Venezuela, la nueva alternativa exportadora del
narcotráfico
Reuters - sábado, 13 de diciembre de
2014
Ocultos en un contenedor ocre de 20 pies, los
casi 1.400 kilos de cocaína atravesaron sin problemas una veintena de puestos
militares durante su recorrido de más de 800 kilómetros desde la frontera con
Colombia hasta la capital venezolana, Caracas.
Las autoridades venezolanas no sospecharon nada
mientras la droga estuvo escondida en el Aeropuerto Internacional Simón
Bolívar, el principal del país. Tampoco cuando fue colocada en 31 maletas con
nombres falsos en las etiquetas y despachada el 10 de septiembre del 2013 a
París, en un Airbus de Air France.
Días después, la policía francesa anunció el
mayor decomiso de cocaína en su historia tras una meticulosa operación con
agentes franceses, británicos, españoles y holandeses. Los venezolanos fueron
mantenidos en la oscuridad total.
"¿Cómo iban a participarles de la
operación sabiendo que los militares venezolanos eran los que estaban
involucrados?", dijo Mildred Camero, ex jefa de la agencia antidrogas de
Venezuela bajo el gobierno del fallecido Hugo Chávez y quien asegura que fue destituida
por investigar lazos entre militares y el narco.
Al menos un centenar de militares y policías
venezolanos han sido procesados por tráfico de drogas en el último lustro,
según datos del Ministerio Público. Entre ellos, ocho oficiales de bajo rango
por el caso de las "narcomaletas" de Air France.
El affaire de Air France es el más escandaloso
de una serie de decomisos que muestran que el narcotráfico se ha diseminado por
Venezuela, convirtiéndola en la nueva alternativa para exportar cocaína sudamericana
hacia Estados Unidos y Europa, y en otro frente de batalla contra un negocio
ilícito mundial de 88.000 millones de dólares al año.
"El Gobierno de Nicolás Maduro sabe que el
narcotráfico está enquistándose en su país", dijo un diplomático europeo conocedor
del tema que habló en condición de anonimato.
La facilidad con que toneladas de cocaína son
movidas a través de los puertos y aeropuertos de Venezuela ha llevado a
analistas, afuera y en casa, a asegurar que los traficantes lograron corromper
a las fuerzas castrenses.
Pero el gobierno niega que sus fuerzas
militares, como institución, hayan sido seducidas por los cárteles.
"Son manzanas podridas, actuaciones
individuales", dijo a Reuters el ministro de Defensa, Vladimir Padrino,
después de dar detalles sobre la más reciente operación antinarcóticos en el
estado Zulia, a pocos metros de Colombia.
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en: http://tmsnrt.rs/1zh43cg
"AMBIENTE PERMISIVO Y CORRUPTO"
Bañada por el Caribe y el Atlántico y a menos
de tres horas de vuelo desde Miami, Venezuela tiene una ubicación privilegiada
para el comercio con Estados Unidos y Europa.
Y eso ha sido aprovechado por los traficantes,
que en la última década quintuplicaron los envíos anuales de cocaína hacia Europa
y Estados Unidos a 300 toneladas métricas, la mitad de la droga producida en
Sudamérica, según la oficina de Supervisión del Congreso de Estados Unidos
(GAO, por sus siglas en inglés).
De acuerdo a la entidad, el volumen es similar
a la droga que ingresa a Estados Unidos desde México y superior al que se
exporta desde Brasil.
"Debido a su permeable frontera con
Colombia, sistema judicial débil, esporádica cooperación antinarcóticos y
ambiente permisivo y corrupto, Venezuela es una de las rutas más frecuentes
para el tráfico de drogas desde América del Sur", denunció el Departamento
de Estado en su informe antinarcóticos.
Pero hay otras razones.
Una es el mercado. Venezuela es un punto ideal
para exportar droga hacia Europa, a dónde los traficantes están cada vez más
enfocados por los márgenes de ganancia hasta un 40 por ciento mayores que en
Estados Unidos, según las cifras más recientes de la Oficina de Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito.
Otro factor fue la ofensiva de más de 14 años
en la vecina Colombia apoyada por Washington, que debilitó al narcotráfico e
hizo que muchos criminales se refugiaran en Venezuela.
"Los líderes de grandes grupos colombianos
del narcotráfico han convertido a Venezuela en su sede", dijo a Reuters
Steven Dudley, de InSight Crime, una organización sin fines de lucro dedicada a
la investigación del crimen organizado en la región.
