo pero perfecto. Rodeada de entrenadores y editores, Lauren
Williams decidió que era un buen momento para cambiar su vida y se recicló
profesionalmente.
La bailarina se transformó en una
chica dura que impartió clases de boot camp, el entrenamiento de los marines,
hasta erigirse en la suma pontífice del centro de entrenamiento más cañero de
Manhattan: 'Tone House'. "Entrenamos a nuestros alumnos como si fueran
atletas. El fundador y director de entrenamientos del centro, Alonzo Wilson, se
nutre de la experiencia de todo su equipo para crear programas de alta
intensidad basados en tres pilares: velocidad, fuerza y rendimiento",
explica.
"¿Por qué dicen que somos
los preparadores más duros? Porque llevamos a nuestros pupilos al límite de su
acondicionamiento. Cada clase es un desafío físico y mental". Ante
semejante nivel de exigencia, el único secreto para evitar que tiren la toalla
es "conseguir un ambiente de positivismo en cada sesión que haga fluir la
energía. Aunque sufrimos, no paramos de divertirnos. ¡Es asombroso!".
Alejada ya de los flashes y las
pasarelas, se ha consolidado como una de las instructoras favoritas de las
supermodelos que habitan en la Gran Manzana: "Me encanta trabajar con
ellas, sobre todo cuando quieren entrenar duro. Conozco muy bien el mundo en el
que se mueven porque he vivido en él. Comprendo sus necesidades y los desafíos
a los que se enfrentan".
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