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jueves, 3 de septiembre de 2015

Kingston

Kingston vuelve a la lucha del almacenamiento de datos


FORBES, 3 de Septiembre del 2015

El avance tecnológico obliga a las empresas del sector a mantenerse vigentes todos los días. Kingston está de vuelta en la lucha de la comercialización de las unidades de memoria y almacenamiento flexible, luego de librar una feroz batalla con la piratería y convertirse en un complemento de los sistemas big data y de la nube.

  
Las tecnologías de la información cada vez generan más datos y mayores volúmenes de información. La portabilidad y disponibilidad inmediata de éstos se ha convertido en un factor estratégico y de competitividad que las corporaciones ponderan al momento de invertir en herramientas de almacenamiento.

Hoy, tecnologías como big data y cloud computing (computación en la nube) permiten almacenar y administrar grandes cantidades de información; sin embargo, ninguna de las dos modalidades mencionadas cuenta con la accesibilidad que los dispositivos físicos de almacenamiento ofrece a los usuarios, debido a la complejidad de sus funcionamientos.

Kingston Technology es una empresa que desde sus inicios (en 1987) se ha preocupado por ofrecer a los usuarios acceso rápido a su información, de la manera más sencilla posible y sin tener que acceder a sistemas de conectividad en línea, señala Óscar Martínez, director de la compañía para México, Centroamérica y El Caribe.

Los ingenieros John Tu y David Sun, fundadores de Kingston en la ciudad de Fountaine Valley, California, concibieron un módulo de memoria en línea conocido como SIMM, que en su momento cubrió la carencia de chips de almacenamiento en sistemas de montaje, en una superficie en línea, con mayor capacidad de almacenamiento para las primeras computadoras de escritorio.

La expansión de mercado de Kingston ha llevado a la empresa a tener presencia en diversos puntos del planeta y hoy cuenta con un centro de soporte en Dublín, Irlanda, y una planta en Hsin-Chu, Taiwán. También cuenta con cuatro oficinas de soporte y servicios locales en las ciudades de París, Sídney, Múnich, Beijing y México.

Para 1994, la compañía dio a conocer el DataTraveler o USB y el DataPak, que eran unidades de memoria externa para dispositivos electrónicos, ambos portátiles y extraíbles. Estos productos revolucionaron el mercado de las unidades físicas de almacenamiento, dando flexibilidad al intercambio de unidades fijas, permitiendo con ello aumentar la capacidad para el almacenamiento de mayor cantidad de información para los usuarios de cámaras fotográficas o teléfonos móviles y como respaldo de información a los usuarios de computadoras de escritorio, por ejemplo.

En sus oficinas del Reino Unido, durante 2007, trabajaron de la mano de Toshiba en la instalación de actualizaciones de memoria en las PCs de su planta de producción en esa ciudad, lo que permitió ofrecer un valor agregado a los productos de la marca y al usuario final con unidades de almacenamiento de mayor capacidad.

Para 1999, Kingston reportaba ventas por 1,500 millones de dólares (mdd), lo que llevó a la compañía a aparecer por vez primera en la lista de las 500 de Forbes, en la edición del año 2000. La empresa observó en los siguientes años crecimientos importantes de hasta de 80%, cuando en el 2007 sus ventas de memorias RAM contribuyeron a la acelerada penetración del mercado y, en consecuencia, a los niveles de desarrollo que observó la corporación.

Sin embargo, la rapidez con la que evolucionaron a su vez los dispositivos móviles y junto con ellos su capacidad de almacenamiento, interrumpió el crecimiento vertiginoso que habían venido observando los dispositivos portátiles de almacenamiento. Las PCs, por ejemplo, requerían procesadores de mayor capacidad con unidades de memoria que respaldaran los sistemas y las aplicaciones que se necesitaban para operarlos; mientras que los dispositivos móviles, como el Ipod, contaban con la suficiente memoria para almacenar cientos de datos en video y audio.

No obstante, las unidades físicas de almacenamiento no desaparecieron del mercado. De hecho, hoy son un complemento de sistemas como el big data y la nube, toda vez que mientras uno es un concepto principalmente de almacenamiento y administración de datos, el segundo no posee la capacidad de acopio que requiere una empresa automotriz o del sector bancario para resguardar su información; en ambos casos se requiere de unidades físicas de almacenamiento capaces de restablecer a la mayor velocidad posible la operación del sistema en caso de fallar.

La guerra del acopio

Durante los últimos años Kingston se ha dado a la tarea de innovar, ofreciendo al mercado empresarial soluciones como los data center, unidades enfocadas a las grandes y medianas corporaciones, mientras que para las pequeñas empresas genera productos específicos acorde a sus necesidades de respaldo y almacenamiento de datos.

Las grandes empresas, principalmente, demandan cada día mayores dispositivos de almacenamiento y acopio de datos que garanticen la seguridad de que no se dañarán y podrán reiniciarse en caso de alguna falla. Kingston también innovó en ese sentido y se ha consolidado como uno de los principales fabricantes de unidades de estado sólido o Solid State Drive (ssd, por sus siglas en inglés).

Los primeros registros que se tienen de este tipo de dispositivos datan de 1976, pero es hasta después del año 2003 cuando su uso comienza a popularizarse entre los usuarios de PCs. La diferencia con una unidad de disco duro tradicional —explica Gerardo Rocha, gerente de cuentas corporativas de Kingston Latinoamérica— “es que el ssd puede soportar movimientos bruscos, tiene una mayor capacidad de memoria y la velocidad de arranque del sistema es hasta 80% más eficiente”.

