Por qué la educación digital debe ser parte de
la enseñanza de los niños
FORBES- 3 de Marzo de 2016
Para empezar a cuidar la
privacidad digital y seguridad física de los jóvenes es necesario tomar una
serie de medidas, ya sea desde cuestiones físicas hasta una serie de buenas
prácticas digitales.
Los niños y jóvenes de hoy nacen
con un smartphone o una tableta bajo el brazo. En un mundo donde la tendencia
es el Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés), la conectividad
está a la orden del día tanto en la vida profesional como familiar. Lo que
significa que las amenazas del mundo digital están a la orden del día para toda
la familia.
Esta educación digital debe
sumarse a la formación de los más pequeños hasta los adolescentes. La cual debe
empezar desde la familia hasta las escuelas. Internet es una plataforma que
puede utilizarse como una fuente infinita de información y aprendizaje, como también
emplearse como el azuelo para los más jóvenes o porque pone solamente a unos
clic de distancia desde contenido pornográfico, violento, lenguaje inapropiado,
el ciberbullying, peligros de doble identidad y códigos maliciosos disfrazados
de aplicaciones inocentes, entre otros.
En este escenario, mantener a los
niños seguros cuando utilizan un dispositivo conectado a la red se ha vuelto un
desafío continuo. Por esto, los padres y educadores deben entender que el mundo
donde se criaron y aprendieron a cuidarse ya no existe, por lo que las viejas
formas de protegerse ya son obsoletas. Se debe tener presente que la tecnología
y las nuevas formas de comunicarse cambian a cada día, donde los
cibercriminales utilizan el factor sorpresa a su favor.
En la actualidad, las redes
sociales se han utilizado por personas pedofilias para engañar a los jóvenes
adolescentes. Ya sea para conseguir fotos íntimas con una identidad falsa y
posterior extorsión, hasta el secuestro en un eventual encuentro entre el joven
y esta identidad falsa.
“Los niños, especialmente los
adolescentes, a veces están interesados y son curiosos sobre la sexualidad y el
material sexualmente explícito. Esto los puede llevar a encontrar formas de
escaparse del control de sus padres y los puede conducir a establecer vínculos
nuevos fuera de su familia. Por esto, los chicos o adolescentes pueden utilizar
el acceso a Internet para buscar este tipo de contenido o contactos. Como
también existen otros que pueden ser seducidos por los ciberdelincuentes de su
edad, que si bien técnicamente no son abusadores de menores, igual representan
un peligro”, explica el la Guía de Padres para una Internet Segura del FBI de
Estados Unidos.
Por esto, para empezar a cuidar
la privacidad digital y seguridad física de los jóvenes es necesario tomar una
serie de medidas, ya sea desde cuestiones físicas hasta una serie de buenas
prácticas digitales. Se trata de inculcarles desde pequeños hábitos digitales
que construya una cultura de privacidad y seguridad.
Estamos hablando de cuestiones como
mantener las computadoras de los chicos o procurar que utilicen su laptop en
una sala común. De esta forma, se podrá controlar que no ingresen a contenido
inapropiado. Por otro lado, es necesario contar con un software de filtrado en
las computadoras y dispositivos móviles para asegurarse que los niños con
ingresen a contenido que no deberían.
Otro punto importante es mantener
actualizado los sistemas operativos y aplicaciones de los dispositivos. De esta
forma se evita abrir brechas las cuales pueden ser explotadas por los
criminales. Si bien es imposible, y hasta contraproducente, controlar a los
hijos todo el tiempo, el punto es poder contar con ciertos pilares que den
confianza a los padres y cierta libertad de acción a los chicos.
Además, los padres deben saber
entablar una relación de empatía con sus hijos. De esta forma será más fácil
que les enseñen cuestiones básicas de seguridad. Enseñarles a utilizar el
sentido común puede ser la mejor estrategia, ya sea para que no hable con
desconocidos hasta descargar un software malicioso que pueda comprometer a los
dispositivos que se utilizan, la red y sobre todo, la información personal.
Por otro lado, se debe tener
presente que muchas veces los más pequeños son un móvil para llegar los padres.
Esto significa que los cibercriminales diseñan juegos o aplicaciones para
chicos con código malicioso, de esta forma, al descargarlos en el dispositivo,
pueden escalar diferentes privilegios para robar información sensible.
Por esto, se recomienda contar
con un dispositivo que analice y detecte este tipo de aplicaciones. Por
ejemplo, el Blackphone 2 posee la función “Spaces” que permite crear perfiles
independientes y aislados. De esta forma, el usuario puede crear un perfil
exclusivamente para juegos o aplicaciones para los más pequeños, de esta forma,
en caso de descargar un contenido comprometido, hasta que se elimine, solo se
verá afectado este perfil mientras que el resto de los perfiles y su
información permanecen intactos.
Por otro lado, el dispositivo
posee la funcionalidad de bloquear todo tipo de comunicación al dispositivo
dejando exclusivamente para que se hable por medio de la aplicación Silent
Phone. De esta forma, los padres que no le quieren dar un Smartphone a los
niños o adolescentes por miedo con quién hablan, reducen la brecha de peligro.
Al mismo tiempo que se deja activada una línea exclusivamente para contactar a
los papás.
El espectro de ataques y amenazas
que existen en la red es amplio. En este sentido la ingeniería social es un
camino muy útil para llegar a los más desprotegidos. No se trata de crear una
paranoia, sino de comprender ejemplos concretos de cómo las cuestiones básicas
de por qué es urgente redefinir los cuidados preventivos.
Debemos aceptar que la frontera
entre lo online y offline prácticamente ya no existe. En un mundo donde todos
los jóvenes tienen un Smartphone, la educación digital es básica para los niños
puedan cuidarse solos, como también a su familia.
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