Signos de debilidad en EE.UU. frenan el alza
del dólar
The Wall Street Journal. - lunes, 6 de
abril de 2015
El ascenso del dólar, que ha sacudido desde el
mercado petrolero hasta las ganancias de las multinacionales estadounidenses,
se está quedando sin aire. Muchos inversionistas siguen apostando a la
apreciación del dólar a largo plazo, pero algunos dicen que los mayores avances
han quedado atrás.
La reciente caída de la moneda estadounidense
refleja las preocupaciones de que la economía de Estados Unidos se enfría, que
se vieron confirmadas el viernes por un informe sobre una creación de empleo
más débil de lo previsto. Eso ha llevado a un creciente número de
inversionistas a proyectar que la Reserva Federal postergará los aumentos de
las tasas de interés hasta fines de 2015.
Hace apenas unos meses, muchos inversionistas
pensaban que un alza de la tasa de interés de corto plazo por parte del banco
central, la primera desde 2006, podría tener lugar en junio. Las mayores tasas
en EE.UU. impulsan el atractivo del dólar.
Otro factor que ejerce presión sobre la divisa
estadounidense es la mejoría del panorama de las atribuladas economías de
Europa. El repunte del dólar durante los primeros tres meses del año fue
alimentado por las enérgicas medidas de estímulo del Banco Central Europeo, que
hicieron bajar los rendimientos de los bonos de la zona euro. El dólar subió
12,7% en relación al euro, el mayor ascenso desde que se creó la moneda común
europea, en 1999.
“La parte fácil de la racha del dólar
definitivamente quedó detrás”, sostiene David Woo, director de tasas y divisas
globales de Bank of America Merrill Lynch en Nueva York.
Para los inversionistas estadounidenses, un
freno del ascenso del dólar podría tener amplias implicaciones, tanto buenas
como malas.
El pronunciado aumento de la moneda durante el
último año ha sido señalado como el culpable de las débiles ganancias de las
multinacionales estadounidenses, lo que ha perjudicado los precios de sus
acciones. También pone a exportadores estadounidenses en desventaja, ya que sus
bienes pierden competitividad en el extranjero.
Un descenso del dólar podría aminorar esos
vientos en contra, así como contener una presión a la baja sobre los precios
del crudo y dar algún grado de alivio al atribulado sector energético. Debido a
que los precios del petróleo a nivel mundial se cotizan en dólares, un
debilitamiento de la divisa estadounidense abarata el crudo para los
compradores que utilizan otras monedas, lo que apuntala la demanda.
“Un dólar más débil podría ayudar en muchos
frentes”, dice John Canally, estratega económico jefe de LP Financial. El
informe laboral dificultará una prolongación de su racha alcista, agrega.
El viernes, el dólar registró su mayor declive
en casi dos semanas tras un crecimiento más débil de lo previsto de los empleos
en marzo. El Departamento de Trabajo de EE.UU. divulgó que las nóminas no
agrícolas crecieron en 126.000. Economistas sondeados por The Wall Street
Journal habían proyectado un incremento de 248.000.
El euro subió 0,9% el viernes a su cierre más
alto durante casi un mes, a US$1,0973, mientras que el dólar cayó 0,6% frente
al yen a 118,97 yenes.
El reciente descenso del dólar lo ha alejado
del máximo que había alcanzado contra sus rivales. El Índice Wall Street
Journal Dollar, que mide el desempeño de la moneda estadounidense contra una
canasta de divisas, alcanzó su punto más alto en 12 años el 13 de marzo a 89,33
puntos, un aumento de 22% frente al año anterior.
Pero desde el 18 de marzo, cuando la Fed señaló
que utilizará un enfoque mesurado respecto al aumento de tasas, el índice ha
caído 2,6%.
El débil informe de empleos del viernes siguió
a una ola de flojos indicadores económicos, incluyendo mediciones de la
actividad manufacturera y las ventas minoristas.
