https://www.facebook.com/wilber.carrion.1 - Twitter: @wilbercarrion  
  Su apoyo es bienvenido, cuenta: BBVA Continental- 0011 0175 0200256843  

miércoles, 25 de febrero de 2015

Qatar

Qatar y 4 casos cuando el calor fue demasiado caliente



BBC Mundo - ‎febrero‎ de ‎2015
No se puede jugar en el verano del hemisferio norte, es demasiado caliente.

Así concluyó el grupo de trabajo establecido por la FIFA para definir las fechas del Mundial de Qatar 2022.

El torneo, recomiendan, debe ser jugado entre los meses de noviembre y diciembre en lugar del tradicional período entre junio y julio.

El problema es que las temperaturas en Medio Oriente en esa época oscilan entre los 40 y 50 grados centígrados, lo que haría casi imposible la práctica del fútbol.
Las temperaturas pueden alcanzar hasta 50ºC en el verano en Qatar.
Los organizadores prometieron durante su campaña que construirían estadios con modernos sistemas de aire acondicionado, pero eso no incluye los campos de entrenamiento y mucho menos los lugares reservados para los aficionados.

La fecha entre noviembre y diciembre no fue bien recibida por toda la familia del fútbol, que mostró su preocupación por los problemas que va a causar al calendario de las principales competiciones de clubes, principalmente en Europa y en Sudamérica.

Pero, ¿tiene justificación la decisión de la FIFA? ¿Cuándo es que el calor es demasiado caliente para el deporte?

Momento crítico

Son muchos los cambios que suceden en el cuerpo de un atleta cuando está expuesto a temperaturas muy elevadas.

En ese momento el cuerpo reacciona aumentando el flujo sanguíneo en la superficie de la piel, llevando el calor dentro del cuerpo a la superficie. Esto es el sudor.
Las autoridades de Qatar prometieron que integrarán modernos sistemas de aire acondicionado en los estadios.
Si la temperatura exterior pasa la barrera de los 39- 40ºC, algo seguro en Qatar, el cerebro le ordena a los músculos que bajen el ritmo y es cuando se produce la fatiga.

Jamie Pringle, fisiólogo del deporte del Instituto del Deporte de Inglaterra en Sheffield, le explicó a la BBC que mientras más en forma esté el deportista, en mejores condiciones estará de hacerle frente al calor.

"El entrenamiento ayuda a aumentar el volumen de la sangre en el cuerpo", señala Pringle. Esta es la razón por la cual un deportista de élite puede tener de 10 a 12 litros de sangre, en comparación con los seis litros de un hombre promedio.

Pero si bien eso contribuirá a su desempeño, el futbolista también deberá cuidar otras áreas, pues el calor extremo también hace que se hinchen los pies y la presión atmosférica requiere de una mayor fuerza para producir el mismo tipo de movimiento.

"Entonces se va a agotar más rápido", le dijo a BBC Mundo el médico deportivo Guillermo Aponte.

Desde alucinar hasta el asfalto derretido

Hay cuatro casos en los que el calor extremo afectó directamente al deporte. BBC Mundo los recuerda:

En la Copa de Brasil el año pasado México y Holanda protagonizaron el primer partido en el que hubo un descanso para hidratación debido al exceso de calor en el estadio.
La República de Irlanda sufrió el extremo calor durante el Mundial de EE.UU. Terry Phelan y Denis Irwin lamentan la derrota ante México.
Pero dicha posibilidad no axistía 20 años antes cuando el Tri jugó contra la República de Irlanda en Orlando, Florida.

"Había 46ºC en el estadio ese día. ¿Cómo alguien puede jugar fútbol en ese calor no lo sé", recordó una vez el arquero irlandés Alan Kelly.

"Sentado en el banquillo me sentía incómodo solamente viendo, no me puedo imaginar lo que sentían los jugadores en el campo".

El partido fue ganado por México 2-1, pero Irlanda logró clasificar a la siguiente ronda gracias a ese gol anotado en el final del encuentro.

Si bien en años reciente se han incorporado carreras en Medio Oriente al calendario, éstas nunca se disputan en los meses de verano por lo que no ha habido mayores problemas.
Nigel Mansell (en la foto acelerando durante el Gran Premio de Gran Bretaña) fue frenado de golpe por el calor de Dallas en 1984.
Ese no fue el caso en 1984 cuando se disputó una prueba en un circuito citadino en Dallas, Estados Unidos.

El trazado fue construido temporalmente, pero hubo tanto calor que la pista comenzó a derretirse y, después de unas vuelta de clasificación, a desintegrarse.

Hubo debate para determinar si debía disputarse la carrera, pero como el espectáculo no se podía detener los pilotos salieron a la pista.

El ganador fue el australiano Keke Rosberg, pero la imagen que se recuerda es la del británico Nigel Mansell tratando de empujar su Lotus hasta la meta tras quedarse sin combustible en la última curva.

Mansell colapsó, claramente mermado físicamente por el calor.

En 2014, la ciudad de Melbourne sufrió durante cuatro días consecutivos la ola de calor más intensa en 100 años.
Frank Dancevic no pudo terminar su partido en el Abierto de Australia de 2014.
Los efectos fueron evidentes entre los jugadores y aficionados.

Mientras unos tenistas vomitaron, otros tuvieron problemas con las derretidas suelas de sus zapatos.

Raroslava Shevdova tuvo que ser tratada de urgencia, mientras Jelena Jankovic se quemó parte de la espalda al sentarse en una silla que había quedado expuesta al sol.

Sin embargo, el caso más llamativo fue el del canadiense Frank Dancevic, quien alucinó y se desmayó después de un set y medio de partido.

"Me sentía mareado desde la mitad del primer set y entonces vi a Snoopy. Pensé, 'mira, Snoopy, eso es extraño'", recordó tras el partido.

El jefe médico del torneo rechazó las quejas en una entrevista con la BBC en ese momento. "Evolucionamos en las sabanas de África persiguiendo antílopes durante ocho horas bajo estas condiciones".

Lo cierto es que las protestas de los jugadores fueron escuchadas y los organizadores adoptaron medidas para la edición de 2015.

Cómo el extremo calor puede afectar el resultado de un evento deportivo quedó en evidencia durante la disputa del maratón femenino en Atenas, en el verano de 2004.

La gran favorita para el evento fue la británica Paula Radcliffe, quien venía de establecer récords en la distancia durante los maratones de Londres y Boston.
Paula Radcliffe yace destrozada tras abandonar en el maratón de Atenas en 2004.
Pero la indiscutida reina del maratón no pudo con la temperatura, en partes del trayecto superior a los 35ºC, con la que amaneció la capital griega ese día.

Radcliffe no aguantó y el drama de su llanto, sentada al borde del camino, impactó a todo Reino Unido.

"Si hubiera sido un recorrido más plano, pero sobre todo si la temperatura hubiera sido menor, seguramente hubiera aguantado", dijo en ese momento el psicólogo deportivo Clyde Williams.


"No se trata de que te duelen la piernas, simplemente te sientes terrible y te detienes. La gente que no le hace caso puede morir", advirtió.

No hay comentarios: