Los commodities y las
expectativas sobre la Fed benefician a los activos de países emergentes
The wall street journal- marzo
de 2016
Los mercados emergentes, que el
año pasado se derrumbaron, han repuntado en las últimas semanas en medio de la
recuperación de los precios de las materias primas y la confianza de que la
Reserva Federal de Estados Unidos no subirá pronto las tasas de interés.
Este giro ha beneficiado a una
serie de activos. El MSCI Emerging Markets Index, que agrupa a empresas grandes
y medianas de economías en desarrollo, acumula un alza de 12% desde fines de
enero y ha borrado la mayor parte de las pérdidas que sufrió a comienzos de
año. Monedas como el peso mexicano y el rublo se han apreciado 7% y 13%,
respectivamente, desde sus recientes mínimos frente al dólar.
Cerca de US$5.000 millones
ingresaron a los mercados de bonos de los países emergentes en los dos primeros
meses del año, según el Instituto de Finanzas Internacionales. El indicador de
bonos en moneda local de J.P. Morgan Chase & Co. anota un aumento de 3,1%
tras una pérdida de casi 15% en 2015.
“Sentimos que hemos llegado a un
momento de máximo pesimismo en torno a los mercados emergentes y ese tipo de
perspectivas extremas habitualmente indican una oportunidad”, escribió en
febrero Michael Hasenstab, gestor de portafolio de Franklin Templeton.
El repunte de las últimas semanas,
uno de los mayores de los mercados emergentes durante un período caracterizado
por caídas devastadoras en varios activos, se produjo pese a una desaceleración
del crecimiento y altos niveles de endeudamiento en algunas de estas economías.
La disposición de los
inversionistas a apostar a los países emergentes ilustra la búsqueda de los
gestores de fondos de retornos más atractivos en un momento en que los bancos
centrales de Europa y Japón han implementado algunas tasas de interés a
territorio negativo y los rendimientos de los bonos de EE.UU. y otras economías
desarrolladas se ubican cerca de mínimos históricos.
También demuestra los riesgos de
quedar al margen de un alza que los puede dejar muy rezagados respecto a sus
pares y los índices de referencia. “La gran mayoría de los inversionistas de
mercados emergentes cree que los fundamentos no son positivos”, reconoce Daniel
Tenengauzer, director gerente de RBC Capital Markets. No obstante, “si está
gestionando un portafolio, no se puedes dar el lujo de darles la espalda. Los
gestores están diciendo: ‘Aunque no me encanten los fundamentos, tengo que
ingresar’”.
Algunos subrayan que los mercados
emergentes siguen siendo un campo minado, propenso a gigantescas salidas de
fondos cuando los inversionistas cambian de parecer.
El crecimiento se ha frenado en
la mayoría de las economías emergentes, afectado por el menor apetito chino por
las materias primas. Brasil, por ejemplo, registró el año pasado su mayor
contracción de los últimos 25 años. Rusia ha sido golpeada por una combinación
de bajos precios del petróleo y sanciones internacionales. Sudáfrica, un
importante exportador de minerales, tiene un alto desempleo y un déficit fiscal
significativo.
A los inversionistas también les
preocupan los altos niveles de deuda en dólares de los países en desarrollo,
cuyo pago se ha encarecido ante el alza de esa divisa en los últimos dos años.
Standard & Poor’s Ratings Services estima que las cesaciones de pagos de
las empresas de los mercados emergentes aumentó en 2015 a sus niveles más altos
desde 2004.
El Banco de Pagos Internacionales
calcula que los bonos denominados en dólares de compañías de mercados
emergentes que no son bancos llegaron a US$1,1 billones en el tercer trimestre
de 2015, más del doble que siete años atrás.
Mientras tanto, China podría
verse obligada a devaluar el yuan para contener la fuga de capitales o
estimular la economía. Eso podría incentivar a otros países a devaluar sus
divisas para seguir siendo competitivos en los mercados internacionales.
Además, temas políticos nublan el panorama de países emergentes desde
Sudamérica al sudeste asiático.
Por si esto fuera poco, si la Fed
opta por subir las tasas de interés durante este año o el próximo, podría
aumentar el atractivo de los bonos del Tesoro de EE.UU. respecto de los activos
de los mercados emergentes, que tienen rendimientos y riesgos más altos.
Los repuntes de los mercados
emergentes en los últimos años han sido transitorios y a menudo una nueva caída
de los precios de los commodities ha bastado para poner fin al optimismo.
“Cuesta entusiasmarse acerca de una estrategia como esta cuando los inversionistas
pueden recibir flechas desde distintos ángulos”, dice Kit Juckes, estratega de
Société Générale SA.
De todas maneras, algunos
inversionistas dicen que hay razones para el optimismo. “Sumadas, las monedas
de los mercados emergentes están en su nivel más barato de los últimos 20
años”, afirma Jens Nystedt, gestor de portafolio de renta fija de mercados
emergentes de Morgan Stanley Investment Management. “Pero algunas de ellas
tienen razones para estar tan baratas”.
La recuperación del petróleo, los
metales y otras materias primas ha beneficiado a los exportadores de estos
commodities y sembrado esperanzas de que lo peor del derrumbe de los precios
haya quedado atrás. La cotización del crudo Brent, la referencia internacional,
registra un incremento de cerca de 33% desde sus mínimos de enero. En tanto, el
cobre y el azúcar han subido casi 14% y 17%, respectivamente.
La creencia de que la Fed no
subirá las tasas de interés pronto podría frenar cualquier repunte del dólar,
lo que aumentaría el atractivo de las divisas de las economías en desarrollo.
El capital ha seguido saliendo de
las acciones de los mercados emergentes este año, pero eso podría estar
cambiando. Las salidas de fondos sumaron US$1.100 millones en febrero, frente a
los US$6.900 millones de enero, según el Instituto de Finanzas Internacionales.
Nystedt elevó su exposición a los
mercados emergentes en los últimos meses al comprar deuda de países como Chile,
Polonia, y Tailandia. Un portafolio agregado de deuda de economías emergentes
en moneda local rendiría cerca de 7% en 2016 si los precios del petróleo se
mantienen en los niveles actuales.
Una táctica popular conocida como
“carry trade”, en la que los inversionistas se endeudan en una moneda de bajo
rendimiento para invertir en activos de rendimientos más altos, ha sido difícil
de ejecutar en los últimos años puesto que la caída de las divisas frente al
dólar ha absorbido las ganancias de los inversionistas. Nystedt, sin embargo,
cree que este año las monedas de países emergentes que prefiere tienen una
perspectiva más estable.
Algunos inversionistas se
concentran en las valuaciones baratas y los recientes avances de los mercados
emergentes. Pablo Goldberg, gestor de portafolio del equipo de deuda de
mercados emergentes de BlackRock Inc., señala que algunas preocupaciones
parecen exageradas. Goldberg ha estado añadiendo bonos en moneda local a su
portafolio. “Es una decisión que podría empezar a encontrar un mayor respaldo”
entre los inversionistas este año, indica.
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