El misterioso mundo de las "emisoras de
números"
BBC Mundo - domingo, 14 de diciembre de
2014
Dial de radio
Vivimos en la era de espionaje
hipertecnológico, correos electrónicos cifrados y criptografía aturdidora. No
obstante, en la radio de onda corta, todavía se puede escuchar una forma de
espionaje muy anticuada...
Son las 13:03 de un martes en una habitación
abarrotada con equipos de radio medianamente avanzados. De repente se oye por
onda corta es un mensaje de 10 minutos en clave Morse.
Hay una pequeña comunidad de aficionados que
creen que este tipo de mensajes son un vestigio de la era de espionaje de la
Guerra Fría.
Se trata de las misteriosas "emisoras de
números" o "estaciones numéricas".
"Ein... zwei... drei..."
En el clímax de la Guerra Fría, los amantes de
la radio en todo el planeta empezaron a notar unas transmisiones bizarras.
Empezaban con una melodía rara o el sonido de
varios pitidos, seguidos por el inquietante sonido de una voz extraña de mujer
contando en alemán o una escalofriante voz de un niño recitando letras en
inglés.
Al toparse con esos mensajes en onda corta,
muchos aficionados concluyeron que estaban siendo usados para enviar
información codificada a través de distancias extremadamente extensas.
Escuchar este tipo de mensajes era una
experiencia curiosa y los entusiastas les dieron nombres pintorescos como
"La rapsodia sueca" o "La estación gong".
Para agentes secretos
Los tiempos han cambiado y la tecnología se ha
desarrollado, pero hay evidencia de que este aparentemente anticuado método de
comunicación podría seguir en uso.
Aunque las estaciones de números de onda corta
a la luz de hoy parezcan de baja tecnología, probablemente siguen siendo la
mejor opción para transmitirle información a los agentes secretos, indican
algunos expertos en espionaje.
"Nadie ha encontrado una manera más
conveniente y expedita de comunicarse con un agente", resalta Rupert
Allason, un autor que se especializa en asuntos de espionaje y escribe bajo el
seudónimo de Nigel West.
"Para las agencias de inteligencia, su
único propósito es comunicarse con sus espías en lugares prohibidos:
territorios en los que es difícil usar una forma consensuada de
comunicación", le dice a la BBC.
Un antiguo funcionario del GCHQ, el Cuartel
General de Comunicaciones del gobierno británico, quien no quiere ser nombrado
y cuya tarea era interceptar señales enviadas a Reino Unido y buscar esas
estaciones de números en los años 80, también afirma categóricamente que son
transmisiones para agentes secretos o mensajes para las embajadas.
Se trata de una comunicación en un sólo
sentido: los emisores le transmitían números a los destinatarios; estos no
respondían.
Un espía y un radio
¿Por qué habrían usado las estaciones de
números?
"El sistema es completamente seguro pues
los mensajes no pueden ser rastreados; el destinatario puede estar en cualquier
lugar del mundo", explica Akin Fernández, creador del Proyecto Conet, un
archivo del fenómeno de las estaciones de números.
"Es fácil: uno sólo tiene que mandar a los
espías a un país y decirles que compren un radio. Ellos sabrán dónde y cuándo
sintonizar", le dice a la BBC.
A Fernández le fascinó el misterio de las
estaciones de números.
"Era tan raro que quise saber más sobre el
fenómeno". Por ello, dedicó tres años de su vida para hacer un archivo
coherente de estas emisoras.
"Una vez las escuchas, te afectan",
dice. "Yo nunca anticipé que estaría hablando de ellas 17 años después de
escuchar una transmisión por primera vez".
¿Una broma?
A diferencia de otros aspectos de la época de
la Guerra Fría, las estaciones de números no dejaron una huella duradera en la
cultura popular. "Es un tema soso... hasta que uno los escucha", dice
Fernández.
"Es una manera segura de comunicarse entre
los servicios de inteligencia y sus espías, y es incomprensible", apunta
Phillip Davies, profesor de Política e Historia de la Universidad Brunel de
Londres.
No obstante, el espionaje no fue la única
explicación que se consideró.
Algunos llegaron a argumentar que se trataba de
una elaborada broma. Sin embargo, la escala de las emisoras -frecuencias
múltiples en diferentes lenguajes- hace que esa explicación parezca improbable.
Fernández señala que un bromista tendría que invertir millones de dólares para
comprar transmisores de radio.
Libretas de un solo uso
A pesar del halo de misterio que rodea al
espionaje, se ha filtrado algo de evidencia sobre el propósito de las
estaciones de números.
En Estados Unidos, hace apenas 4 años, se dijo
que unos espías rusos se valían de "transmisiones de radio cifradas".
"Hubo filtraciones anónimas, historias de
gente que fue arrestada con radios y libretas de un solo uso (un tipo de
algoritmo de cifrado), y otras piezas de evidencia, así como algunos libros y
revistas publicados en privado", cuenta Fernández.
Las libretas de un solo uso servían para tener
un código que impedía que quien estuviera escuchando pudiera descifrar el
mensaje.
En 1989, un espía checo fue arrestado en Reino
Unido porque su equipo estaba fallando y se escuchaba en los apartamentos de
otra gente. Y, "cuando el gobierno de Ceausescu colapsó, cesaron las
transmisiones desde Rumania", apunta el exfuncionario de GCHQ.
Sin rastro
Los expertos están seguros de que las emisoras
numéricas todavía existen, aunque haya menos.
"De igual manera que otros trucos de
espías, como pretender que uno está alimentando a los patos al lado de un lago,
todavía existen, las estaciones de números también", afirma el
radioaficionado Al Bolton. "Es un método anticuado pero seguro".
Las computadoras casi siempre dejan rastros,
mientras que el papel y lápiz son fáciles de destruir.
"El peligro con una computadora es que si
a uno lo atrapan, es posible acceder a los datos, mientras que uno puede
comerse una libreta de un solo uso, o echarla por el inodoro".
En la redada de espías rusos de 2010 en Estados
Unidos, los documentos presentados en la corte decían que estos habían usado
"transmisiones de radio cifradas e información encriptada", una pista
que apunta a que quizás recibían sus órdenes por la vía de las emisoras
numéricas en onda corta.
Si dudas...
A pesar de todas las pistas, ningún gobierno o
servicio de inteligencia ha admitido o negado oficialmente haber usado o usar
las estaciones de números.
"Cuando lanzamos el Proyecto Conet, algunas
agencias de espionaje admitieron que 'no eran para el consumo público'. Eso es
lo más cercano a una admisión que hemos logrado", dice Fernández.
Aunque los escépticos siguen retando a los
entusiastas sobre el verdadero propósito de esas emisoras, lo que es cierto es
que no son producto de la imaginación.
Si no lo crees, "consigue un radio de onda
corta, espera a que sea de noche y empieza a buscarlas", aconseja
Fernández.
Y luego, escucha y asómbrate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario