El (indiscutible) valor del
fracaso para los emprendedores
FORBES- 14 de Marzo de 2016
Los emprendedores lo tienen muy
claro: el que no fracasa no aprende ni mejora. Sencillamente, el fracaso es un
paso necesario en la innovación, es encontrar 10,000 maneras de cómo no hacer
un foco, diría Edison.
Muchos podrían pensar que la
gente con mayor edad es la que tiene más experiencia y quizá la que mejor
consejo podría ofrecerle a un emprendedor. Y no es así. Para Guillermo Lagos,
director de Emprendimiento e Innovación de la EGADE Business School, la gente
que puede dar los mejores consejos a un emprendedor es la gente con
cicatrices.
“Cuando nosotros buscamos
mentores para nuestros emprendedores, a mí me dicen que debo buscar gente que
tenga canas y yo les digo que el pelo blanco es lo de menos, porque tú puedes
tener 20 años de experiencia o puedes tener un año repetido 20 veces. Entonces
no quiero gente con pelo blanco, yo lo que quiero es gente que tenga
cicatrices, porque la gente que tiene cicatrices es la que lo intentó y fracasó
y lo volvió a intentar”, dice.
Para Guillermo, ellos son los que
mejor entienden la tensión que representa para un emprendedor llegar a un
viernes de quincena y no tener recursos para pagar la nómina, o que sólo tengas
50,000 y que la nómina sea mayor. Y ni hablar de las deudas con los proveedores:
“Cuando tú no tienes esa vivencia, entonces todo parece que es un poco más
fácil, entonces por eso buscamos gente con cicatrices y que las lleve con mucha
honra”.
El fracaso también requiere de
cierta actitud mental, de intentar las cosas y aprender de los resultados. Sin
embargo, no es fácil, siempre existe miedo al rechazo, a que los recursos
financieros se agoten y se corre el riesgo de quedar atrapados en estos
sentimientos. Para contrarrestar estas sensaciones, opina Lagos, podrían llevarse
a cabo experimentos que fueran baratos y que no comprometan todos los
recursos: “Tienes que hacer experimentos en donde no te juegues la vida… Si yo
hago este experimento y todos los recursos van ahí, pues ¿qué crees?, que ya no
tengo escapatoria. La idea es que si vas a fracasar, fracasa rápido y lo más
barato que puedas para que tengas recursos y vuelvas a intentarlo”.
Al fracaso se le tiene que ver de
una manera distinta. Para Guillermo, es necesario no verlo como un error, como
algo que está mal, porque a mayor culpabilidad menor interés por emprender y
por innovar. “Vivimos en un mundo donde la innovación es algo que se tiene
que volver normal y para poder estar innovando tenemos que estar dispuestos
siempre a fracasar”, dice.
Una de las primeras preguntas que
realizan en Silicon Valley cuando llegas como emprendedor con un fondo de
capital a solicitar recursos es, “¿qué has intentado?, ¿en qué has fracasado?”.
Y es que para ellos el fracaso es casi como una medalla.
Existen dos tipos de fracaso: en
el que todo se hace bien y existe una plena confianza de que todos los pasos
fueron correctos y al final la idea no funcionó. Este fracaso deja muchas
lecciones. El otro tipo es el que resultó de la negligencia y del dolo, y eso
no es un buen fracaso, explica.
¿Cómo combatir el miedo? “Lo
primero es atreverse, tienen que pensar en cuál es el peor escenario y pensar
en lo que se está arriesgando. Si la empresa no funcionó pues pensar en un
plan B y la idea no es aventarse por la ventana… Just do it”, responde
Guillermo.
Para Alistair Cox, ceo mundial de
Hays Group, la única manera de averiguar si algo funciona es intentándolo,
siempre habrás aprendido algo.
“Vivimos en un mundo en donde las
cosas cambian muy rápido y de manera muy dramática y que nunca puedes predecir…
y creo que en el pasado era quizá aceptable analizar las cosas de manera
profunda y había mucho tiempo para hacerlo, pero hoy día no has suficiente
tiempo para pensar en las oportunidades. La idea es tratar de hacer las cosas y
cuando fallas debes parar inmediatamente, esa es una manera clásica de
aprender”, dice.
En Hays, explica, han empezado
pequeñas líneas de negocios, a modo de experimento y al final del día es la
única manera de averiguar si algo funcionará o no.
¿Y sobre el éxito?
“Para mí el éxito es cuando los
clientes regresan, cuando tus empleados comparten tu visión del negocio y te quieren
ayudar a construirlo, cuando vas con los inversionistas, te entienden e
invierten y se emocionan contigo”, dice Cox.
Guillermo Lagos considera que el
éxito es encontrar soluciones, es resolver problemas y detectar necesidades que
se encuentren en el mercado: “Tienes que poder mejorar la vida de las personas
allá afuera. El éxito económico es un subproducto de haber resuelto estas
necesidades”, concluye.
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