Santander se rebela contra los
desmadres del fútbol
elpais.com
Los jugadores del Racing, con
todo el respaldo de la afición, afrontan las consecuencias de negarse a jugar
contra la Real al no dimitir el consejo que no les paga
El
viejo Racing de Santander, un club centenario con la vitrina vacía, celebró sin
jugar su mayor victoria. La de la dignidad ante el esperpento. Un triunfo
colectivo de una ciudad y un equipo, escenificado por un grupo de chavales sin
cobrar desde hace cuatro meses que se rebeló ante los desmadres del fútbol
moderno. Cumplió su amenaza la plantilla verdiblanca y no disputó el partido
contra la Real Sociedad. Sacaron los donostiarras de centro y los jugadores
locales se arremolinaron en el centro del campo, se abrazaron y se plantaron. A
los 40 segundos, los chicos de la Real tiraron el balón fuera. El Racing no
reanudó el juego. El árbitro le consultó a Mario, capitán de los cántabros, y
este le confirmó el plante. No había partido. Igual que no había rastro del
presidente, Ángel Lavín.
En todo momento, el Racing
mantuvo informado de sus intenciones al conjunto donostiarra. Lo primero que
hizo el entrenador local, Paco Fernández, al llegar al Sardinero fue acercarse
al vestuario de la Real y comunicarle a su colega, Jagoba Arrasate, cómo
actuarían. Acto seguido, se entregaron las fichas al árbitro. La plantilla
racinguista recibió el apoyo del vestuario donostiarra todo el día. En el
estadio estuvieron también el presidente, Jokin Aperribay, y el director
deportivo, Loren. Permanecieron en el vestuario, y no en el palco, “por
respeto” a los jugadores del Racing.
El Sardinero, pese al llamamiento
de la plantilla para que la gente acudiese al campo, registró una pobre entrada
en un día muy desapacible: unos 7.000 espectadores. Solo La Gradona, el sector
más incondicional de los seguidores, daba cierto colorido con constantes gritos
de “¡Harry págales!”, “¡Esa camiseta sí la merecéis!” y una gran pancarta con
el lema: “Fuera chorizos”. Una hora después, las más de 2.000 personas que
seguían detrás de la portería del fondo norte vitorearon al equipo cuando saltó
a entrenarse. Su liga, ya sin tantos focos, continúa el domingo en Segunda B.
La tensión se palpaba en las
inmediaciones del Sardinero desde más de hora y media antes de que empezase el
partido. La gente esperaba al presidente Lavín. No apareció. Sí lo hicieron los
consejeros Leticia Vila, Jorge Madrazo y Jairo Lavín, sobrino del presidente,
abucheados e insultados a su entrada. Nadie subió al palco.
Fue un día largo para la
plantilla y el cuerpo técnico racinguistas. Tras el entrenamiento matutino,
mantuvieron en un céntrico hotel de Santander una reunión con representantes de
la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que les informaron de las
consecuencias que podía tener el no disputar el encuentro: hasta 6.000 euros de
sanción al club e incluso la inhabilitación para los jugadores de entre dos y
cinco años en caso de que sean denunciados. El presidente de la AFE, Luis
Rubiales, garantizó a la plantilla que la Federación no actuaría contra ellos.
A los 40 segundos, los
futbolistas de la Real echaron el balón fuera
“Con lo que hemos escuchado,
nuestra opinión queda reforzada”, aseguraba uno de los jugadores tras el
encuentro. En ningún momento la plantilla dio pie a algún tipo de negociación. Según
varios de los presentes, los capitanes le trasladaron a Rubiales que la única
vía para que jugasen era la dimisión del Consejo de Administración. “Están
fuertes, unidos y convencidos. Nosotros no podemos más que estar con ellos”,
aseguró el presidente de la AFE.
El encuentro era un reclamo de
los jugadores racinguistas desde hace días. En la plantilla existía cierto
malestar porque sentían que la AFE no había hecho lo suficiente por defender
sus intereses. Hace tres semanas, en una reunión que mantuvieron el club, la
Federación y el sindicato se acordó que ya que el estamento federativo tenía
embargado los ingresos del Racing por su avance copero, se efectuaría un pago
—70.000 euros a dividir, equivalente a una nómina— a través del sindicato. Sin
embargo, el desembolso no solo se retrasó, sino que no se ha efectuado. “La
ayuda llegará de forma inminente, en los próximos días”, confirmó Rubiales.
“Ha llegado tarde, sí, pero ya está, estamos
contentos”, dijo un eufórico Oriol, uno de los veteranos del vestuario. La satisfacción
de la plantilla era evidente. “Nos está haciendo más fuerte, sabemos que
tenemos el respaldo de todo el mundo. Solo queremos que todo esto se acabe y a
ver si salimos reforzados. Que no se nos olvide, lo nuestro es la Liga, acabar
primeros”, comentaba Mariano.
Mientras se celebraba la reunión
entre la plantilla y la AFE, fuera del hotel los movimientos no cesaban. El
presidente de Cantabria y líder del PP regional, Ignacio Diego, instaba a su
partido a que iniciase los trámites para expulsar al expresidente del Racing y
ex secretario general del PP de Cantabria, Francisco Pernía. Una decisión que
pocos entendían, por el momento en que llegaba y porque en más de una ocasión
el PP había negado cualquier vínculo con Pernía, que dirigió el Racing entre
2006 y 2012 y que aún lo gobierna en la sombra.
Cuando el árbitro dio inicio al
partido, los futbolistas se quedaron abrazados
En torno a la una del mediodía
también aterrizaba en Santander Anur Arlsan, administrador judicial de la rama
de WGA propietaria del Racing y que, tras despedir a Ali Syed la semana pasada,
está a cargo del paquete de acciones mayoritario del Racing. Desde su llegada
mantuvo reuniones con instancias judiciales, que dieron por buenos los poderes
que presentará en la Junta de Accionistas de hoy. Una Junta que aún anoche
seguía en el aire y que se vio afectada por la renuncia de Manuel Broseta como
secretario. El abogado valenciano, que iba a defender los intereses del Consejo
del Racing, desistió a media tarde, según varias fuentes conocedoras del
proceso, por los contactos que mantuvieron ayer “al más alto nivel” el Gobierno
cántabro y el valenciano.
El despacho de Broseta ha crecido
a la sombra de la Generalitat, primero con Eduardo Zaplana y luego con
Francisco Camps. Y es que el problema del Racing ha dejado de ser hace tiempo
un asunto meramente deportivo. Ayer fue un punto de inflexión para el fútbol
español, una rebelión en toda regla contra sus desmadres secundada por una
modesta plantilla y toda su afición.
RACING - REAL SOCIEDAD -
Racing: Mario; Francis, Saúl, Javi Barrio, Orfila; Andreu,
Ayina, Javi Soria, Borja Granero; Miguélez y Rubén Durán. En el banquillo:
Iñaki; Sergio, Ander Lafuente, Concha y Koné.
Real Sociedad: Zubikarai; Zaldúa, Mikel, Iñigo, José Ángel;
Gaztañaga, Ros; Zurutuza, Prieto, C.Castro; y Seferovic. En el banquillo: C.
Bravo, Griezmann, Agirretxe, Pardo y Ansotegi.
Árbitro: Gil Manzano.
Unos 7.000 espectadores en El Sardinero. Por protocolo, el
árbitro constó que el partido quedó suspendido en el minuto 30, aunque en
realidad fuera a los 40 segundos. Este viernes se reúne Competición.
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