Cinco errores de los inversionistas al
diversificar
Forbes - lunes, 9 de febrero de 2015
No existe tal cosa como una cartera a prueba
de crisis, pero con un poco de paciencia y sobre todo mesura, se puede alcanzar
un balance redituable.
Diversificación: Esa palabra que
se supone debe sentirse cálida y confusa entre los inversionistas.
Una cartera de inversión
diversificada “puede proporcionar el potencial para mejorar los retornos
[ajustados al riesgo]”, explicó Fidelity Investments, el gigante de los fondos,
a sus inversionistas el verano pasado a través de un artículo que incluía
varios lindos gráficos de sectores que mostraban acciones balanceadas con
bonos, efectivo y títulos extranjeros. Una cartera bien diversificada, dijo
Fidelity, comprendería, “idealmente, activos cuyos rendimientos se mueven en la
dirección opuesta”.
La carnicería de 2008 y 2009
debería haber enseñado a los inversionistas cuán imposible de alcanzar es ese
ideal. Legiones de inversionistas aparentemente bien diversificados –grandes y
pequeños– descubrieron que no habían podido diversificarse lo suficiente como
para encontrar una salida del huracán financiero.
Por desgracia, la memoria
financiera tiende a funcionar sólo a corto plazo. Y la idea de que tú, con la
ayuda de un asesor financiero, puedas construir una cartera diversificada que
pueda remontar fácilmente la próxima tormenta ha ganado mucho terreno.
(Fidelity, que insta a sus clientes a invertir entre 6 y 25% de su dinero en
acciones extranjeras y entre 15 y 50% en bonos, promueve poco esa idea.) Y si
bien estoy de acuerdo en que uno debe poseer una combinación de acciones y
bonos, me temo que muchos inversionistas, especialmente particulares, son
incitados a diversificarse de manera errónea, lo cual resulta en tasas de
inversión más altas, rendimientos mediocres y potencialmente más riesgos.
Una gran cantidad de
inversionistas que creían estar bien diversificados ya han sentido el golpe.
Tomemos como ejemplo a aquellos que el año pasado diversificaron en commodities
o en ETF (Exchange Traded Funds, a grandes rasgos, participaciones en fondos de
inversión que cotizan en bolsa igual que una acción) europeos. Esos
inversionistas ya han sido afectados por el colapso en los precios del petróleo
y el cobre –este último, referente de la actividad industrial, ha caído a sus
precios más bajos en años–, o han sido afectados por la amenaza de las
recesiones y las fluctuaciones en los mercados de valores en el extranjero.
No me malinterpreten. No soy un
jugador financiero que pone todos sus recursos en una sola acción glamorosa el
día de su OPI. La diversificación puede ser una gran idea. El viejo dicho “No
pongas todos los huevos en una sola canasta” ha existido desde que hay gallinas
y mimbre, y parece como un consejo de inversión útil, pero cuanto más tiempo he
dedicado a administrar dinero, más he comprobado que la diversificación no es
tan buena como parece.
La diversificación adecuada es
importante, tanto en términos de rentabilidad como de tranquilidad, pero una
gran cantidad de vendedores de inversión han estirado el significado de la
palabra “diversificación” para persuadir a los inversionistas de entrar en todo
tipo de inversiones que no proporcionan una diversificación efectiva, no los
protegerán de la volatilidad del mercado, cuestan mucho y además implican el
pago de una buena comisión para el vendedor.
Hay dos grandes problemas con la
forma en que el negocio de la administración de recursos vende diversificación
en estos días. El primero, que yo llamo la “diversificación de doble
inmersión”, es un problema táctico bastante fácil de corregir. El segundo, que
denomino “el peligro del inconveniente de la diversificación”, es un problema
estratégico y requiere algo de comprensión sobre los supuestos subyacentes que
rodean al principio de diversificación y sobre los límites de su utilidad.
La diversificación de doble inmersión
La diversificación es la clase de
cosa que no encaja en la máxima de Mae West: “Demasiado de algo bueno puede ser
maravilloso.” De hecho, de acuerdo con E. J. Elton y M. J. Gruber, dos
académicos que a finales de 1970 elaboraron un estudio exhaustivo sobre los
beneficios de la diversificación, la mayor parte del beneficio de una mayor
diversificación, medida por la desviación estándar de los rendimientos, se
diluye una vez que la cartera tiene entre 20 y 30 valores en ella.
