Sergio Ramos: "Quiero la Eurocopa y la Champions"
Su penúltima hazaña fue secar la magia de Ronaldinho en el gran Clásico. El defensa del Real Madrid Sergio Ramos se ha ganado en los últimos años las comparaciones con Fernando Hierro o Pirri, dos míticos defensas blancos. Pero este muchacho con el poderío físico de un toro resulta mucho más versátil que aquellos maestros. A sus 21 años ya es indispensable en las alineaciones merengues y de la Furia Roja, con la que disputó la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006.
Aunque en su corazón siempre hay un lugar muy especial para el Sevilla que le crió, hoy vive volcado con la causa blanca. FIFA.com hizo balance con Ramos del año en el que el Real Madrid rompió la maldición y sumó su 30º título de Liga.
Sr. Ramos, en las dos últimas temporadas no ha faltado a casi ningún partido oficial ni con el Real Madrid ni con la selección española. ¿Cuál es el secreto?
La confianza que depositan en mí los entrenadores. Y además, cuidarme mucho. Un deportista tiene que seguir una buena alimentación y cumplir con los descansos. Este ritmo de partidos es lo que todo jugador desea, estar con su selección y contar para su equipo.
Al principio le veíamos en el centro de la defensa pero ahora se ha consolidado en el lateral, ¿dónde se siente más cómodo?
Esta pregunta me la han hecho un millón de veces (risas) pero nunca me he decantado. Este año me han adaptado más al lateral derecho y me encuentro muy cómodo, con mucha libertad a la hora de subir. Es un puesto mucho más divertido. De central tienes una responsabilidad mayor y cualquier fallo puede ser un riesgo para la portería. Si tengo que elegir ahora diría el lateral derecho, pero me gustan las dos posiciones.
Cierto que se le nota muy cómodo en la banda y que cada jornada tiene más confianza a la hora de rematar a portería. ¿No será que usted quería ser delantero?
(Risas) También puede ser... de pequeño era una posición en la que me gustaba jugar pero con los años los entrenadores me fueron retrasando. Pero me divierte mucho estar ahí arriba.
Pero asumir esa faceta más ofensiva resulta muy arriesgado para el resto de la zaga...
Tiene sus riesgos, pero la clave está en coordinarnos muy bien todo el equipo. Con el sistema de Schuster jugamos con dos pivotes casi juntos pegados a la línea defensiva y ellos te pueden hacer la cobertura perfectamente. Pero ciertamente, a veces un contragolpe te crea problemas.
En el campo se ve que funciona esa comunicación con los compañeros. ¿Es un reflejo del buen ambiente dentro del vestuario?
Sí. Siempre se había comentado que en este vestuario no había buen rollo, y este es mi tercer año aquí y te puedo decir que hay muy buen ambiente. Hay unidad entre los jugadores y creo que eso es fundamental a la hora de saltar al campo.
Se especuló mucho con las intrigas del vestuario madridista especialmente en la época de los galácticos... ¿Qué puede decir al respecto?
Fueron todo especulaciones y palabras sacadas de contexto. La gente no sabe lo que ocurre en un vestuario y cuando los resultados no acompañaban había que escribir cosas y se hizo hincapié en el mal rollo del vestuario. Pero esa plantilla estaba unida.
Su crecimiento futbolístico ha sido asombroso. Ya le llaman el futbolista total, ¿le queda algún aspecto que mejorar de su juego?
Por supuesto. Soy muy joven y todo va bastante rápido en mi carrera pero tengo que aprovechar las oportunidades. Estoy muy contento con todo lo que me está pasando. Sé que tengo mucho que aprender y mejorar y por eso entreno cada día. Trabajo para perfeccionar el pase, la situación táctica... todo se puede mejorar.
Ha tenido y tiene la suerte de compartir el vestuario con jugadores brillantes. ¿Con quién ha aprendido más?
Han pasado por aquí los mejores futbolistas del mundo y de todos te quedas con algo. De Ronaldo, Zidane, Beckham, Roberto Carlos... son jugadores diferentes que marcan una época. Para mí fue un tremendo orgullo compartir equipo con ellos. Una pena que se fuesen...
