América del Sur, el nuevo objetivo de un
Vladimir Putin en crisis
La Nación - jueves, 4 de diciembre de
2014
En su discurso anual ante el Parlamento, Vladimir
Putin lo hizo de nuevo: amenazó a Occidente y cuestionó sus sanciones, en medio
de una crisis económica cada vez más profunda. A pesar de sus advertencias,
dijo que no tiene intención de romper lazos con Estados Unidos y la Unión
Europea, aunque aclaró que su mayor apuesta es América latina.
"Bajo ninguna circunstancia nos planteamos
suspender nuestras relaciones con Europa y Estados Unidos", aseguró el
líder ruso durante su discurso del estado de la nación ante ambas cámaras del
Parlamento, que duró un poco más de una hora y fue transmitido en cadena
nacional.
"Al mismo tiempo, restauraremos y
ampliaremos nuestros vínculos tradicionales con el América del Sur,
continuaremos nuestra cooperación con África y los países de Oriente
Medio", apostó el mandatario.
En ese sentido, volvió a criticar a Estados
Unidos, que "trata de influir, entre bambalinas o de forma directa, en las
relaciones con nuestros vecinos".
Dos días después de publicarse unas previsiones
oficiales que pronostican una recesión en 2015, a causa de las sanciones de
Occidente por la anexión de Crimea a Rusia y por la caída de los precios del
petróleo, Putin cuestionó las penas económicas que le imponen las potencias.
"Las sanciones no fueron más que una
reacción nerviosa de Estados Unidos y sus aliados" al comportamiento de
Rusia ante los eventos ucranianos, indicó.
"Estoy seguro de que si todo esto [la
crisis en Ucrania] no hubiera pasado, habrían intentado cualquier otro motivo
para frenar las crecientes posibilidades de Rusia y para influenciarla, o
mejor, para usarla en su propia ventaja", completó.
Además, aseguró que Rusia "no se doblegará
ante las presiones de Occidente" y aventuró que las sanciones
"dañarán enormemente" a Europa y Estados Unidos.
Las sanciones económicas impuestas y la caída
del precio del petróleo han disparado la inflación y el hundimiento del rublo,
la moneda local, que desde inicios de año ha perdido el 40% de su valor ante el
euro y el 60% ante el dólar.
Las sanciones económicas occidentales también
han generado una fuga de capitales masiva que se situará este año en torno a
los 125.000 millones de dólares, por lo que el presidente propuso una amnistía
para todos aquellos que repatrien su dinero a Rusia.
La península de Crimea es "tan sagrada
para Rusia como el Monte del Templo de Jerusalén lo es para los judíos",
dijo Putin en otro tramo de su discurso, y volvió a asegurar que la anexión del
territorio, que formaba parte hasta entonces de Ucrania, se hizo en total
cumplimiento con el derecho internacional.
Además, Putin acusó a Estados Unidos de causar
conflictos en zonas vecinas a Rusia y desestabilizar así la región. "A
veces no se sabe con quién hay que hablar, si con los gobiernos de determinados
países o directamente con sus patrocinadores estadounidenses", ironizó.
Putin también se refirió a la salida unilateral
de Estados Unidos en 2002 del acuerdo ABM que limitaba los sistemas antimisiles
y dijo que no es sólo un peligro para Rusia y el mundo, sino que "es
peligroso para el propio Estados Unidos, porque crea la ilusión de
invulnerabilidad".
"Hablar con Rusia utilizando el lenguaje
de la fuerza no tiene sentido", dijo Putin, para contradecirse
inmediatamente y advertir: "Rusia dispone de capacidades y puede recurrir
a soluciones no convencionales para garantizar la defensa del país".
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