¿Por qué la higiene mental y el éxito van de la
mano?
América Economía - febrero
de 2025
Las empresas cada día son más competitivas, y
los trabajadores deben seguir ese ritmo, razón de peso para fortalecer la salud
mental y la inteligencia emocional,
esenciales para abordar las dificultades que se presenten en el camino
hacia la excelencia.
En el trabajo algunos “enemigos externos” como
el estrés, chismes, envidias y rencores, pueden desestabilizar la salud mental
del individuo y provocar que este no se sienta a gusto con lo que hace. Hay que
considerar que la salud mental no es solo la ausencia de trastorno.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como un estado de
bienestar en el cual el individuo es consciente de sus capacidades, puede enfrentar las tensiones
normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y es apto para
hacer una contribución a su comunidad.
El trabajo
en equipo es esencial para alcanzar los objetivos propios y de la
empresa
El estrés en cierta medida es sano, pero cuando
el individuo se paraliza, afecta su salud y empieza a reducir su productividad,
debe hacer un alto y analizar qué
sucede; muchas veces la respuesta radica en que está conviviendo en un clima laboral enfermo, explicó ayer
Maritza Ochoa, psicóloga y directora de
MO consultores, invitada a El Consultorio, de www.prensalibre.com.
Vicios
Según Ochoa, la falta de comunicación entre
jefe y subalternos genera un clima complicado con todos los trabajadores que
desencadena chismes y malos entendidos. “Los chismes son el reflejo de una
inexistente comunicación asertiva y de doble vía, y esto se refleja en baja productividad porque el colaborador está
más ocupado en cuidarse las espaldas que en alcanzar los objetivos de la
organización”, explicó.
La envidia, no es más que el sentir cierta
incapacidad de lograr lo que el otro consigue y este es otro vicio que afecta
al colaborador y por ende, a la empresa. Maritza Ochoa enfatiza en la necesidad de fortalecer la
higiene mental en cualquier ámbito.
Mecanismos
Existen mecanismos para fortalecer las buenas
prácticas de la organización, que deben ir acompañadas de un abordaje integral
y del fomento de buenos hábitos y valores.“El respeto y la transparencia ayuda a erradicar en los trabajadores el
hablar mal del otro. Hay empresas que sancionan las malas actitudes entre los
compañeros”, dijo Ochoa.
La inteligencia emocional es clave y se basa en
que el trabajador aprenda a sobrellevar sus emociones sin dañar al prójimo y
asimismo, sepa cómo actuar ante la adversidad. “Antes, las empresas preferían
contratar a colaboradores con un
cociente intelectual alto y dejaban por un lado la inteligencia emocional;
ahora se valora mucho más esto último porque quienes tienen bien desarrollada
esta área, se adaptan más rápido a los cambios y son más productivos”, concluyó
Ochoa.
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