Llegó al Real Madrid que entrenaba López Caro, consiguió el título de Liga con Fabio Capello, y ahora vive la era Schuster ¿Con qué estilo se sentía más cómodo?
Me siento igual de cómodo porque tanto con Schuster como con Capello he tenido muchos minutos. Pero es cierto que cada maestrillo tiene su librillo, y unas ideas diferentes. A los jugadores no nos queda otra que adaptarnos y el míster tiene que saber inculcarnos sus ideas para sacar adelante los resultados.
Últimamente, Schuster está muy serio con la prensa, ¿ha conseguido usted sacarle alguna carcajada con su gracejo andaluz?
(Risas) Parece una persona muy seria. Pero con nosotros está muy bien y el buen rollo entre técnico y la plantilla es fundamental.
¿Alguna preferencia para el rival de octavos de la Liga de Campeones?
Sinceramente no. Son todos equipos de primer nivel. Tengo ganas de que nos toque un equipo grande para demostrar que este Madrid es capaz de hacer cosas importantes.
Puestos a soñar ... ¿Qué le apetecería más: una final europea contra el Barcelona o el Sevilla?
Contra el Sevilla, porque le tengo muchísimo cariño. Pero, ¡que ganásemos nosotros!
La selección española cerró 2007 sellando el billete para la Eurocopa, pero en el camino hubo varios resultados adversos que hicieron peligrar la clasificación. ¿Cómo se vivió esta etapa en el vestuario?
Los jugadores tenemos algo muy claro: ni antes éramos tan malos, ni ahora somos tan buenos. Fuimos avanzando con mucha calma, confiando en nuestras posibilidades, a pesar de las etapas malas en la que el equipo no encontraba su sistema, no lograba jugar como quería. Finalmente hemos terminado con un nivel muy alto e intentaremos mantenerlo cuando llegue la hora de la verdad. Hay buenas sensaciones para la fase final. Pero no podemos ir de favoritos porque es una competición muy exigente.
Nos ha dicho que su mejor recuerdo de 2007 es la celebración del título de Liga con sus compañeros. ¿Qué le pide al año 2008?
La Eurocopa y la Liga de Campeones.
Su penúltima hazaña fue secar la magia de Ronaldinho en el gran Clásico. El defensa del Real Madrid Sergio Ramos se ha ganado en los últimos años las comparaciones con Fernando Hierro o Pirri, dos míticos defensas blancos. Pero este muchacho con el poderío físico de un toro resulta mucho más versátil que aquellos maestros. A sus 21 años ya es indispensable en las alineaciones merengues y de la Furia Roja, con la que disputó la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006.
Aunque en su corazón siempre hay un lugar muy especial para el Sevilla que le crió, hoy vive volcado con la causa blanca. FIFA.com hizo balance con Ramos del año en el que el Real Madrid rompió la maldición y sumó su 30º título de Liga.
Sr. Ramos, en las dos últimas temporadas no ha faltado a casi ningún partido oficial ni con el Real Madrid ni con la selección española. ¿Cuál es el secreto?
La confianza que depositan en mí los entrenadores. Y además, cuidarme mucho. Un deportista tiene que seguir una buena alimentación y cumplir con los descansos. Este ritmo de partidos es lo que todo jugador desea, estar con su selección y contar para su equipo.
Al principio le veíamos en el centro de la defensa pero ahora se ha consolidado en el lateral, ¿dónde se siente más cómodo?
Esta pregunta me la han hecho un millón de veces (risas) pero nunca me he decantado. Este año me han adaptado más al lateral derecho y me encuentro muy cómodo, con mucha libertad a la hora de subir. Es un puesto mucho más divertido. De central tienes una responsabilidad mayor y cualquier fallo puede ser un riesgo para la portería. Si tengo que elegir ahora diría el lateral derecho, pero me gustan las dos posiciones.
Cierto que se le nota muy cómodo en la banda y que cada jornada tiene más confianza a la hora de rematar a portería. ¿No será que usted quería ser delantero?
(Risas) También puede ser... de pequeño era una posición en la que me gustaba jugar pero con los años los entrenadores me fueron retrasando. Pero me divierte mucho estar ahí arriba.
