¿Qué podemos aprender de la
estrategia de Spotify?
Dinero - jueves, 17 de marzo de
2016
Spotify es una aplicación de
reproducción de música vía streaming de gran éxito. En la actualidad cuenta con
más de 24 millones de clientes en 56 países y un repertorio musical de más de
30 millones de canciones.
La ventaja competitiva de Spotify
ha radicado en su influencia en las redes sociales, la creación de playlists y,
especialmente, la posibilidad de seguir personas con gustos musicales
similares.
Sin embargo, Spotify es una
empresa con enormes dificultades desde el punto de vista competitivo. Por un
lado, hace parte de una industria con muchísima competencia, lo cual implica
que a mayor número de competidores, crecen también las probabilidades de
disminución de la rentabilidad empresarial. Por otro lado, sus costos de venta
son muy altos debido a que los proveedores de la industria, o sea, las casas
discográficas se llevan una porción muy grande de los ingresos que generan los
artistas y los álbumes.
Estos dos fenómenos nos llevan al
primer aprendizaje: toda estrategia empresarial debe soportarse en el análisis
dinámico de las fuerzas competitivas que afectan o favorecen a una empresa. Por
ejemplo, Spotify debe construir unas barreras que impidan que otros
competidores capturen su cuota de mercado. Ante este hecho, un cuestionamiento
en la estrategia debería ser: ¿qué le crea valor a mi cliente?, ¿cómo logro
ofrecer algo único y valioso para mis clientes actuales y potenciales?
De otro lado, toda estrategia
empresarial debe reconocer el papel y el poder que tienen los proveedores en la
propia industria. Por ejemplo, Spotify puede verse seriamente amenazado por el
poder de sus proveedores, dado que en cualquier momento podrían integrarse
verticalmente o subir sus precios. Ante esta situación, la pregunta que debemos
respondernos es cómo equilibrar las fuerzas y evitar que un proveedor ejerza un
poder desproporcionado que pueda afectar la continuidad de mi negocio.
Ante estas situaciones, una
empresa como Spotify debe integrarse hacia atrás e incursionar en la generación
de contenidos y en el trabajo de promoción de artistas, tal como lo viene
haciendo Netflix con la producción de series y películas para así equilibrar el
poder de negociación de empresas de producción de cine.
En consecuencia, lo anterior nos
demuestra que todo proceso de diseño e implementación de la estrategia requiere
de un conocimiento preciso de nuestros competidores, de las condiciones del
entorno económico y político y, sobre todo, de la industria en la que se mueve
mi empresa.
Para el caso colombiano, uno de
los principales aprendizajes que nos deja Spotify es que el éxito estratégico
es pasajero y que no hay mayor falacia que creer que las ventajas competitivas
son sostenibles. Dell, Circo del Sol, Apple, entre otras, construyeron sus
ventajas competitivas y lograron éxito durante un tiempo. Actualmente, sus
modelos de negocios fueron copiados y, en algunos casos, fueron superados. Por
tal motivo, uno de los principales aprendizajes en materia de estrategia es
entender que es un concepto vivo, dinámico y, principalmente, pasajero. La
innovación, el ensayo y el aprendizaje deben ser elementos esenciales al crear
y desarrollar la estrategia empresarial.
Spotify nos enseña a las empresas
colombianas que no podemos entender la planeación estratégica como un modelo
rígido y estático. Por el contrario, debe ser dinámico, basado en los cambios
del entorno, la industria y las expectativas de los clientes. Como indica
Cynthia Montgomery de Harvard Business School, la estrategia no puede ser un
conjunto de soluciones en el que redactamos “una estrategia brillantemente
elaborada, cuidadosamente implementada, valerosamente defendida”. Por el
contrario, la estrategia es una decisión consistente, una tras otra, que
involucra el error, el ensayo y el aprendizaje.
Para entenderlo mejor, una buena
estrategia sigue el ejemplo de la mitología griega del barco de Teseo. Este
barco fue reconstruido tabla por tabla mientras navegaba, hasta que todas las
tablas fueron cambiadas. Es como un rompecabezas que vamos armando, pieza por
pieza.
Por ello, un buen estratega, a
medida que navega, va rectificando el rumbo según las condiciones del viento y
del mar y, sobre todo, reconoce que el camino no es lineal y, por el contrario,
se encontrará tormentas y otros caminos alternativos para llegar a puerto.
En conclusión, Spotify nos
muestra que debemos aprender a gestionar la estrategia de cara a la
incertidumbre, el azar y el asedio de la competencia. Así como se requiere de análisis,
también de una gran dosis de determinación, liderazgo y deseo de innovación.
Por este motivo, no podemos parar, ni dormirnos sobre los laureles y, mucho
menos, mantenernos en la zona de comodidad.
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