Elton y Gruber, de hecho,
incluyeron datos de carteras con menos de 500 y menos de 1,000 valores, pero la
caída en el riesgo era tan baja que cuando era representada gráficamente lucía
como una línea recta justo por debajo de la marca de 20%.
A pesar de esto, la mayoría de
los fondos mutuos tiene entre 100 y 150 acciones en ellos, y muchos de los
inversionistas tienen múltiples fondos mutuos, múltiples ETF (que son sólo
colecciones de acciones en sí) y varios valores en una sola cartera.
Ésta es la diversificación de
doble inmersión –y triple y cuádruple–, de hecho.
Si no hubiera costos de
transacción o costos de transporte para los valores, esta diversificación
extrema sería bastante inofensiva. Por desgracia, cada fondo mutuo cobra una
tarifa. Si pasas tiempo investigando las acciones en tu cartera, te cuestan con
el paso del tiempo. Las comisiones de los ETF son generalmente más bajas, pero
puedes terminar pagando por algo que ya posees. Sucede que las existencias en
poder de los ETF que atraen a muchos pequeños inversionistas son a menudo las
mismas que son preferidas por los fondos de inversión a los que esos mismos
pequeños inversionistas se sienten atraídos.
Muchos de los mismos
inversionistas que se niegan a pagar a un asesor profesional no tienen ninguna
objeción para pagar esos ETF u honorarios duplicados o triplicados de manera
innecesaria con la esperanza de que la posesión de múltiples fondos disminuirá
de alguna manera su riesgo o reducirá la volatilidad de su cartera durante una
caída del mercado.
Esto lleva a la segunda, y más
importante, falacia en la idea de diversificación de la mayoría de los
inversionistas: el bajo peligro de diversificar.
El peligro del inconveniente de
la diversificación
Muchos vendedores de inversiones gustan
de vender la idea de la diversificación como la compra y conservación de dos o
más activos cuyos valores no suban o caigan juntos. Quieren que los
inversionistas imaginen que esos activos funcionen un poco como esto:
La línea verde representa el precio
de una acción, y la línea amarilla, la de un commodity. La línea punteada
representa el valor total de la cartera. Y muchos inversionistas compran esa
idea de que diferentes clases de valores –acciones y materias primas, por
ejemplo– pueden estar perfectamente descorrelacionadas, de tal manera que el
beneficio de la diversificación sea mayor.
Pero incluso si fuera cierto,
¿qué harían con los rendimientos obtenidos jugando a comprar y mantener con
ambos tipos de activos en cantidades similares? Luce mucho como un 0% de
interés en una cuenta de cheques, ¿no es así?
De todos modos, en realidad no
funciona así. Hay un dicho en la comunidad cuantitativa: en caso de una derrota
financiera, todas las correlaciones se aproximan al 100%. En otras palabras,
cuando los mercados están cayendo –colapsando como lo hicieron en 2008 y 2009,
por ejemplo– la diversificación no proporciona ningún beneficio. Ello se debe a
que todos los activos de inversión van para abajo. Echemos una mirada
retrospectiva a lo bien que te diversificaste desde el crash de 2008-2009 y la
recuperación si estuvieras en acciones, petróleo y el ETF agrícola PowerShares
DB, una canasta de commodities agrícolas.
Las correlaciones en el gráfico
anterior pueden no ser perfectas, pero muestran que los inversionistas que
intentaban diversificar para alejarse del riesgo de las acciones a través de la
posesión de commodities en realidad agravaron su posición (porque el petróleo
cayó más que las acciones, y las materias primas agrícolas cayeron con las acciones,
pero no tuvieron un rebote tan marcado).
Así que, en resumen, el pequeño y
sucio secreto acerca de la diversificación que los entusiastas de los gráficos
de barras y los habitantes de la torre de marfil no quieren reconocer es que
funcionan mejor cuando no las necesitas (es decir, en un mercado alcista), y
peor cuando se precisan desesperadamente (es decir, en un mercado en picada).
No puede diversificar suficiente
para salir de un huracán financiero
Hasta ahora no he pintado una
imagen muy halagüeña del uso que la mayoría de los inversionistas hace de la
diversificación. En los mercados alcistas, los inversionistas diversifican en
exceso con prácticamente ningún aumento en beneficio de diversificación. En los
mercados bajistas, las correlaciones históricas se descomponen y terminan
perdiendo tanto en la parte alcista de su cartera como en la que va en picada y
que se suponía debería darles “protección”.
¿Cuál es la mejor solución? He
aquí hay cinco cosas que deben evitarse:
Mantén tus participaciones a un
número manejable de inversiones –no menos de 20 y no más de 30– en cantidades
razonables (no apuestes demasiado). Sí, deben ser diversos, en el sentido de
que el valor de estos fondos o valores no debe estar relacionado entre sí
estrechamente. Comprar acciones en 20 brokers de descuento no diversificará tu
cartera; comprar 20 acciones en diferentes sectores e industrias sí lo hará.
Por cierto, tener menos inversiones significa que encontrar sentido a todo será
mucho más fácil.
Los commodities deben cambiar de
manos rápidamente, no mantenerse. En todos mis años en inversión, nunca he oído
hablar de un inversionista de commodities exitoso, pero he conocido a muchos
comerciantes de materias primas ágiles que se sienten igual de cómodos
vendiendo en mercados bajistas que comprando en mercados alcistas. Detectan
oportunidades y no se sienten obligados a conservar todos los productos todo el
tiempo. Comprar y mantener estos vehículos comerciales no hará crecer tu
riqueza en el largo plazo. ¿Dudas? Checa la Figura 1 o pregunta a un asesor de
comercio de productos básicos (CTA) exitoso.
Muchos vehículos extranjeros de
inversión bursátil históricamente han tenido pobres desempeños. Si eres dueño
de acciones en Estados Unidos, ya tienes una enorme exposición a las economías
de ultramar. Según Standard & Poors, las empresas en el índice S&P 500
reciben alrededor de la mitad de sus ingresos de mercados de ultramar. Sus
administraciones están prestando mucha más atención y consiguiendo mucho
mejores ideas sobre su interés de negocio en el extranjero que lo que tú, yo o
cualquier administrador extranjero de acciones de fondos mutuos jamás podría.
Las capitalizaciones pequeñas y
grandes suben y bajan juntas. Encuentra empresas fuertes e invierte en aquellas
independientemente de su capitalización de mercado.
Los fondos de cobertura y los
REIT no comercializables son dos favoritos de los vendedores de inversión que
tratan de vender diversificación. Los primeros se venden como vehículos de alto
octanaje y los segundos como dividendos supereguros con volatilidad cero. En
promedio, a ambos les va mal en el largo plazo.
¿Qué sigue?
Ahora que estás evitando la
diversificación inapropiada, ¿qué sigue? Hay dos cosas que le digo a mis
clientes.
En primer lugar, no hay que
olvidar que las propias acciones individuales a menudo ofrecen una
diversificación que podría no encontrarse en un ETF sectorial. El movimiento de
las acciones es impulsado por motores económicos subyacentes, así que al ser
dueño de una acción con exposición a otro tipo de activos, te estarás
diversificando a ese otro activo.
En segundo lugar, se supone que
el mercado de valores tendrá malos años. (Desde 1970, las acciones
estadounidenses han tenido años negativos 22% de las veces y tres mercados
bajistas graves con pérdidas de alrededor de 50%.) Dile a tu asesor financiero
que trabaje contigo para preparar una estrategia de defensa para cuando
aparezcan nubarrones (es decir, aumenten las tasas de interés). No es que
tengas que seguir mi plan, pero en mi oficina nos gusta hacer efectivo para
nuestros clientes cuando se cruzan determinados umbrales de mercado bajista.
Por encima de todo, ten presente
que no puedes diversificar lo suficiente como para salir de un mercado bajista.
Pregunta a cualquiera que haya sido golpeado por la caída del oro, del petróleo
o que espera que los ETF de los países BRIC vuelvan a sus máximos de 2007 en un
futuro previsible.
*Kenneth G. Winans es un gestor
de inversiones
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