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martes, 16 de diciembre de 2014

ambiciones

Qatar país con grandes ambiciones
  

Associated Press - ‎martes‎, ‎16‎ de ‎diciembre‎ de ‎2014
Los líderes de Catar parecen tener una sencilla fórmula para el desarrollo del país en la próxima década: dinero + deportes = prestigio mundial.

Jamás en la historia del deporte un país ha invertido tanto, tan rápida y ostentosamente, como este pequeño emirato que está usando la riqueza de sus hidrocarburos y el alcance global del deporte para cumplir una vieja ambición y colocarse en el centro del mapa mundial.

Gastando dinero a manos llenas, esta nación desértica con 282.750 ciudadanos -aproximadamente el 10% de la población de Buenos Aires- ha utilizado el deporte para convertirse en una potencia en Europa. Y ahora le sigue el resto del mundo.

Lionel Messi y sus compañeros llevan la inscripción "Qatar Airways" en la parte frontal de sus camisetas del Barcelona, a cambio de 40 millones de dólares al año. Catar ganaba esa cantidad en apenas tres horas con la exportación de hidrocarburos antes de la reciente caída en el precio del petróleo.

Paris Saint-Germain, uno de los clubes históricos del fútbol francés, costó otros cientos de millones y salió campeón.

Agregue más dinero para una cadena de televisión deportiva que opacó a competidores internacionales, un hospital de categoría mundial al que van los deportistas más famosos del mundo, la compra de otro equipo de fútbol en Bélgica, el auspicio de la carrera hípica más rica de Europa, convertir a Catar en sede obligada de grandes eventos y, por último, un centro de entrenamiento en Doha que asombra a los deportistas más renombrados.

Y ese es sólo el principio. Crear las condiciones para que se juegue aquí la Copa Mundial del 2022 requerirá una inversión astronómica: 160.000 millones de dólares.

No debe sorprender, por lo tanto, que cuando el ministro de deportes de Catar ingresa a una sala, algunos lo único que ven es dinero. Una pila de dinero.

Toda persona que se topa con Salah bin Ghanem bin Nasser al-Ali le hace la misma pregunta: ¿Por qué no invierten en nuestro deporte, o nuestro equipo?

"La mayoría de mis encuentros con dirigentes son así", confirmó el ministro de deportes en una entrevista exclusiva con la Associated Press.

"Aquí en Catar buscamos buenas oportunidades. Me encuentro con mucha gente y nos ofrecen comprar clubes, fundar clubes en todo tipo de deportes y traer deportes nuevos a Catar. Hay muchas oportunidades. Y nosotros estamos a la expectativa. Escuchamos lo que tienen que decir".

Los esfuerzos de Catar por mostrarse en el mundo del deporte no tienen como único objetivo ganar prestigio, reconocimiento, alimentar el ego o crear nuevas fuentes de ingresos para cuando se acaban el petróleo y el gas natural. Los cataríes consideran que el deporte es una forma de motivar a sus ciudadanos, que gracias a las riquezas subterráneas son la segunda población más rica del mundo per cápita pero tienen problemas de salud como la obesidad y diabetes típicos de la buena vida.

"Hay que crearles desafíos", dijo al-Ali. "Algunos países inventan desafíos políticos para que la gente se concentre o inventan otro enemigo".

A comienzos del siglo XX esta tierra más pequeña que Puerto Rico saboreó por primera vez la prosperidad al convertirse en el centro de la industria de las perlas. Eso duró hasta que Japón comenzó a cultivar perlas y el mundo se le vino abajo a Catar.

Ese derrumbe es mencionado hoy como un ejemplo de por qué Catar debe pensar a largo plazo, prepararse para la era post-hidrocarburos y construir una economía basada en una población educada e ingresos derivados de las numerosas inversiones en todo el mundo, como el Barclays Bank, la tienda Harrods de Londres, su bolsa de valores y la villa olímpica del 2012, por mencionar algunos.

"Uno siempre piensa, 'ok, ¿qué puedo hacer para sobrevivir en circunstancias difíciles?'. Una de las cosas que hay que hacer es tener buenas relaciones con los países grandes", expresó al-Ali. "Tienes que hacerte ver, hacerte escuchar".

Es así que aficionados de todo el mundo sintonizan beIN Sports, filial de la red catarí Al Yazira, que está adquiriendo derechos de transmisión no solo en el Medio Oriente sino también en las Américas, Australasia y Francia. Esa operación es uno de los vehículos más visibles de Catar, cuyo soberano sediento de adquirir empresas tiene una fortuna superior a los 100.000 millones de dólares.En París Saint Germain los aficionados están festejando de nuevo tras la adquisición del club por parte de los cataríes en 2011. La compra de jugadores de cartel puso fin a 19 años sin títulos en la liga nacional.

Para cuando se dé el puntapié inicial en la Copa Mundial del 2022, Catar ya habrá organizado campeonatos mundiales de atletismo, natación, hándbol y vóleibol en instalaciones espectaculares. También dispondrá de una camada de ejecutivos y trabajadores experimentados que podrán retar a las empresas occidentales acostumbradas a organizar y comercializar los grandes eventos deportivos.

"Cualquier evento que montamos en el Medio Oriente es llevado a cabo por organizaciones o firmas de Occidente, de América del Norte o de América del Sur", dijo Mushtaq al-Waeli, director ejecutivo del instituto Josoor de Catar, que está capacitando gente del Medio Oriente y Africa del norte con miras a la Copa Mundial.

"Ganan experiencia, regresan y hacen algo en algún lugar del mundo", dijo al-Waeli a la AP.

Pero Catar quiere más.

"Tenemos un equipo especial para analizar inversiones", dijo el ministro de deportes. "Son gente de negocios capaz. Están aprendiendo y mejorando día a día. Estudian todas las oportunidades... En Estados Unidos, en Inglaterra, en todos lados".

Un fallido intento por conseguir la sede de los Juegos Olímpicos del 2020 podría haber dejado enseñanzas para otra intentona. El deporte en Gran Bretaña, donde Catar financia parte de la actividad hípica y donde estudió el actual gobernante catarí, son otras posibilidades.


"Somos muy, muy buenos a la hora de hacernos cargo de algo y transformarlo", expresó el ministro. "No creo que eso vaya a cambiar".

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