Lo que nunca debes decir a tu
jefe si no quieres que te despidan
El Confidencial - martes, 1 de
marzo de 2016
Los antiguos proverbios ya nos
los advertían: “no abras la boca si lo que vas a decir no es más hermoso que el
silencio” o “en boca cerrada no entran moscas”. Y esto vale para la vida, pero
sobre todo es esencial recordarlo en un ambiente laboral, donde cuanto digas y
cómo lo hagas cuenta, y puede marcar la diferencia entre un ascenso o verte de
la noche a la mañana de patitas en la calle.
Puede que seas una de esas
personas que siempre va con la verdad por delante, que no te calles ni debajo
del agua o que te escudes en que 'yo soy así', pero, afrontémoslo, en el juego
de tronos del mundo laboral, tu jefe, por muchas cervezas que se tome contigo
después del trabajo, sigue siendo quien reparte cartas. Así que honestidad, sí,
pero con matices. Al menos esto es lo que recomienda un artículo publicado en
'Business Insider', donde recogen las 24 frases que nunca deberías decir a un
superior, a menos que quieras facilitarle el trabajo de que te despida y de
forma procedente.
“Es importante ser cuidadoso con
lo que se le dice a un jefe, cualquier pequeñez puede poner tu carrera en el
punto de mira”, explica Ryan Kahn, 'coach' laboral, fundador de 'The Hired
Group, y autor de 'Hired! The Guide for the Recent Grant', quien añade que “la
clave es analizar cada pequeño detalle, forma y contenido, en tus interacciones
con él”.
Un argumento con el que está de
acuerdo la experta en relaciones laborales Lynn Taylor, autora de 'Tame Your
Terrible Office Tyrant: How to Manage Childish Boss Behavior and Thrive in Your
Job': “Hay ciertos comentarios y cuestiones basadas en una perspectiva errónea
que pueden cambiar la relación que tienes con tu jefe y, de hecho, incluso
sabotear una futura oportunidad de empleo si no te contienes”, explica.
Lo que los expertos nos
recomiendan es tomarnos un tiempo para reflexionar antes de quejarnos y
examinar qué es lo que queremos conseguir de la charla con nuestros jefes y
anticiparnos a su posible reacción a nuestras quejas. Es decir, aquello de que
la mejor defensa es un buen ataque debe cambiar a 'la diplomacia y la
estrategia son los principales aliados del éxito'.
Así, además de evitar los obvios
insultos y amenazas, si te propones criticar una decisión o solicitar un
ascenso, estas son las frases y palabras que, según los expertos, debes apartar
de tu discurso.
1. "Estás
equivocado"
“Criticar
abiertamente o señalar los errores de tu jefe es la forma más rápida de ser
excluido de futuras reuniones y que no te hagan ni caso la próxima vez que
quieras hablar”, cuenta Rosalinda Oropeza Randall, experta en etiqueta y
protocolo y autora de 'Don't Burp in the Boardroom'. Por el contrario, si
creemos que nuestro responsable ha cometido un fallo, podemos aproximarnos de
otras formas más adecuadas: “Puedes decirle algo así como: quizás esté
equivocado, pero tengo la impresión de que…”, lo que deja sin defensas a la
otra persona porque le obliga a reconsiderar la información que te ha dado.
“Cualquier frase que uses debería ser en tono cordial y con voluntad de
ayudar”, continua.
2. "No
puedo"
Un craso error
que sólo indica a los demás que no tienes confianza en ti mismo ni voluntad
para intentarlo reiteradamente hasta que consigas tu objetivo. Y esto no gusta
a nadie, especialmente a los jefes, insiste Taylor.
3. "No es
mi trabajo"
¿Recuerdan
aquella clásica obra de Melville, 'Bartleby el escribiente', donde el
oficinista siempre evitaba realizar su trabajo fomulando la célebre frase: “I
would prefer not to”; poco más o menos provoca el mismo efecto, y no quieran
saber lo que le ocurrió a Bartleby.
