Los CEO comienzan a desplegar sus alas en el
mundo de Twitter
El Cronista Comercial - lunes, 9 de
febrero de 2015
Cuando el vuelo QZ8501 de AirAsia desapareció
en diciembre, el director ejecutivo de la compañía, Tony Fernandes, recurrió a
Twitter para expresar su tristeza, comunicar información de último momento y
reanimar a su desmoralizado personal.
"Yo, como CEO del grupo, estaré ahí en
estos difíciles momentos. Pasaremos por esta terrible prueba juntos", twitteó.
"Manteniéndome positivo y fuerte. Mi corazón sangra por todos los
familiares de mi tripulación y de nuestros pasajeros. Nada es más importante
para nosotros". Los tweets de Fernandes, llenos de errores de tipeo,
dieron la impresión de ser auténticos y sinceros, y su autor recibió elogios en
una situación extremadamente difícil.
"Mostró lo poderoso que puede ser este
medio de comunicación cuando un CEO está lidiando con una crisis", afirmó
Leslie Gaines-Ross, estratega jefa de reputación de la compañía de relaciones
públicas Weber Shandwick. "Es una manera de tener una relación más
profunda y cercana con los empleados y los clientes".
Relativamente pocos directores ejecutivos –en
especial en las mayores empresas– se han unido a Twitter. Sólo 14% de los
máximos responsables de las empresas cotizantes más grandes del mundo usan
actualmente la plataforma.
Socialbro, una firma que ayuda a las compañías
a promocionarse en Twitter, analizó a las 224 empresas cotizantes incluidas en
los índices FTSE 100, Nasdaq 100 y Dow Jones 30 y encontró que, si bien más de
94% tenía una cuenta corporativa, sólo 32 contaban con directores ejecutivos
que twitteaban. De ellos, únicamente 20 estaban usando activamente el sitio.
"Realmente me sorprendieron lo bajas que
son las cifras", contó Linda Bolg, jefa de marketing de Socialbro.
"Personalmente, siempre recomendaría estar en Twitter, ya que puede subir
el perfil de la empresa y darle al CEO la oportunidad de aclarar las cosas de
ser necesario".
Algunos directivos de empresas podrían temer a
que Twitter resulte ser una moda pasajera o que sea reemplazado por alguna otra
red social, aunque con sus actuales 284 millones de usuarios mensuales, tales
preocupaciones se vuelven más difíciles de justificar.
Gaines-Ross sostiene que a muchos número uno
los inquieta la posibilidad de equivocarse, de filtrar accidentalmente
información sobre la compañía, o de decir algo que provoque una reacción
negativa.
No es un temor irracional. Algunas personas han
perdido su trabajo por haber empleado palabras imprudentes en Twitter. En
noviembre, un miembro del Parlamento británico del partido laborista debió
dejar su cargo por un tweet que algunos consideraron una burla a la clase
trabajadora. Los mensajes directos que escriben líderes como Rupert Murdoch y
Donald Trump en general provocan enojo.
Pero el poder de comunicarse instantáneamente
con quizás miles de personas al mismo tiempo convenció a algunos a superar esas
inquietudes.
"Para ser honesta, estaba aterrada al
principio. Creé la cuenta, pero no hice nada con ella al inicio. Sólo me senté
ahí", contó Jacqueline Gold, directora ejecutiva de la cadena de lencería
Ann Summers, que ahora es conocida por su activa presencia en la red social.
"Luego vi que, a pesar de que no estaba diciendo nada, la gente igual
estaba comenzando a seguirme, y me di cuenta de que ellos querían escuchar lo
que tuviese que decir".
De hecho, el apetito por leer los mensajes de
Twitter escritos por líderes es inmenso. Warren Buffett sólo ha enviado cinco
tweets –el último lo publicó hace casi un año–, pero tiene más de 936.000
seguidores.
Los resultados de una encuesta de 2012 de
Brandfog, una firma que asesora a los CEO sobre cómo manejar su reputación online,
indican que es más probable que la gente confíe en una marca cuando el director
ejecutivo participa activamente en las redes sociales.
La presencia en Twitter puede también ser una
herramienta de reclutamiento muy útil, particularmente para contratar el
personal más joven.
"Cuando jóvenes de la Generación del
Milenio o millennials (aquellos nacidos desde los ochenta hasta fines de los
noventa) están buscando trabajo, ellos recurren a los medios sociales para ver
cómo es la compañía y su CEO", explicó Gaines-Ross.
Las compañías y ejecutivos con presencia en los
medios sociales serán vistos como con mayor visión de futuro. Nafisa Nathani,
una consultora comunicacional y que se describe como millennial lo resume en
una entrevista realizada por Twitter: "Ningún #millennial quiere trabajar
en una empresa sin rostro. Los CEO son la cara visible de la compañía. Los
medios sociales ayudan a conectarse".
La posibilidad de enfrentar las quejas de los
clientes directamente en Twitter puede ser vista como desalentadora. Pero ellos
emitirán sus quejas en Twitter de todos modos y será mejor estar ahí para
oírlas y reconocerlas.
"Si una persona es realmente agresiva o se
queja constantemente sólo la ignoro. Pero si es una queja genuina la enfrento.
Es realmente importante mostrar a los clientes que los máximos ejecutivos se
preocupan", manifestó Gold.
Para encontrar una guía sobre cómo deberían
twittear los CEO vale la pena observar las cuentas de Tim Cook, número uno de
Apple, y Elon Musk, fundador de Tesla Motors, dos de los ejecutivos más
populares en Twitter.
Musk tiene más seguidores –más de 1,5 millón–,
pero Cook tiene mayor participación, con más retwitteos y favoritos.
"Tim Cook tiende a compartir inspiración y
contenidos detrás de escena de Apple, mientras que Elon Musk es ligeramente
diferente, más moderno, juvenil, con un tono muy humano", explicó Bolg.
Para aquellos que no están listos para
compartir mucho, pueden empezar por twittear sobre eventos de la compañía y
artículos interesantes. Si les preocupa incumplir con alguna norma, Bolg
sugiere conseguir un abogado de la compañía que les revise los tweets en las
primeras semanas "hasta tomarle la mano".
No habría que twittear demasiado sobre tu
propia compañía y sus productos. También es aconsejable, si es posible,
escribir uno mismo los tweets.
No es un tema que los CEO puedan ignorar,
expresó Gaines-Ross. Gradualmente se está haciendo una práctica común. "Se
parte de una base baja, pero no va a desaparecer; por el contrario, está
creciendo", afirmó. "En 2020 estará en todas partes".
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