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lunes, 3 de diciembre de 2007

Lanus

Lanús, granate campeón

El Lanús se tituló por primera vez -en sus 92 años de historia- campeón del torneo apertura del fútbol argentino, tras un empate con Boca Juniors en la Bombonera.

El único otro título que ha ganado Lanús en su historia fue la entonces llamada Conmebol de 1996.
Miles de simpatizantes del club salieron poco después a las calles a celebrar la victoria que les dio el campeonato.
"Es una emoción muy grande que un equipo chico, casi sin apoyo de ninguna naturaleza, pueda estar mezclado ahora con los (equipos) grandes", señaló un hincha a una televisora argentina.
La prensa local coincidió que, aunque sorpresivo el título, era merecido.


Sufrido
Para Lanús, éste fue su primer campeonato, aunque con final sufrido.
El visitante se adelantó marcando el primer gol del encuentro por intermedio de su goleador, José Sand, quien totalizó 15 tantos en el torneo.
Aunque ninguno más vital que el anotado para terminar garantizando el título.
Boca empató a través de Martín Palermo, en la segunda etapa, pero al final cayó el armisticio y empezaron las celebraciones para Lanús.
El resultado le otorga al nuevo campeón más puntos (38) que su inmediatos seguidores, Tigre y Boca, quienes quedaron con 34 y 31 puntos, respectivamente.
Tigre jugó este domingo con Argentinos Juniors, pero perdió 1-0 de visitante.
A Boca, en tanto, ahora le quedará pensar en el Mundial de Clubes, la próxima semana en Japón.

Granate mundial

La consagración de Lanús dio que hablar en todo el planeta. Los principales diarios de España, Italia, México, Chile y Uruguay, entre otros, se refirieron al "histórico título" que consiguieron los de Cabrero. Y resaltan que es el equipo del barrio donde nació el Diego.

Los principales diarios del mundo reflejaron hoy la gran conquista del flamante campeón Lanús, que ayer empató 1-1 con Boca en La Bombonera y se dio el gusto de consagrarse por primera vez en su historia.

El diario Mundo Deportivo, de España, destaca que "este campeón es el resultado de años de trabajo bien hecho, de la conjunción perfecta de jugadores, cuerpo técnico y dirigencia".

Por su parte, Marca expresa que Lanús "se proclamó campeón del torneo Apertura 2007 del fútbol argentino, título que logra por primera vez" y precisa que "al equipo dirigido por el español Ramón Cabrero (ex jugador del Atlético de Madrid) le alcanzaba un punto en este último partido con Boca para alcanzar la gloria y lo consiguió (1-1)".

En tanto, Sport titula: "Lanús se estrena como campeón" y recuerda que "el Apertura es su primer título nacional, aunque Lanús ya lucía una Copa Conmebol, de la época que lo dirigía Héctor Cúper y jugaba Ariel Ibagaza, actualmente en el Mallorca".

En Italia, el periódico La Gazzetta dello Sport le dedica un espacio en su tapa al equipo granate mientras que en su nota menciona la simpatía de Diego Maradona, "nacido en el Policlínico Evita, de esa comuna de la provincia de Buenos Aires". El diario italiano también resalta el gol de cabeza convertido por José Sand, "para el festejo de unos 3.000 tifosi presentes en La Bombonera".

El Mercurio, de Chile, comenta que "un humilde club de la periferia del sur bonaerense hizo caso omiso a la presión de jugar un partido clave en La Bombonera y le sacó pecho a un Boca en crisis, decidido a ponerle el broche a una campaña sin tropiezos".

En México también se habla sobre el Granate. El diario deportivo Ovaciones hace referencia al empate 1-1 contra Boca y destaca el tanto convertido por el correntino José Sand, en el primer tiempo.

Según el diario El País de Montevideo, Lanús es un "campeón histórico" y resalta que es su primer título local "en 92 años de vida".


Decí campeón
Ni 70 ni 30: todo del Grana, que dio la vuelta en la Bombonera, hito para un pueblo que terminó pipón pipón gracias a un equipo histórico.


El treintañero baja al trote, con el "porque este año de Lanús Este, de Lanús Este, salió el nuevo campeón" escurriéndosele por las comisuras. Las lágrimas lo tienen acorralado. Y lo vencen una vez dentro del vestuario, zona liberada, al fin, para descargar tanta pasión contenida en platea extranjera. Privilegiado "amigo de", testigo ocular del frenesí VIP. La utopía perseguida durante casi 93 años al fin se hace añicos y los verdugos de la quimera piden "un minuto de silencio, para Banfield que está muerto". Y ea ea ea ea, ea ea ea é, sí. Al ritmo del bombo manipulado por Flores, y el redoblante de Mauricio Romero, vástago del club, hincha "y aparte amigo de varios de los chicos", de los más esfervecentes. Ojo, ni compite con Blanco, envidia de varios, que mira y toca, y vaya que si lo hace porque no la suelta en ningún momento a la Copa Cablevisión. A Benítez y su peluca multicolor no le importa. Está compenetrado en agitar y dejarse agitar. Porque hay motivos para el zamarreo. Lanús es el campéon, el campeón del pueblo, granate y de otros colores, porque también es el campeón simpático, y un campeón que encima juega lindo. Un hito que justifica el vaho y, por ende, la incansable repetición de bocanadas y pieles pegajosas. Como la da Cabrero, más sudado que cuando al principio del torneo su Grana apenas tenía un punto de nueve. "Mírenme, muchachos, no puedo hablar, no puedo más", implora superado por la emoción, pero cede ante la insistencia de la decena de periodistas (muchos paracaidistas) in situ, que tratan de conseguir testimonios trillados pero para la historia al fin, pese al "cantemos todo que Lanús está de fiesta, cantemos todos que Lanús es carnaval, cantemos todo que La Boca está luto" y ya sabemos cómo sigue la dedicatoria a quienes no cedieron una segunda bandeja y a quienes se empacaron en boicotear la fiesta a la europea en la hierba.

Llamativo el look de Bossio: torso al aire, pantalón largo, medias y ojotas. Y el trofeo descansando entre sus brazos mientras enfila a ese micro que se menea y ruge avisando que "ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, para todos los de Banfield, el regalo de papá". Valeri, en tanto, todavía sigue perdido entre la bruma de vestuario (y eso que nadie abrió una ducha) contando que "esto se disfruta el triple, porque acá jugás con el amigo de Inferiores". Y se nota.

En Arias y Guidi, mientras, 40.000 almas extasiadas aguardan la llegada del equipo de los milagros. La Fortaleza está más custodiada que nunca, luce repleta. La voz del estadio insiste (sin éxito) en pedirle "a los hinchas que están en el campo que vuelvan a las tribunas". Resignada, acude al apoyo ¡de la popular! Igual, no hay caso. Los héroes, ansiosos, ya no aguardan y saltan 21.16 a abrazarse a esa multitud. Pero el caos se entromete rápidamente, Ramón termina cabrero con los groupies que intentan desvalijarlo de atuendos, y raja con el estruendoso oy, oy, oy, oy de fondo. Biglieri casi termina a los bifes por un contexto similar. Así pues, la fiesta dura unos efímeros diez minutos. El jueves, a las 20, habrá revancha más organizada. Aunque 2 de diciembre de 2007 habrá uno solo. Porque en la Bombonera, ni 70 ni 30: 100% Lanús. Pipón pipón...

Celebra Lanús
Apertura argentino: Lanús, por primera vez


Lanús dio su prueba última de madurez al empatar 1-1 con Boca Juniors en la mítica Bombonera y cosechar así el punto que le permitió consagrarse campeón del fútbol argentino por primera vez en su historia.

El Granate hubiera logrado el título aún perdiendo, ya que su perseguidor Tigre cerró su participación en el Torneo Apertura 2007 con una derrota como visitante a manos de Argentinos Juniors por 1-0.

El partido destacado: Boca - Lanús. No sólo por lo que se jugaba la visita, sino por lo ocurrido un año antes, cuando Lanús le arruinó un campeonato a los boquenses. Otra vez, el Grana se salió con la suya.
El protagonista: José Sand, el goleador de campeón. El ex jugador de River Plate se dio el gusto de anotar el gol del título, el 15° de su cosecha personal, ante Boca y en la Bombonera.
Los tres primeros: Lanús (38 puntos, campeón), Tigre (34), Boca Juniors (31)
Los máximos goleadores: Germán Denis (17 goles), José Sand (15), Martín Palermo (12)

LA HISTORIA
Llega 1979, y Lanús atraviesa su peor crisis de la historia. El club, casi quebrado, con mas de 200 juicios y una deuda de mas de 2.000.000 U$S. El Campeonato del '81, los vaivenes en la B, el desastre del Chaco, y la hazaña en Quilmes.

Mil novecientos setenta y ocho fue quizás uno de los años más importantes para el hincha argentino del fútbol, pero para una de las más tradicionales hinchadas del país, la de Lanús, fue el peor de la historia. El club más importante de la zona sur de Buenos Aires, el más populoso, sufría su traspié más grande y corría riesgo de dejar de existir.
Con este panorama desolador, al que se le sumaba una deuda superior a los 2.000.000 U$S, y 200 juicios en contra, Lanús arranca 1979. En Primera "C", un lugar desconocido hasta ese momento por el equipo granate y una categoría que se vestía de gala, para recibir a un club demasiado grande ya para jugar los días sábados. Con una base juvenil, Lanús logra pelear hasta el final del torneo por el ascenso. En la última fecha de ese torneo, en cancha de Atlanta, el "grana" cae derrotado ante Deportivo Español por uno a cero, y así el equipo de la colectividad española le arrebata al granate la posibilidad de ascender.
Paralelamente a esto, la preocupante situación económica del club, que lo tenía al borde de la desaparición, hizo que mas que nunca el pueblo Lanusense y todos los simpatizantes granates empezaran a colaborar en lo que pudieran para darle una mano al club. Al comienzo de 1979, Lanús solo contaba con 2000 socios, y la única alternativa que quedaba era la unión de todos los hinchas y allegados a la institución, para sacarla del pozo en el que se encontraba inmersa. Y así, de a poco, todos fueron colaborando en una especie de "causa granate" , con un objetivo bien definido : salvar al club.
De parte de las agrupaciones políticas, también llego el gesto: se decidió formar una "unidad" entre todas las fracciones, ya que el presente del club y sus urgencias estaban por delante de cualquier tipo de opinión.

Llega 1980 a la ciudad granate, y el primer equipo no logra el objetivo de ascender. La base no cambia demasiado con respecto al año anterior, pero no todo es negativo. El club avanza cada vez más en el plano social, y, de a poco, se empieza a notar la cada vez mayor participación del pueblo granate (simpatizantes de Lanús y habitantes del partido) en la vida social del club.
La comunidad granate recién tendría una de sus máximas alegrías en 1981, cuando Lanús se consagró campeón de Primera “C”, después de haber realizado una campaña espectacular. Quizás para los que no comprendan el sentimiento de ser granate, un campeonato de Primera "C" resulte de poco valor. El tema es que Lanús llegó quebrado a esta categoría, y gracias al apoyo de todos, en 1981 salió campeón y pasó a tener de 2000 socios a mas de 10.000, además de sanear su economía. Lanús se despedía de la "C" a cancha llena, vivía un momento de revancha para tanto dolor, y su gente lo acompañaba en multitudes.
En 1981, el principal adversario del granate para la conquista del campeonato fue Chacarita Juniors, otrora acérrimo enemigo, para esas épocas ya, gran amigo. Junto con el Grana, los funebreros no solo ascendieron, sino que en ambos partidos en los que se encontraron ambos equipos marcaron el récord de recaudación de la fecha de todo el fútbol argentino, superando incluso a los grandes de Primera Division.
El grana alcanzaba el campeonato varias fechas antes de su finalización, tras vencer a Comunicaciones en la gloriosa Fortaleza, por aquellas épocas de madera. El grana redondea una campaña espectacular, tras ganar 31 partidos, empatar 4 y perder solo 3. Sesenta y seis puntos, de setenta y seis posibles, anotando 102 goles a favor, y recibiendo solo 34 en su valla. El artífice de semejante campaña fue un autentico especialista en torneos de ascensos, un hombre querido en todos los clubes donde dirigió, Juan Manuel Guerra, conocido como "el viejo", para todos los simpatizantes del fútbol. El plantel granate estaba conformado por : Gómez, Stracquadaini, Sánchez, Suarez, Lodico, Ramón y Hector Enrique, Romero, Perassi, Molteni, Acuña, De Freitas, Beltran, Sicher, D’Angelo, Gianetti, Cerdan Attadia, Morelli, Nanni, Crespin, Fuentes, y el máximo anotador del equipo, Claudio Nigretti, con 25 tantos.

En 1982, Lanús de vuelta en la Primera B, una categoría desconocida por el club 35 años antes, pero habitual en esos tiempos. Para ese año, por primera vez en la historia del fútbol argentino, un equipo "grande" dejaba la Primera Division para jugar en Primera B: San Lorenzo de Almagro, un grande bien de cabotaje, que ni siquiera se pudo dar el lujo de jugar una final continental en su historia.
Los de "Boedo", por esa época sin cancha (una importante cadena de supermercados se quedaría con los terrenos que ocupaba la cancha, que tanta tristeza nos causaron a los granates entre 1977 y 1978, en las dos finales por el descenso perdidas). La campaña realizada por el grana fue irregular. El equipo arranco siendo dirigido por Don Juan Guerra, pero la falta de resultados hizo que la dirigencia desee reemplazarlo por Pedro Dellacha. Solo quedan en el recuerdo la victoria ante San Lorenzo como local por 1-0 en la gloriosa fortaleza, estadio que debió visitar el equipo azulgrana (en esa temporada, San Lorenzo sacó de sus estadios a todos los equipos menos a Lanús, Gimnasia de La Plata y Banfield).

En 1983, el grana se desprende de uno de sus máximos ídolos: Hector Adolfo Enrique, el "negro", como lo conocen todos. Fue vendido a River Plate, club donde se transformaría en una gran figura, y gracias a sus actuaciones lo depositarían en la Selección Nacional de Fútbol Campeona del Mundo de 1986. La campaña del equipo fue irregular como en el año anterior. De los 42 partidos del torneo, el grana ganó 10, empato 19, y perdió 13 partidos. Dellacha, con el correr de los partidos, fue reemplazado por un interinato de D’Angelo en la dirección técnica, quien a su vez, también fue reemplazado por Ginarte. El "gordo" duraría solo ocho partidos en el cargo, dándole el lugar a Ithurrieta hasta el final del campeonato.
En 1984, el objetivo de ascender era la premisa con la que Lanús arrancaba la temporada. En la primer fecha del torneo cae como local frente al modesto El Porvenir, con gol de Oscar "Pinino" Mas. El equipo se desempeña de manera irregular, y tras cuatro derrotas consecutivas, Ithurrieta deja el cargo de Director Técnico. El reemplazante es Ramón Cabrero, que debuta precisamente en el clásico frente a Banfield, donde se impone "el grana" por 3-1, con dos conquistas de Claudio Nigretti y una de Marcelo Fuentes.
Lanús finaliza cuarto el torneo e ingresa en el octogonal por el segundo ascenso (el campeonato fue vencido por Deportivo Español). En semifinales, Lanus debió enfrentar a Racing. Por disposición de ambas dirigencias, ambos partidos se jugaron en escenarios neutrales. El primer chico se jugó en Velez, y el grana cayó derrotado por 2-0. El segundo chico se jugó en Avellaneda, pero en Independiente. El partido estaba igualado en cero, cuando el arbitro Emilio Misic ve como intencional una mano de Schamberger. La dudosa jugada derivó en un penal para Racing, que es contenido por Perassi. Sin embargo, para el arbitro el arquero granate se había adelantado, por lo que ordenó que se volviera a ejecutar el remate. El segundo intento terminó en gol de Racing, desatando la furia de los más de 10.000 granates que llenaron la popular local de Independiente. El partido no se pudo continuar, debido a los proyectiles que caían desde la popular de Lanús. El tribunal de disciplina dispuso que el resto del encuentro debía disputarse un día de semana y por la tarde (el segundo chico frente a Racing en Independiente se había jugado un sábado a la noche). Ya en la continuación del match suspendido, Lanús logra dar vuelta el resultado y se pone 2-1, pero una supuesta falla en el cronometro de Misic, hace que el encuentro finalice cinco minutos antes del tiempo reglamentario. Increíble pero real, el partido que debía terminar en el minuto 90, finalizó en el 85. A todo esto, la presión del equipo granate hacía que el tercer gol estuviera al caer. Cuando Misic dispuso el final, los jugadores de Racing se desprendieron de sus camisetas y se las tiraron a sus hinchas. Todo el plantel de Lanús se le fue encima a Misic por el error cometido, y lo peor llegó cuando el arbitro se percato de su "equivocación", y aludió en que los jugadores de Racing ya no tenían la indumentaria respectiva para continuar el partido. Bochornoso lo del arbitro, y una vez más, el equipo granate perjudicado notoriamente ante un fallo arbitral.
El año siguiente, el equipo granate debió comenzar su temporada jugando como local en Huracán, ya que el tribunal de disciplina pasó por inadvertido el arbitraje de Misic, pero no los incidentes causados por los simpatizantes granates. En este torneo, el grana disputa 42 encuentros, en los que resulta vencedor en 16 oportunidades, empata en 15 y cae derrotado en 11. Clasifica al octogonal y queda eliminado en primera ronda al caer como visitante ante Atlanta por 2-0. En el partido de vuelta, en el estadio de Boca Juniors, Lanús vence como "local" a Atlanta por 2-1, pero la diferencia favoreció al equipo Bohemio, que pasó de ronda.

Para 1986, la Asociación del Fútbol Argentino, dispone reestructurar sus campeonatos y crea el Nacional B, torneo conformado por equipos metropolitanos y por equipos del interior, afiliados a la AFA a través de su liga de origen. Por lo que se debían reestructurar las categorías y determinar que equipos de la Primera B pasarían a jugar el nuevo torneo de Segunda Division.
El torneo que determinaba la clasificación, se denominó torneo Apertura y se jugó durante la primer mitad de 1986. Estaba compuesto por dos zonas de diez equipos cada una, en las cuales los tres primeros se clasificaban a un octogonal junto con el mejor cuarto (Lanús, en este caso) y el segundo peor promedio del descenso de Primera Division “A” (Huracán). El ganador de este octogonal fue Deportivo Italiano, quien derrotó a Huracán en la final por la plaza a Primera División. El equipo granate quedaría eliminado del octogonal en manos de Huracán, tras caer en los dos encuentros por 2-0 y 3-2.
Así y todo, "el grana" tuvo que seguir participando para asegurarse su participación en el Nacional B 86/87, al que clasifica agónicamente tras vencer en el partido definitorio a almirante Brown por 4-1 en La Fortaleza. El Granate fue el último equipo en clasificar al nuevo torneo.
El Nacional B lo tuvo a Lanús como uno de sus principales animadores. En este campeonato, tras 42 partidos, Lanús vence en 18, iguala otros 18, y cae derrotado solo en 6 oportunidades. Accede al dodecágonal por el segundo ascenso, donde debe enfrentar a Banfield en cuartos de final. Como visitante, el grana consigue un valioso empate en cero. Para el partido de vuelta, Lanús debía vencer al menos por un gol, ya que el "enemigo" de siempre, con solo empatar pasaba de ronda por haber terminado en la segunda ubicación en el torneo. El partido de vuelta finalizó con un 2-3 en favor de Banfield, equipo que terminaría ganando el dodecágonal. El "grana" quedó eliminado como local, pero lo bueno o rescatable de todo esto, es que desde esa ocasión, Lanús se mantiene invicto como local en el clásico y ya pasaron catorce años de ese partido.
La temporada 87/88, no es de las más recordadas por los simpatizantes granates. La campaña efectuada por el equipo fue la peor en la historia de los Nacional B, ya que solo ganó 11 partidos, empató 13 y cayó derrotado en 18. Lo llamativo fue que en esa temporada Lanús tuvo la delantera más goleadora y la valla más vencida. Algunos resultados que quedaron para el recuerdo fueron un 8-3 ante Temperley y un 7-2 ante Los Andes. Los goleadores del equipo fueron Crespin con 16 tantos y Villagrán (para esa altura, ya era un ídolo indiscutido de la hinchada) con 15 conquistas.

La temporada 88/89, tampoco debe ser de las más gratamente recordadas por los simpatizantes de Lanús, que ya añoraban la Primera División, categoría que el club había ya dejado de militar once años atrás. Lanús arranca la temporada bajo la conducción de Roberto Rogel con Ducca (arquero proveniente de Independiente), Segovia, Wiktor, Cabrera, y Armando González (recién surgido de las inferiores), Cabrera, Bertolini, Jansa, Villagran, Alonso y Salazar.
Arranca la temporada en el viejo estadio de Quilmes, al cual el grana bate por 0-5. Para la segunda fecha, recibe como local a Almirante Brown y cae por 2-1. De ahí en mas, no perdería más hasta la última fecha de la primer rueda ante Chaco For Ever como local, por 0-2. Lo particular fue que a partir de la tercera fecha, la indumentaria del primer equipo cambió de proveedor (Lanús paso de Topper a Adidas), y la firma alemana, al no contar con la tintura granate para la camiseta, le realizo un diseño bastante moderno para la época, pero en color rojo. Si, extraño ver al Granate de rojo pero fue así. Durante la primer rueda, el equipo obtuvo importantes victorias como un 4-1 ante Colón y un 2-1 ante Huracán, revirtiendo el resultado adverso en los últimos cinco minutos del encuentro.
Para la segunda rueda, el rendimiento del grana no iba a ser el mismo y de a poco, empezaban a desperdiciarse puntos. Faltando no mas de doce fechas para el final, Lanús había obtenido una ventaja de ocho puntos por sobre Belgrano, que era su inmediato perseguidor. Después de la victoria por 2-0 ante los celestes, "el grana" empezó a resignar puntos increíbles. A todo esto, la gente de Adidas logró obtener la tintura granate a través de la camiseta del Torino de Italia (el "granate" italiano también usaba ropa de las tres tiras), y le confeccionó el modelo original a Lanús, que fue estrenado solo un tiempo ante el humilde Estación Quequén de Necochea, último en el torneo, pero que el día de estreno de la granate, se impuso hasta el primer tiempo por 2-1 en La Fortaleza. Quizás las cábalas o la costumbre hicieron que al segundo tiempo, Lanús vuelva vestido de rojo, y logre un empate agónico ante un equipo que no debía generar ningún tipo de inconvenientes. De ahí en más, hasta el final, vimos al granate vestido de rojo. La cantidad de puntos despilfarrados hicieron que Lanús llegue a dos fechas del final del torneo con solo dos puntos de ventaja hacia Chaco For Ever, al que debía visitar en la última fecha. Para la fecha 41, el grana recibía a Central Córdoba de Santiago del Estero, mientras que Chaco For Ever, visitaba al ya descendido Temperley. Si Lanús ganaba y los chaqueños no obtenían los dos puntos, se consagraba campeón y volvía a jugar en primera después de doce largos años (es más, el campeón de ese año clasificaba directamente a la liguilla Pre-Libertadores y debía enfrentar nada mas ni nada menos que a Boca Juniors). Lanús empató en uno y los chaqueños le ganaron al "celeste" por 3-0. Llegaba la última fecha y Lanús que ostentaba una ventaja casi imposible de descontar, le llevaba solo un punto al segundo y tenía que jugar en Chaco.
Más de 3000 simpatizantes granates acompañaron al equipo a Resistencia, para ver la posible hazaña. El partido se disputó bajo ciertas irregularidades inadvertidas por Juan Carlos Lousteau, el arbitro del encuentro (en un momento, se derribó el alambrado olímpico de la popular que ocupaban los hinchas chaqueños). Ya en la segunda etapa, Chaco se pone arriba en el marcador tras anotar un penal bastante dudoso. Los hinchas granates debieron soportar un trato desastroso por la gente local, quien no paró de arrojarle cualquier elemento que tuvieran cerca a los llegados desde Buenos Aires. La ilusión de conseguir el ascenso duró hasta el último instante del partido, cuando Gilmar Villagran estrelló en el travesaño un tiro libre, que podía significar el empate y el título para Lanus.
La vuelta pareció un velorio interminable, y para muchos fue quizás la peor tristeza que les pudo haber deparado Lanús. El "grana" todavía mantenía una chance, que era la del dodecágonal, torneo al que accedía en semifinales debido a la condición de segundo en el campeonato. Ahí, Lanús se midió con Colón, cayendo derrotado por 0-2 en Santa Fe y empatando en uno el partido de vuelta (suspendido a los 40 minutos del segundo tiempo, debido a que la parcialidad granate expresó su descontento arrojando tablones hacia el campo de juego).

El panorama para la temporada 89/90 no era el mejor. Lanús solo contaba con nueve jugadores en su plantel y el elegido para hacerse cargo de la conducción técnica del equipo, era el joven Miguel Angel Russo, volante campeón con Estudiantes de La Plata en los años 80, simpatizante de Lanús desde siempre y recién retirado como futbolista profesional. Con mucho esfuerzo, logró conformar un equipo y debutó en Lanús jugando como visitante en Bahía Blanca, ante Olimpo, y cayendo derrotado por 0-1. Lanus recién ganaría después de varias fechas ante Banfield, como local, por 1-0 (paradójicamente, el último encuentro que registraba como ganado Lanús hasta el momento había sido contra Banfield por 5-1 en la temporada anterior).
La primera rueda fue por demás irregular, el grana no encontraba su identidad dentro del campo, el técnico era cuestionado por casi todos los simpatizantes, y la hinchada era "gastada" por todos los rivales por el fracaso de la temporada anterior. Quizás quienes más se burlaron de Lanús fueron los simpatizantes de Quilmes, quienes realizaron banderas en alusión a la final perdida en el Chaco. El tiempo, ratificaría el dicho que dice "quien ríe ultimo, ríe mejor", y nadie sabe que habrán hecho los simpatizantes del cervecero con esa bandera al final de la temporada.
Para la segunda rueda, la performance del grana mejoró notablemente, y el equipo logró la clasificación al dodecágonal tras finalizar quinto el certamen. El juego no era para nada vistoso, pero el coraje del equipo alimentaba las almas heridas de los simpatizantes de Lanus, y los resultados hacían que la ilusión creciera. El dodecágonal encontró a Lanús en octavos de final contra Deportivo Laferrere, equipo que venía de la Primera “B” Metropolitana. Lanús se impone 2-1 como visitante en Español, y empata en uno como local. En cuartos, contra Atlético Rafaela, sorprende con una victoria por 3-0 como visitante, y gana 5-2 como local. En semis, ante Belgrano, Lanús cae derrotado por 0-1 en el "Gigante de Alverdi" pero logra revertir la serie como local, y se impone en el encuentro de vuelta por 3-1. Lanus llegaba a la final del dodecágonal, y el rival era nada mas que ni nada menos, que Quilmes, un clásico.

El 21 de Julio de 1990, en el estadio de Lanús, se disputó la primer final, con un marco espectacular de público, con la hinchada granate copando todos los sectores de la por entonces Fortaleza de madera de Arias y Guidi. Lanús abre el marcador en le primer tiempo gracias a un formidable cabezazo de Fabián Mainardi. Quilmes en el complemento, iguala gracias a un gol convertido por Hector Almandoz. Pocos minutos más tarde, se retira lesionado Gilmar Villagran (figura indiscutida del equipo y quizás el único de quien se podía esperar algo de magia, ya que se trataba de un equipo con mas garra que fútbol). Y como la figura ya no estaba, al "grana" no le quedó otra que apelar a la garra, al viejo corazón granate, y otra vez de cabeza y otra vez gracias a Mainardi, logra desnivelar y cerrar el marcador en 2-1.
El 28 de Julio de 1990 es quizás un día histórico para el club. En los noventa, Quilmes ganó 1-0 (el árbitro le anuló un gol a Lanús convertido por Cordero, que constituía el empate y el ascenso conseguido en los noventa reglamentarios). La victoria "Cervecera" hizo que sea necesario jugar media hora de alargue para ir después a la definición por penales. Mas de 7000 granates, alentaron hasta el final y se llevaron la recompensa que más esperaban. En los penales, con goles de Bidevich, M. López, Schurrer, y Villagrán (su gol numero 100 con la camiseta granate), Lanús se impuso por 4-1 a Quilmes (solo Blasón convirtió para Quilmes, ya que el remate de Karabin dió en el palo tras la contención de Alcides Herrera, y el remate de Gaspari, autor del gol en los noventa reglamentarios, dió en el travesaño). El objetivo estaba logrado, Lanus volvía a Primera División después de 13 años de ausencia
Las paradojas volvieron a decir presente, y Lanús que descendía en 1977 por penales, volvía 13 años más tarde a Primera por la misma vía. Fueron trece años de lucha en el club, que para esa época ya era ejemplo y contaba con mas de 25.000 socios. Y fueron épocas de revancha para su técnico, Miguel Angel Russo, quien era muy cuestionado por la hinchada al principio. Los jugadores fueron recibidos como héroes en el microestadio, colmado por simpatizantes granates, que celebraron como nunca quizás, la obtención de este título. Un título que dejaba atrás una etapa de resurgimiento y que le abría paso a la década más gloriosa en la historia del club. Pero eso, será parte de otra historia...

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