Quién crea que
las funciones en un puesto de trabajo son inmutables y que nunca, bajo ninguna
excepción, va a tener que realizar una tarea que le sorprenda o que no sea
estrictamente su cometido, se equivoca; otra cosa diferente es que se convierta
en algo cotidiano… “Lo que se espera de un profesional es que sea flexible, que
pueda trabajar en equipo y que haga la vida de su responsable un poco más
fácil. Además, cuantas más habilidades seas capaz de dominar, más indispensable
te vuelves dentro de la organización”, sostiene la experta en relaciones en el
entorno laboral. Y Ryan Kahn añade: “diciendo que no tienes la actitud para
salir de un rol establecido, estás también comunicando que no pretendes
trabajar para el éxito de la compañía”.
4. "No
tengo ni idea"
Nadie espera que tengas las
respuestas a todas las preguntas, pero antes de encogerte de hombros y menear
la cabeza, es mucho mejor decir que vas a hacer todo lo posible por encontrar
la solución. “Cada vez que tu jefe tiene que hacer el trabajo por ti, asume que
no puede contar demasiado contigo”.
5. "No"
Hay muchas ocasiones en la vida
en que decir un 'no' a tiempo nos libera de muchos problemas, pero en el
entorno laboral debemos pensarlo dos veces antes de negarnos a algo. No es que
tengamos que arrodillarnos y exclamar 'sí, bwana' cada vez que nuestro
responsable nos pide que hagamos algo, pero como no acompañes tu negativa de un
argumento sólido las cosas solo irán de mal en peor. “Por ejemplo, si tu jefe
te pregunta si tienes tiempo para trabajar en un proyecto concreto hoy y
realmente no lo tienes, o es tu día libre, en vez de contestar un simple y
llano 'no', intenta responder algo del estilo: “Hoy será un poco complicado si
quieres que, además, me centre en la presentación de la compañía. ¿Prefieres
que me dedique mejor a la otra tarea?”.
6. "Lo intentaré"
Algunas personas piensan que es
una respuesta más que aceptable, ya que cuando “intentas” algo se presupone que
pones lo mejor de ti mismo en esa tarea, pero no para un jefe, porque le haces
sentir inseguro respecto a si puedes tener el trabajo hecho o no. “Imagínate a
ti mismo preguntándole a tu jefe si puede darte dos semanas de vacaciones o un
adelanto y que él te dé por toda respuesta un: 'lo intentaré'”, explica Taylor.
7. "Eso no es lo que oí
yo"
Evitar los rumores y las
conjeturas está bien, pero si no estás seguro de algo deberías comprobarlo o
esperar a que las cosas se aclaren antes de cometer riesgo que te hagan parecer
poco profesional.
8. "¿Y qué saco yo de
esto?"
Muchas veces tu trabajo también
conlleva ayudar a otras personas y departamentos. A nadie, y menos a los jefes,
les gustan las personas que no saben trabajar en equipo, señalan los expertos.
9. "Lo siento, pero…"
Está bien disculparse, pero en un
terreno profesional se espera un poco más de nosotros. Podemos añadir, sugieren
los expertos, algo así como “estaré mucho más atento la próxima vez”, que un
simple “lo siento” seguido de una excusa.
10. "Hoy tengo un mal día.
Me han dejado"
Todos somos humanos y tenemos
problemas personales; las compañías también son comunidades, pero cuando
trabajas deberías saber dejar lo otro de lado, aunque no rindas 100%, explica
Randall. “No significa que tus heridas no duelan, pero, ¿por qué debería pararse
el mundo hasta que tú superes tu ruptura? Antes es mucho mejor tomarte un día
libre”, sostienen.
11. "Lo hice lo mejor que
pude"
Una de las peores frases que se
pueden decir, porque si cometes un error y de verdad lo has hecho lo mejor que
podías, eso no dice gran cosa de tus habilidades. Cámbiala por: “Lo haré mejor
la próxima vez”.
12. "Ya lo he intentado
antes"
Los jefes no soportan la pereza.
“No te apresures a contestar tan rápido; tal vez tu jefe tiene en mente otra
cosa y ni siquiera le has dado opción, sugiere Taylor. La alternativa es
agradecer cualquier idea que puedan darte y mostrar una actitud receptiva para
probar todo aquello que pueda hacer tu trabajo más efectivo.