Durante una visita a principios de diciembre a
una zona fronteriza con Colombia, militares relataron a Reuters que pocos días
antes habían hecho un operativo en la selva y no lograron capturar a los
narcotraficantes.
En ese momento, el rugido del helicóptero
militar artillado Cougar previno a los criminales, que, para cuando el comando
de la Guardia Nacional se abrió paso entre la espesura de la selva fusiles en
ristre y llegó al laboratorio clandestino, eran sólo siluetas en una lancha
perdiéndose del lado colombiano.
Estas escenas se han repetido a lo largo de
este año. Y aunque en esta operación no hubo capturas, 107 jefes –en su mayoría
colombianos– de grupos dedicados al tráfico de drogas fueron atrapados en los
últimos ocho años, según el Gobierno.
Entre ellos, el colombiano Alejandro "El
Loco" Barrera, acusado de despachar más de 900 toneladas de cocaína a
Estados Unidos y Europa y Diego "Rastrojo" Pérez, que se sospecha
controla la mitad del tráfico de la droga colombiana hacia Europa,
Centroamérica y África.
Hay quienes opinan que parte del problema es
que Venezuela se aisló de los esfuerzos internacionales al expulsar en el 2005
a la agencia antidrogas estadounidense DEA, a la que Chávez acusó de espionaje
y hasta de apoyar el tráfico en el país.
Pero con la salida de la DEA, Venezuela incautó
casi 80 por ciento más de droga que con la ayuda de ella. Desde entonces los
decomisos fueron cayendo hasta alcanzar el año pasado niveles similares a
cuando estaba la agencia, una disminución que el gobierno de Maduro asegura se
debe a su "lucha frontal".
PUENTE AÉREO
Otrora uno de los más importantes de
Latinoamérica, el aeropuerto Simón Bolívar, a orillas del Caribe, ha estado en
los últimos años en el centro de numerosos escándalos de drogas.
Antes de embarcar, muchos de los cinco millones
de viajeros internacionales que cada año pasan por este terminal son sometidos
a un engorroso escrutinio. Al azar, militares abren los equipajes revolviéndolo
todo.
Pero a veces la droga pasa directo a la pista
de despegue.
En mayo de 1999, por ejemplo, 90 maletas negras
cargadas con 2.000 kilos de cocaína despegaron rumbo a Riad en la bodega del
Boeing 727 del príncipe saudí, Nayef Bin Fawwaz al-Shaalan, de visita en
Venezuela para una reunión de la OPEP.
La droga fue embarcada por el traficante
colombiano Carlos "El Médico" Zapata mientras Al-Shaalan conversaba
con Chávez y representantes de la OPEP en el palacio presidencial de
Miraflores. El alijo fue incautado en París.
El caso fue apenas reseñado en los medios
venezolanos que, por entonces, vivían el entusiasmo del recién estrenado
gobierno socialista de Chávez. Pero no pasó desapercibido para Interpol y
varias policías europeas, que alertaron que Venezuela comenzaba a posicionarse
como trampolín de la droga sudamericana.
Según expertos en tráfico de drogas, países de
la costa atlántica africana como Ghana, Senegal y Sierra Leona se han
convertido en una especie de almacén para buena parte de la cocaína que sale de
Venezuela rumbo al mercado europeo.
Una de las evidencias más contundentes fue el
hallazgo, a fines del 2009, de un Boeing 727 procedente de Venezuela calcinado
en el desierto de Malí. La policía local concluyó que el avión aterrizó en una
pista clandestina, descargó 10 toneladas de coca y fue incendiado para eliminar
toda evidencia.
De África occidental la droga sudamericana
sigue su travesía por mar o a través del desierto del Sáhara hasta España, su
principal puerta de entrada a Europa. Según el propio Gobierno venezolano, el
tráfico desde Venezuela suele involucrar a organizaciones como la 'Ndrangheta o
la Cosa Nostra italianas.
"Si los cargamentos de droga que salen de
Venezuela siguen creciendo como en la última década, en pocos años el país
habrá superado a Colombia como el hub sudamericano de la droga", dijo el diplomático europeo en Caracas.
Alarmado por el constante sobrevuelo de aviones
cargados de droga en los estados fronterizos con Colombia, como Apure, Barinas
y Amazonas, el presidente Maduro ordenó a la fuerza aérea derribar cualquier
avión que viole el espacio venezolano.
