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jueves, 14 de junio de 2007

Economia

El duro despertar tras la era del petróleo

El cambio climático preocupa mucho más a la opinión pública suiza y a la clase política que la disponibilidad limitada de los recursos fósiles. Los conflictos por el petróleo se multiplicarán.

Es la conclusión de un debate entre científicos que organizó la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) en torno al tema 'peak oil', el pico o techo petrolero.

"La cuestión no es durante cuánto tiempo dispondremos de reservas de petróleo, sino durante cuánto tiempo se podrá aumentar su producción", advirtió Daniele Ganser, historiador e investigador de la paz en la Universidad de Berna.

Tanto el mundo político como la opinión pública subestiman la importancia y la candencia del tema. El 'peak oil' – el pico o techo petrolero - es el momento en que la producción mundial de crudo alcanzará su máximo histórico y comenzará a declinar.

No hay unanimidad en los pronósticos sobre cuándo se producirá ese momento. Algunos expertos dicen que será en el año 2010; otros, en el 2020 o 2030.

El caso es que el pico petrolero es un problema candente porque desde hace décadas la explotación petrolífera no cesa de aumentar y sigue creciendo exponencialmente con la industrialización de los mercados emergentes. Y no se vislumbra un final de esta evolución.

Medianoche en el Cervino

En el momento que se llegue al pico petrolero, será imposible aumentar la producción. "Con la escasez de crudo aumentarán los conflictos. La economía mundial corre el riesgo de entrar en una recesión", señala Ganser.

"Nos estamos precipitando sin escrúpulos hacia el techo petrolero. Es como si planeáramos el ascenso al Cervino para llegar a la cima solamente a medianoche. Y a esa hora es demasiado tarde para emprender el descenso".

El pico petrolero no genera un debate público porque se trata de un tema aparentemente latente. "Si falta petróleo, se importa. Y esto ocurre incluso en los países productores que ya han alcanzado el tope de la explotación".

Reducir el consumo

El gas o el carbón no son recursos alternativos al petróleo. "Las reservas de estas fuentes energéticas tampoco son infinitas. Algún día se agotarán. Por ello sería erróneo que Suiza apostara por las centrales de gas", señaló Ganser en referencia al debate sobre el futuro energético helvético.

El científico recordó que en el concepto elaborado en 1978 Suiza ya se fijó como meta reducir la dependencia del país del petróleo y fomentar las energías renovables, así como la eficiencia energética.
También Wolfgang Sachs, sociólogo en el Instituto del Clima de Wuppertal, abogó por reducir el consumo.

Una oportunidad

"Es una suerte que el caos climático y el pico petrolero aparezcan más o menos simultáneamente en la agenda mundial". Según Sachs, esto se debe a que el 'peak oil' y la consiguiente subida de los precios del crudo tienen una repercusión inmediata en las cuentas de toda empresa.

"Esto lleva a que también los países nórdicos, que tardarán más en sufrir los efectos del caos climático, se conciencien sobre la problemática".

Asimismo Sachs sostuvo que toda economía cuyo crecimiento depende de las energías fósiles se ha convertido en un "enorme riesgo para la seguridad".

"El hecho de que las reservas de crudo sean limitadas es un factor desestabilizador. Antes de que alcancemos el límite ecológico de la explotación, habremos alcanzado los límites sociales".

Paralelamente al desarrollo de los países del Sur se multiplica el número de vendedores y compradores. "De manera que se invierte esa creencia tan extendida durante la segunda mitad del siglo XX: mientras dependa del petróleo, el gas o el carbón, el desarrollo no va a conducir a la paz, sino a desestabilizarla.

Alemania, un modelo

Los conflictos étnicos y sociales en Nigeria, por ejemplo, son –según Sachs–"preescenarios de conflictos por los recursos".

Además, es obvio que Estados Unidos no intervino en Irak y Afganistán únicamente en aras de la "lucha contra el terrorismo", sino también con miras a asegurarse el acceso a las reservas de crudo en Oriente Medio".

Ganser coincidió con Sachs en que la salida de la crisis pasa por las energías renovables, tecnologías nuevas y más eficientes, así como por la reducción drástica del consumo energético.

Alemania podría servir de modelo sobre cómo fomentar la energía del viento, que contempla la nueva ley de energías renovables.

Y además: "Es absolutamente innecesario que los coches sobrepasen una velocidad máxima de 100 km/h".

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