Su rostro será su contraseña
Semana - jueves, 17 de marzo de
2016
Uno de los momentos más
emocionantes de la pasada entrega de los Grammys fue cuando Lady Gaga subió al
escenario disfrazada de David Bowie. Dejando a un lado la interpretación de la
artista, fue impresionante la forma cómo su rostro se “animaba” y se llenaba de
lava, pintaba el rayo icónico de Bowie y era recorrido por una araña. Todo en
tiempo real.
La acción se dio gracias a la
tecnología del reconocimiento facial. Una técnica que, quizás más temprano que
tarde, podría hacer jubilar a las contraseñas y con ello transformar para
siempre la interacción de los usuarios con la tecnología.
Los computadores ya han dado sus
pinitos en aplicar la tecnología de la biometría para confirmar la identidad de
los usuarios. Lossmartphones ya lo habían implementado en el pasado, con
resultados no tan satisfactorios, pero los avances en las cámaras 3D permitirían
el renacimiento de esta modalidad de identificación.
Pero quienes quieren dar el paso
definitivo son las empresas dedicadas al comercio electrónico. Esta modalidad
es una de las más damnificadas ante el aumento de la delincuencia cibernética.
Según el índice de fraude global
que realizó Pymnts.com y Forter, si en el 2015 los ataques a estas plataformas
fueron de 0,8 %, en el 2016 subieron a 2,1 %. De hecho, el fraude en el
comercio electrónico aumentó en un 163 % en la transición del 2015 al 2016.
En Colombia los ciudadanos no se
sienten ajenos al riesgo. Un estudio de Unisys Security Insgihts dio a conocer
que para este año, el 47 % de los colombianos considera posible que sus datos
sean accedidos por entes no autorizados. Es decir, casi la mitad del país teme
ser hackeada.
Por esto, el mundo digital quiere
transformar sus sistemas de seguridad. Se acabó el tedioso asunto de “olvidaste
tu contraseña”: ahora los usuarios la llevarán siempre pegada a sus cuerpos.
El futuro del comercio
electrónico
En una época en la que las series
numéricas que las personas deben memorizar han aumentado exponencialmente,
algunas contraseñas tienden a confundirse y hasta a olvidarse.
Al menos esto es lo que pensó
Jack Ma, el fundador y presidente del emporio de comercio electrónico más
grande de Asia, Alibaba, a quien se le ocurrió una mejor idea para realizar los
pagos en su plataforma.
A principios del 2015, el
empresario chino presentó el uso de los selfies como alternativa para confirmar
la identidad en las transacciones electrónicas. La novedad se denominó “Smile
to pay” (Sonríe para pagar), porque la cámara de los dispositivos captaría
gestos del usuario -como una sonrisa-, para cerciorarse de la identidad de
este.
Ahora, el gigante de las ventas
en línea, Amazon, quiere repetir la fórmula. La compañía busca patentar en
Estados Unidos un sistema regido por la misma consigna: que las contraseñas son
algo anticuado, una técnica de seguridad arcaica y vulnerable.
La realidad avala ese propósito,
pues el comercio electrónico se ha convertido en una mina de oro para los
hackers. El crecimiento desbordado de las transacciones digitales, y el número
cada vez mayor de empresas que se mudan a las ventas por internet ha atraído a
los piratas electrónicos.
El flagelo es aún más preocupante
en tanto los usuarios no han aprendido a elegir contraseñas seguras. Splashdata
reportó que en el 2015 la secuencia 123456 y la palabra “password” fueron las
opciones predilectas de los usuarios.
Aunque los bancos invierten miles
de millones de dólares para proteger sus sistemas de transacción, aún siguen
siendo vulnerables. De acuerdo con una investigación adelantada por el portal
El Diario, en España, la mayoría de los bancos no deja colocar contraseñas
largas ni admite caracteres especiales o combinaciones de mayúscula y
minúscula, lo que facilita su falsificación por parte de los delincuentes.
MasterCard también tiene en el
ojo la posibilidad de utilizar selfies como método de confirmación para los
pagos. Según un estudio de la firma Aite, el 45 % de las pérdidas en tarjetas
de pago se da en las transacciones online.
Por esto, desde octubre del año
pasado, la compañía viene implementando un plan piloto en el que las
transacciones pueden autorizarse mediante un snap tomado con el celular del usuario,
que se envía al sistema de pagos y allí se autentifica.
Alibaba, Amazon y Mastercard
podrían ser los precursores de un nuevo estándar en la seguridad digital. Uno
en donde el vitalicio espacio para el password quede olvidado para siempre.
Bienvenidos a la era de las selfies como contraseñas.
Tecnología de vieja data
Aunque viene en boga, el
reconocimiento facial no es nada nuevo. Desde hace tiempo fue implementado en
sistemas de seguridad para dar con rostros de criminales. A mediados de la
década del 2000 ya estaba lo suficientemente avanzado para analizar diversos
ángulos por medio del 3D. Facebook explotó estos avances y permitió automatizar
los tags en sus fotos, lo que aumentó la popularidad de esta tecnología.
La precisión y rapidez alcanzada
por esta técnica la hizo llegar a los teléfonos inteligentes. En los últimos
años, desarrolladores crearon apps para cambiar el tradicional sistema de
contraseñas numéricas o de patrones por algo más sencillo: el reconocimiento de
la persona usando la cámara frontal del dispositivo.
Sin embargo, los usuarios
encontraron en estas aplicaciones un punto débil: se podía “falsificar” la
identidad mostrándole a la cámara una foto de la persona.
Pero esto quedó atrás con la
novedad de las cámaras 3D. Una tecnología precisa y versátil, que no se deja
engañar por fotos y capaz de, por ejemplo, captar el rostro de una persona así
se haya dejado crecer la barba o cambie de gafas.
Windows, el sistema operativo más
usado en el planeta, ha visto en esta herramienta un gran potencial. Por esto,
implementó en su nueva versión el Windows Hello, un sistema que pretende
reducir la dependencia a las contraseñas a través de escáneres de huellas
digitales, lectores de iris o las cámaras 3D. De hecho, con esta última, el
sistema se demora solo un segundo en reconocer la identidad del usuario y darle
entrada a su archivos.
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