A algunos inversionistas les preocupa que la
economía estadounidense avance a un ritmo más lento del que muchos economistas
y analistas habían anticipado. Esto podría afectar las perspectivas de
ganancias de las compañías y limitar el apetito por las acciones
estadounidenses y bonos corporativos vendidos por las compañías con
calificaciones bajas, conocidas como deuda chatarra. En cambio, los
inversionistas buscarían refugio en la ultra segura deuda del gobierno
estadounidense.
Las inciertas perspectivas de crecimiento han
obligado a los inversionistas a reducir sus expectativas sobre cuándo comenzará
la Fed a subir las tasas de interés. El banco central ha mantenido su tasa de
referencia de fondos federales en cerca de cero desde diciembre de 2008 para
ayudar a la economía a recuperar impulso después de la crisis financiera.
Luego de conocerse el informe de empleos, la
probabilidad de un incremento de tasas en septiembre cayó de 33% a 28% según el
mercado de futuros de fondos de la Fed, en donde los inversionistas predicen
los cambios en estas tasas de interés a corto plazo. Los inversionistas
redujeron las probabilidades de un alza de tasas en diciembre a 57% el viernes
frente a 65% antes del informe de empleos.
Ugo Lancioni, quien gestiona US$18.000 millones
en activos de divisas en Neuberger Berman, dice que ha “sacado mucho” de sus
posiciones al alza del dólar en las últimas semanas, en medio de las
declaraciones más mesuradas de la Fed y cifras económicas más débiles en EE.UU.
“No significa que el auge del dólar se vaya a
detener”, dice Lancioni. Pero “el dólar es una opción menos atractiva que
antes”.
Algunos inversionistas indicaron que incluso
sin el período débil en los datos económicos de EE.UU. —que se le atribuye en
parte al severo clima de invierno— ya era hora que el dólar hiciera una pausa.
La racha alcista del dólar “es el tipo de
suceso que uno sólo anticipa que ocurra una vez cada 20 años”, apuntó Mark
Dowding, codirector de deuda de grado de inversión en BlueBay Asset Management,
que gestiona unos US$62.800 millones.
Dowding, que había sido optimista con el dólar
desde mediados del año pasado, ha reducido sus apuestas en semanas recientes de
que el dólar aumentará frente al euro. No obstante, sigue anticipando que el
euro desciende a la paridad con el dólar para fin de año.
“Aunque seguimos anticipando que el dólar se
fortalezca, ese avance debería ser mucho más gradual”, señaló Dowding.
El alza del dólar también se está viendo
socavada por señales nacientes de mejoras económicas en la zona euro.
La actividad manufacturera en la región durante
marzo creció a su ritmo más veloz en 10 meses, según una encuesta de gerentes
de compras la semana pasada. El Banco Central Europeo revisó al alza sus
pronósticos de crecimiento en marzo, indicando que prevé que la región se
expanda 1,5% este año, comparado con una previsión anterior de 1%.
Si el BCE logra enderezar el rumbo de la zona
euro, “el euro podría tocar fondo pronto”, anotó John Fath, director de tasas
globales de interés en la firma internacional de gestión de activos BTG Pactual
en Nueva York, que gestiona US$7.000 millones.
Aun así, muchos inversionistas dicen que las
tendencias de largo plazo favorecen un fortalecimiento de la moneda
estadounidense.
Por ejemplo, los rendimientos de los bonos
soberanos en Europa se encuentran a niveles extremadamente bajos, lo que lleva
a los inversionistas a comprar dólares conforme se trasladan a bonos soberanos
estadounidenses de mayores rendimientos. Los bonos alemanes a 10 años, por
ejemplo, están rindiendo 0,19%, mientras que la nota del Tesoro de EE.UU. a 10
años está rindiendo 1,84%.
Los inversionistas, igualmente, anticipan que
la Fed aumente las tasas antes de que el BCE lo haga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario