30 normas de clase y sofisticación para ver la
televisión
Vanity Fair - - febrero de 2015
Reina del hogar, centro de todas las miradas y
luz de faro de nuestra existencia. La tan denostada televisión es mucho más que
un electrodoméstico.
1. Ignore a los que la critican. “Encuentro la
televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra
habitación y leo un libro.”, decía Groucho Marx, pero ¿dónde ha visto usted
todas las películas de Groucho Marx? Exacto. ¿Qué clase de persona muerde la
mano que le da de comer? Al infierno con él.
2. Si siente que una presencia le susurra cosas
a través de las interferencias de su televisor llame inmediatamente a la Unión
de Consumidores. Su casa ha sido construida sobre un cementerio indio y eso es
más dramático que cualquier clausula suelo.
3. Si lo que sale de la televisión es una joven
de lacios cabellos y está usted en Japón, no sienta pánico, allí es costumbre.
Si no está en Japón ¡CORRA!
4. Nunca se pregunte si es saludable tener una
tele en la habitación, pregúntese si debería instalar dos televisiones en su
habitación.
5. Está absolutamente permitido mantener la
televisión encendida mientras hace el amor, su luz aporta unas tonalidades de
thriller ochentero que convierten el más monótono de los polvos en “Nueve
semanas y media”
6 Olvídese del ascensor, el estado de las
cañerías o incluso la existencia de ventanas, lo único verdaderamente
importante a la hora de escoger una vivienda es el número de tomas de antena.
7 Está bien visto que usted finja diversas
muertes, incluso la suya propia para ignorar las reuniones de la comunidad,
pero si un mal viento afectase a la antena y le privase de la visión de sus
programas favoritos debe convocar una reunión de urgencia y manifestar su ira
con una intensidad de 10.0 en la escala Víctor Sandoval.
8. Si usted tiene hijos pequeños, no viva
sometido a Pepa Pig o Violeta, revélese. ¿Usted se ha criado viendo ñoñerías
doce horas al día? No, ¿verdad? Y es usted una persona perfectamente formada,
que, como mínimo, sabe leer y pinchar links. En el mundo moderno no necesita
más.
9. Sí, está bien visto instalar una televisión
en el cuarto de baño. Es elegante.
10. Desconfíe de las personas que no ven la
televisión, son las mismas personas que en el 5000 a. C. se opondrían a la
rueda. Un lastre para la humanidad.
11. Un plasma de 46 pulgadas consume menos de
dos céntimos a la hora. Ningún electrodoméstico de la casa le proporcionará
tanto placer por menos dinero (hemos dicho electrodoméstico).
12. Y no apague nunca el Stand by, ese pilotito
rojo que apenas consume un vatio es una moderna lucecita del Pardo, ningún mal
puede pasar si su tele funciona.
13. No hay ninguna excusa valida para no tener
una tele. Excepto la pobreza, claro. Robe una tele. La historia le absolverá.
14. Cuando viaje a un país extranjero reserve
al menos un día par supervisar todos los canales de televisión, sobre todo, si
hay realitis. Ninguna guía de viaje le dará una visión más ajustada de la
idiosincrasia de un pueblo.
15. La hora perfecta para empezar a ver la
televisión es el desayuno y la hora perfecta para dejar de verla es el
(siguiente) desayuno.
16. Cuando llegue a una casa extraña siéntase
libre de monopolizar el mando a distancia, es una demostración de que se siente
como en su propia casa, el anfitrión agradecerá su frescura.
17. Si es usted quien recibe en su casa quite
las pilas al mando a distancia y borre todos los canales que no sean de su
agrado.
18 Ordene los canales en función de sus gustos
y no se autoengañe: colocar Historia en primer lugar sólo servirá para tardar
más en llegar a Telecinco.
19. Si le dicen que la televisión engorda
desconfíe inmediatamente de alguien que es capaz de comer plástico y metal.
20. La televisión no afecta a las relaciones
personales, todo lo contrario, hace que uno conozca mejor a las personas que le
rodea. Esa personita que usted está conociendo es fan de Pablo Motos y su
tertuliano favorito es Eduardo Inda: ¡CORRA!
21. No se planteé jamás que pierde el tiempo
cuando ve la televisión, lo invierte a plazo fijo con un elevado interés.
22. Cocinar puede ser muy aburrido. Manejar
cuchillos y fuego mientras observa obnubilado el desenlace de su serie favorita
le aporta mucha emoción al asunto. Y no sé preocupe, sólo necesita una mano
para cambiar de canal.
23. Las televisiones incorporan un programador
que permite que se apaguen cuando se ha dormido y se enciendan antes de
despertar. Ese y no la penicilina ha sido el invento más importante de la
historia moderna.
24. Si descubre que su programa favorito
coincide con una cena planeada hace semanas finja una gripe horrible y cancele
sin rubor. Pero no olvidé que los únicos iconos que podrá usar en sus grupos de
Whatsapp serán la carita con mascarilla y el vómito. Nada de #vivaOlvido y
#bélenestebanexpulsión
25. Tal vez un día descubra casualmente que su
mando a distancia puede cambiar los canales del televisor de su vecino. Es una
diversión inocente. Si lo acompaña de ruidos estratégicos incluso puede hacerle
creer que se casa está embrujada. Risas sin fin.
26 Vivir una semana a base de sobras porque se
ha comprado las siete temporadas de una serie muy emocionante está justificado.
Si el motivo es una ruptura amorosa o un exceso de trabajo tal vez deba usted
replantearse su hueca existencia.
27. Ante la pregunta ¿qué tele debo comprarme?
La respuesta es sencilla: La más grande.
28. Piratear la señal del cable no está mal
visto, pero robarle la revista con la programación a un vecino es un acto de
terrorismo emocional.
29. Si alguien le dice que prefiere la radio
desconfíe, las personas que escuchan la radio son las mismas que viven en medio
del bosque o usan copas menstruales. No las necesita en su vida.
30. A los gatos les encanta la televisión. Y
tienen muy buen ojo para detectar los buenos programas, si no tiene usted un
gato adopte inmediatamente uno, incrementan un 50% el placer de una tarde de
televisor y manta. Si lo que tiene es un perro encienda la radio.
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