Bolivia, otro país de tránsito, acaba de
autorizar el abatimiento de narcoavionetas y Perú se lo está pensando.
Unas 36 aeronaves cargadas con droga fueron
capturadas o derribadas en Venezuela en el 2013. Este año van 25 interceptadas
por cazas F-16 de la fuerza aérea venezolana.
"Las medidas que hemos tomado, sobre todo,
con la ley de control del espacio aéreo, han disminuido esa tendencia
significativamente", dijo el ministro López, asegurando que el pago a los
pilotos de las narcoavionetas que pasan por Venezuela se ha triplicado en el
último año por el riesgo que significa ingresar al país.
Sin embargo, en los llanos venezolanos ubicados
a lo largo de los 2.219 kilómetros de frontera con Colombia, los
narcotraficantes siguen adquiriendo fincas rústicas con la intención de
construir pistas clandestinas para el aterrizaje y despegue de avionetas
repletas de droga.
"Lamentablemente, el estado Apure ha sido
utilizado como puente para el narcotráfico", reconoció recientemente el
gobernador de esa entidad, el oficialista Ramón Carrizales.
EL CÁRTEL DE LOS SOLES
La calurosa mañana del 6 de septiembre del
2004, Mauro Marcano salió de su casa en la ciudad oriental de Maturín rumbo a
la radio donde trabajaba, dispuesto a revelar los nombres de militares
presuntamente involucrados en el narcotráfico.
Pero el periodista de 55 años no llegó muy
lejos. Dos hombres a bordo de una moto le cortaron el paso en el
estacionamiento de su residencia y lo acribillaron a balazos.
Sus familiares dicen que agentes policiales
allanaron inmediatamente su casa, llevándose documentos, grabaciones y una
cámara de vídeo que contenían pruebas sobre la existencia del "Cártel de
los Soles", una supuesta organización de militares dedicada al narcotráfico
y bautizada así por las insignias que los oficiales venezolanos cargan sobre
sus hombros.
Marcano, según sus familiares, no sólo iba a
revelar los nombres de militares activos ligados al "Cártel de los
Soles". Tras meses de pesquisas, el periodista había descubierto que
oficiales de la Guardia Nacional declaraban apenas una parte de las drogas
incautadas y vendían el resto a narcotraficantes.
En septiembre del 2008 la justicia cerró el
expediente del asesinato de Marcano sin encontrar responsables.
Pero cuatro años más tarde, ante la presión de
los medios, el caso fue reabierto y un supuesto narcotraficante local fue
sindicado como actor intelectual del asesinato y condenado a 23 años. No se
presentaron cargos por tráfico de drogas.
Poco tiempo después del asesinato de Marcano,
la ex jefa de la agencia antidrogas, Camero, asegura que fue despedida por
investigar los vínculos entre los militares y el narcotráfico.
"Yo comencé a levantar informes del
tráfico de drogas de los militares", dijo la ex funcionaria durante una
entrevista en un café de Caracas. Y bajando la voz hasta convertirla en apenas
un susurro, añadió: "Eso no gustó al alto Gobierno".
Según Camero, el entonces vicepresidente José
Vicente Rangel le dijo que dejara a los militares "tranquilos".
Reuters no pudo contactar a Rangel para corroborar las denuncias.
Nueve funcionarios venezolanos de alto rango
figuran en la lista de personas y empresas sospechosas de vínculos financieros
con el narcotráfico del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Cinco son
militares, entre retirados o activos, y otro es un ex agente del servicio de
inteligencia, uno es diplomático y también figuran dos políticos del gobernante
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Las autoridades dicen que las acusaciones no
tienen fundamento y varios de los señalados incluso han escalado posiciones
durante los años de gobierno socialista ocupando altos cargos militares,
gobernaciones y embajadas.
Uno de ellos, el ex jefe de inteligencia
militar Hugo Carvajal, fue arrestado a fines de julio en Aruba por órdenes de
fiscales estadounidenses que lo acusan de trabajar para un narco colombiano y
coordinar envíos de toneladas de cocaína.
Carvajal, que se desempeñaba como cónsul
venezolano en Aruba, fue puesto en libertad días después por su inmunidad
diplomática pero no fue absuelto.
"La integridad moral del compañero Hugo
Carvajal jamás estuvo en duda. Jamás", dijo Maduro al recibir con un
abrazo al ex funcionario, asegurando que todo fue una trampa, un montaje.
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