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formas en las que usas mal tu tarjeta de crédito
FORBES - jueves, 10 de marzo de
2016
Hay ciertos hábitos que tenemos
asimilados, como pagar siempre nuestros saldos mensuales y llamar al banco si
perdemos una tarjeta. Sin embargo, hay algunas cosas que podríamos estar
haciendo deliberadamente mal.
Para la mayoría de nosotros, las
tarjetas de crédito se han convertido en uno de los instrumentos más prácticos.
Las usamos para ir al súper, comprar boletos de avión y todo lo demás. Hacemos
una estrategia para ganar la mayor cantidad de puntos. Contamos con ellas como
un medio para construir nuestro historial crediticio.
Hay ciertos hábitos que tenemos
asimilados, como pagar siempre nuestros saldos mensuales y llamar al banco si
perdemos una tarjeta. Sin embargo, hay algunas cosas que podríamos estar
haciendo deliberadamente mal.
Aquí hay cinco malos hábitos
crediticios que podríamos botar:
1- Tener un saldo pendiente
porque crees que ayudará a tu historial crediticio. La mitad de los
estadounidenses cree que tener un saldo en su tarjeta de crédito mes a mes es
de gran ayuda para su puntuación de crédito, de acuerdo con un nuevo estudio de
NerdWallet. No tanto.
De hecho, lo único que hacen al
mantener un saldo es regalar dinero a través del pago de intereses. Lo que se
debe hacer, si es posible, es pagar el saldo completo cada mes. La sola
existencia de una tarjeta de crédito a tu nombre significa que estás
construyendo un historial, no es necesario contar con un saldo pendiente.
2- Llevar tu tarjeta al máximo.
Gastar tanto como te es posible en una tarjeta de crédito –alcanzar tu límite
de crédito–es malo para tu calificación crediticia. Sin embargo, cuatro de cada
cinco estadounidenses no son conscientes de que los altos saldos pendientes son
perjudiciales para su crédito, según una encuesta de Bankrate.
Eso se debe a algo que se llama
coeficiente de uso, lo que básicamente mide la cantidad que gastas en
comparación con la cantidad de crédito tienes a tu disposición. En esencia, los
prestamistas quieren ver que eres responsable y no vas a gastar hasta el último
centavo que tienes asignado sólo porque puedes.
Digamos que tu límite de crédito
es de 50,000. Incluso si usted puedes darte el lujo de pagar el saldo, resulta
poco aconsejable. En su lugar, mantén tus gastos a menos de 30% de tu límite, o
15,000 en este ejemplo.
3- Suponer que la comisión anual
vale la pena. Sí, las ventajas suelen ser más y mejores con las tarjetas que
tienen una comisión anual. Sí, hay algunas tarjetas (como las de las
aerolíneas) que no puedes conseguir sin desembolsar la cuota anual.
Sin embargo, hay algunos cálculos
que debes hacer antes de optar por este tipo de tarjetas. Mientras más tarjetas
tengas, más difícil resulta gastar lo suficiente con ellas para justificar su
costo.
4- Olvidar cobrar tus puntos.
¿Cuál es el punto de ganar puntos con tus tarjetas de crédito si nunca los
usas? En un estudio reciente, NerdWallet descubrió que una de cada cinco
personas no redimieron sus puntos el año pasado. Aunque los puntos que has acumulado
podrían parecer poca cosa, todos suman. Date 60 segundos, revisa cuántos tienes
y qué puedes hacer con ellos.
5- Cancelar las tarjetas que ya
no usas. Es comprensible que desees hacer limpiar tu cartera de vez en cuando y
tirar tarjetas que estén acumulando polvo. Sin embargo, hay razones para pensar
dos veces antes de hacerlo.
Cuando te deshaces de una tarjeta
de crédito, incluso si es una que ya no usas, estarás dañando tu puntaje de
crédito. ¿Por qué? Es malo para tu coeficiente de uso, ya que estás renunciando
al crédito total que se te ha otorgado.
En su lugar, conserva las
tarjetas bien resguardadas. Paga con ellas una comida o algo de la farmacia de
vez en cuando para que no sean canceladas por inactividad.
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