13. "Me largo"
Amenazar no es precisamente lo
más sabio que pueda hacer alguien en tu posición, porque siempre hay alguien
que pueda hacer realidad tu farol, o empezar a considerar que en cualquier
momento y si las cosas no te son favorables, puedes dar un portazo y largarte
con viento fresco.
14. "Yo pensaba que…"
Esta frase frustra a muchísimos
responsables, hartos de que los empleados no escuchen y se limiten a hacer
juicios de valor. “Errar es de humanos, pero no asumir los errores acabará con
tu carrera”, Taylor dice.
15. "En mi anterior trabajo
lo hacíamos así"
Evita comparaciones. Si tienes un
modo más efectivo de hacer tu trabajo, coméntalo y ponlo en práctica, pero a
ningún superior le gusta que le restriegues que el 'know-how' de otra compañía
es mucho mejor.
16. "No es mi culpa, sino la
de Juan"
¿En serio? ¿Todavía no te has
dado cuenta de que no estás en el colegio? Y si lo estuvieses, seguramente te
habrías ganado una colleja. “Asumir responsabilidades es básico. Si eres
percibido como un chivato, algún día tu jefe cuestionará quién de los dos, el
acusica o el acusado, miente".
17. "El anterior lo hacía
mejor o diferente"
“Los jefes a menudo piensan que
sus métodos son mejores que los de sus predecesores y eso les gusta. A menos
que lo que esté haciendo sea un error claro, no fastidies a tu jefe con el modo
antiguo de hacer las cosas porque es mejor para ti. Adáptate”, sugieren.
18. "No puedo trabajar con
él/ella"
De nuevo en el patio del colegio.
¿A qué juegas? Este no es un comportamiento aceptable en un lugar de trabajo;
si no eres capaz de trabajar con otras personas muy diferentes a ti y resolver
los conflictos, jamás obtendrás buenos resultados.
19. "Hay favoritismos…"
El 'por qué siempre Juan o Sara y
yo no' es una actitud infantil y nada inteligente. Antes bien es mejor que
pienses qué quieres conseguir y luches por tu objetivo, sin compararse con
nadie o acusar, actitudes ambas bastante mezquinas.
20. "Estoy aburrido"
Puede que tengas un momento de
debilidad y compartas tu aburrimiento con la persona equivocada: tu jefe, pero
piensa que te están pagando para que seas productivo y te muestres entusiasta y
lo mejor sería que intentases buscarle alicientes a tu trabajo (o empezar a
enviar currículos).
21. "Quiero hablar con
Recursos Humanos"
“Pasar por encima de la autoridad
de tu responsable no es la mejor opción, a menos que vayas a hacer algo muy
determinante o no tengas otro recurso”, cuestiona Taylor. Y si vas a hablar con
Personal, no seas tonto y no se lo comentes antes.
22. "No tengo una
solución"
Para ello el 'coach' laboral Ryan
Kahn tiene una máxima de oro: “los líderes hablan de soluciones; los
seguidores, de problemas”. ¿A cuál de las dos categorías quieres pertenecer?
23. "Estoy ocupado. ¿Te
importa esperar?"
Tu responsabilidad es preguntar a
tu jefe si las prioridades han cambiado, ya que tus objetivos deben estar
alineados con los del departamento. “Las prioridades no son estancas la mayoría
de las veces, lo mejor es asegurarte de que no se ha producido un cambio de
rumbo”, recomiendan los expertos.
24. "Es imposible"
Admitámoslo, nadie quiere a las
personas negativas; de hecho, la negatividad es contagiosa. Lo mejor que puedes
hacer si tu responsable te plantea una tarea complicada es comunicarle tus
miedos e intentar que se ponga en tus zapatos. Recuerda escoger tus argumentos
cuidadosamente cuando te encuentres desbordado de trabajo y no sepas cómo
salir, si no quieres acabar siendo esclavo de tus palabras.
25. ¿Puedo salir más temprano? No
hay mucho trabajo
Está bien que necesites salir
antes un día, pero no añadas la coletilla final. Recuerda que siempre hay algo
pendiente que uno jamás tiene tiempo de hacer y los jefes lo que quieren ver es
iniciativa, recomienda Taylor.
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