La madre naturaleza inspira a la
impresión 3-D
The wall street journal- viernes,
2 de diciembre de 2016
mitiendo a los ingenieros
desarrollar como nunca antes la biónica, conocida también como biomimética. La
fabricación por adición con aleaciones metálicas —o impresión 3-D en metal—
permite en particular la construcción de una gama de productos de la misma
forma en que crecen los árboles y los huesos: célula por célula, con
desperdicios mínimos.
La combinación de la computación
y la impresión 3-D “da un efecto exponencial”, señala Benjamin.
Grandes fabricantes, entre ellos
Airbus, Boeing Co., General Electric Co., Daimler AG y Siemens AG, ya están
imprimiendo partes metálicas, muchas con formas inspiradas por la naturaleza.
La cantidad de sistemas de impresión 3-D vendidos a empresas se disparó de 125
unidades en 2009 a 808 el año pasado, según Wohlers Report 2016, un anuario de
la industria. Las ventas de metales usados en los sistemas aumentaron de US$12
millones a US$88 millones en el mismo lapso.
En octubre, GE pagó más de
US$1.000 millones por participaciones de 75% en la alemana Concept Laser GmbH y
la sueca Arcam AB, líderes en la impresión 3-D en metal. El conglomerado
estadounidense está imprimiendo miles de boquillas de combustible para motores
de aviones de Airbus y Boeing. El sector de la aviación ha adoptado la
impresión 3-D desde temprano porque los ahorros de peso pueden ser considerables
en comparación con la manufactura tradicional.
“Hay una razón por la cual las
conchas marinas son tan fuertes, para un material tan frágil; todo depende de
la estructura”, explica Christine Furstoss, vicepresidenta y directora técnica
de fabricación y tecnologías de materiales de GE.
Los diseñadores desde hace mucho
han obtenido inspiración en la naturaleza —los hermanos Wright dieron con la
solución para maniobrar un avión al observar pájaros y el velcro tomó como
modelo el erizo—, pero a menudo no era posible traducir las complejidades de la
biología.
“Parecía mucha ciencia ficción y
un poco tonto” para las compañías hace una generación, señala Antonia Kesel,
quien lidera los estudios en biónica de la Universidad de Bremen y hace poco
llevó a cabo una conferencia llamada “Patentes de la Naturaleza”.
Si bien el concepto se difunde,
la cantidad de ingenieros que pueden aprovechar los principios de diseño
naturales sigue siendo limitada, y la impresión 3-D aún es más lenta y costosa
que la manufactura tradicional para la producción a gran escala. Los
conocimientos acerca de cómo las aleaciones impresas se desgastan en
aplicaciones de alta tensión como las aeroespaciales también están en su
infancia, lo que ha generado cautela entre los reguladores sobre su adopción.
“Estas nuevas tecnologías, en
particular la fabricación por adición o impresión 3-D, no debe reducir el
actual nivel de seguridad aceptable”, señaló una vocera de la Agencia Europea
de Seguridad Aérea.
El proceso de fabricación por
adición usa láseres o un haz de electrones para soldar diminutas partículas de
aleación que empiezan a desprender polvo. Forja sólo lo que necesita y en
prácticamente cualquier forma. En la manufactura tradicional, en cambio, los
diseños están limitados por lo que puede ser moldeado o fabricado a máquina, lo
que suele requerir soportes estructurales y material excedente.
Para llegar a un diseño, los
ingenieros comienzan con un análisis por computadora de lo que debe lograr un
objeto en términos de forma y resistencia, para luego utilizar software capaz
de concebir miles de posibles estructuras, afinando los diseños, en un proceso
llamado optimización topográfica. Con más frecuencia, estos diseños se asemejan
a los que se encuentran en la naturaleza.
“El crecimiento —en la
naturaleza— es un proceso por adición”, explica Julia Schmidt-Petersen,
ingeniera de EOS GmbH, una empresa alemana pionera en la impresión 3-D en
metal. Schmidt-Petersen, quien estudió biología marina e ingeniería, presentó
en la conferencia de Kesel un diseño para una aleta de refrigeración para
motores de aviones inspirada en branquias de tiburón.
Las empresas y los institutos
alemanes están especialmente entusiasmados con la impresión 3-D en metal porque
gran parte de la tecnología básica se originó en Alemania. El Instituto
Fraunhofer de Tecnología Láser en Aquisgrán, parte de la organización sin fines
de lucro Sociedad Fraunhofer, posee una patente crucial para la fusión
selectiva por láser, la base de la impresión 3-D.
La competencia está aumentando.
Renishaw PLC, del Reino Unido, se está expandiendo y el conglomerado industrial
alemán Siemens compró en agosto una compañía británica de impresión 3-D en
metal, Materials Solutions Ltd., por un precio no revelado. Los fabricantes
estadounidenses de manufactura por adición, entre ellos Stratasys Ltd. y 3-D
Systems Inc., que hasta ahora han liderado la impresión 3-D con plásticos,
están orientándose a la impresión con metales. HP Inc. es uno de los nuevos
recién llegados al campo de la impresión 3-D.
Las compañías de diseño por
computadora, incluidas Autodesk, Altair Engineering Inc. y Dassault Systemes
S.A., también incursionan con fuerza en la parte de la simulación de la
impresión 3-D.
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