Pero asumir esa faceta más ofensiva resulta muy arriesgado para el resto de la zaga...
Tiene sus riesgos, pero la clave está en coordinarnos muy bien todo el equipo. Con el sistema de Schuster jugamos con dos pivotes casi juntos pegados a la línea defensiva y ellos te pueden hacer la cobertura perfectamente. Pero ciertamente, a veces un contragolpe te crea problemas.
En el campo se ve que funciona esa comunicación con los compañeros. ¿Es un reflejo del buen ambiente dentro del vestuario?
Sí. Siempre se había comentado que en este vestuario no había buen rollo, y este es mi tercer año aquí y te puedo decir que hay muy buen ambiente. Hay unidad entre los jugadores y creo que eso es fundamental a la hora de saltar al campo.
Se especuló mucho con las intrigas del vestuario madridista especialmente en la época de los galácticos... ¿Qué puede decir al respecto?
Fueron todo especulaciones y palabras sacadas de contexto. La gente no sabe lo que ocurre en un vestuario y cuando los resultados no acompañaban había que escribir cosas y se hizo hincapié en el mal rollo del vestuario. Pero esa plantilla estaba unida.
Su crecimiento futbolístico ha sido asombroso. Ya le llaman el futbolista total, ¿le queda algún aspecto que mejorar de su juego?
Por supuesto. Soy muy joven y todo va bastante rápido en mi carrera pero tengo que aprovechar las oportunidades. Estoy muy contento con todo lo que me está pasando. Sé que tengo mucho que aprender y mejorar y por eso entreno cada día. Trabajo para perfeccionar el pase, la situación táctica... todo se puede mejorar.
Ha tenido y tiene la suerte de compartir el vestuario con jugadores brillantes. ¿Con quién ha aprendido más?
Han pasado por aquí los mejores futbolistas del mundo y de todos te quedas con algo. De Ronaldo, Zidane, Beckham, Roberto Carlos... son jugadores diferentes que marcan una época. Para mí fue un tremendo orgullo compartir equipo con ellos. Una pena que se fuesen...
Llegó al Real Madrid que entrenaba López Caro, consiguió el título de Liga con Fabio Capello, y ahora vive la era Schuster ¿Con qué estilo se sentía más cómodo?
Me siento igual de cómodo porque tanto con Schuster como con Capello he tenido muchos minutos. Pero es cierto que cada maestrillo tiene su librillo, y unas ideas diferentes. A los jugadores no nos queda otra que adaptarnos y el míster tiene que saber inculcarnos sus ideas para sacar adelante los resultados.
Últimamente, Schuster está muy serio con la prensa, ¿ha conseguido usted sacarle alguna carcajada con su gracejo andaluz?
(Risas) Parece una persona muy seria. Pero con nosotros está muy bien y el buen rollo entre técnico y la plantilla es fundamental.
¿Alguna preferencia para el rival de octavos de la Liga de Campeones?
Sinceramente no. Son todos equipos de primer nivel. Tengo ganas de que nos toque un equipo grande para demostrar que este Madrid es capaz de hacer cosas importantes.
Puestos a soñar ... ¿Qué le apetecería más: una final europea contra el Barcelona o el Sevilla?
Contra el Sevilla, porque le tengo muchísimo cariño. Pero, ¡que ganásemos nosotros!
La selección española cerró 2007 sellando el billete para la Eurocopa, pero en el camino hubo varios resultados adversos que hicieron peligrar la clasificación. ¿Cómo se vivió esta etapa en el vestuario?
Los jugadores tenemos algo muy claro: ni antes éramos tan malos, ni ahora somos tan buenos. Fuimos avanzando con mucha calma, confiando en nuestras posibilidades, a pesar de las etapas malas en la que el equipo no encontraba su sistema, no lograba jugar como quería. Finalmente hemos terminado con un nivel muy alto e intentaremos mantenerlo cuando llegue la hora de la verdad. Hay buenas sensaciones para la fase final. Pero no podemos ir de favoritos porque es una competición muy exigente.
Nos ha dicho que su mejor recuerdo de 2007 es la celebración del título de Liga con sus compañeros. ¿Qué le pide al año 2008?
La Eurocopa y la Liga de Campeones.
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