Las ssds son unidades de almacenamiento que operan a través de chips de memoria flash, sistema que sustituye al tradicional disco de cabeza que gira sobre un tornamesa que es leído por un rayo láser y que era uno de los factores principales por los que sufría daños al enfrenarse a movimientos bruscos o cambios de temperatura.

Las unidades ssds trabajan a una velocidad de escritura y lectura de 500 mb/s, un disco duro normal lo hace a 100 mb/s, mientras que la velocidad a la que carga el sistema puede ir de los 0.9 segundos en una unidad sólida a 7 minutos en un disco duro tradicional. La otra gran ventaja, afirma Gerardo Rocha, es que las unidades sólidas no se calientan a diferencia del disco duro tradicional.

La eficiencia en tiempos y rendimientos de trabajo es hoy un factor de competitividad y las unidades ssds pueden ser una herramienta estratégica tanto para usuarios personales como para las grandes corporaciones, que ven cómo día a día la velocidad de sus estaciones de trabajo va menguando conforme se va utilizando espacio en el disco duro, y renovar todo el equipo en poco tiempo puede significar una inversión elevada para las empresas.

De acuerdo con Gerardo Rocha, la inversión en una unidad ssds puede ir de aproximadamente 94 a 625 dólares, dependiendo de la capacidad de la unidad y del tipo de usuario. Óscar Martínez menciona que los sectores que más están demandando este tipo de unidades de almacenamiento son el manufacturero, bancario, el educativo y los call centers, entre otros.

Los grandes corporativos utilizaban un servidor por aplicación, hoy prefieren aprovechar al máximo todas las cualidades de sus procesadores y las herramientas tecnológicas disponibles. En ese sentido, la memoria ram se convirtió en una herramienta fundamental;

Gerardo Rocha comenta que esto va mas allá de la virtualización, ya que hoy en día los humanos somos más demandantes y exigentes, “no soportamos la lentitud al abrir una ventana en internet, ni la lentitud de los sistemas en general”.

“La Bolsa Mexicana de Valores fue una de las primeras empresas en adquirir los servicios de Kingston cuando pretendía cambiar las memorias de sus servidores con el fabricante que le proveyó el equipo; sin embargo, al final se acercó a nosotros. Además de hacer una extensión de ram a terabytes, redujo el costo presupuestado por su proveedor en aproximadamente 80,000 dólares”, comenta Martínez.

A partir de la entrada de unidades de estado sólido a México, las ventas de estos dispositivos han representado 12% de los ingresos totales de la compañía. Aun cuando no tienen la popularidad deseada, Kingston está ayudando a las empresas mexicanas para que aprovechen al máximo las capacidades del ssd.

“La tarea consiste en enseñarlos a optimizar el equipo que ya tienen, complementándolo con un producto de su catálogo, como el SSD V300 de 120 GB con memoria DDR3 de 4 gb o el SSD Savage de 960 GB más memoria DDR3 2133 mhz de 16 GB”, explica Gerardo Rocha.



Memoria como antídoto

“La crisis económicas pueden llegar a ser un aliado para compañías como Kingston; bajo estos escenarios, la compañía se ha enfocado en apoyar a empresas que pasan por turbulencias económicas en sus mercados, al disminuir sus montos de inversión para adquirir equipo nuevo”, menciona Óscar Martínez.

“Sin embargo, algunas empresas no están tan muy dispuestas a realizar este tipo de modificaciones al considerar que su infraestructura interna es una ventaja sobre la competencia, lo que refleja el poco conocimiento de las empresas y los usuarios sobre la tecnología, que en muchas ocasiones llega a ser subutilizada”, señala Gerardo Rocha.

Por otro lado, los distribuidores mayoristas con los que trabaja Kingston cuentan con la preparación que les permite en casi todos los casos, modificar la memoria de almacenamiento de cualquier PC, salvo en aquellas en que la estructura física del equipo lo impide, como sucede con algunas marcas fabricantes de ordenadores.

“Kingston cuenta con una estrategia para la capacitación de sus distribuidores basada en transmitir todo el conocimiento y la experiencia acumulada, además de apoyarlos para que obtengan las certificaciones necesarias para que cada distribuidor pueda ofrecer la solución más viable al cliente final”, explica Martínez.



Piratas al asecho

De acuerdo con los entrevistados, Centroamérica es una región que aún se encuentra desfasada tecnológicamente con respecto a México y los Estados Unidos.

No obstante, Kingston considera que es un mercado al que todavía le falta el desarrollo tecnológico, pero que representa una oportunidad debido al desarrollo de los países de la región.

“Guatemala tiene gran potencial en los corporativos, el gobierno en Nicaragua es bastante competitivo tecnológicamente hablando y en Panamá los bancos son un mercado potencial”, comenta Óscar Martínez. Para llegar a cautivar esos mercados, Kingston se está dando a la tarea de buscar el potencial de cada país, de tal suerte que puedan llegar a las empresas locales y ayudarles en su proceso de crecimiento.

Pero no todo es color de rosa y “Kingston ha debido enfrentar al fenómeno de la piratería en su más pura expresión, ya que se ha convertido en un factor que ha entorpecido el crecimiento de la compañía; las unidades usb son los artículos que más han sufrido los embates del mercado informal, proveniente principalmente de China”, menciona Martínez.

En México, la empresa trabaja de la mano del gobierno para evitar la entrada de mercancía ilícita al país; mientras que en Centroamérica la situación es diferente, pues en aquellos países los barcos llegan sin restricciones y ahí el trabajo queda totalmente en manos de las autoridades.


Las unidades ssd son la siguiente generación de las unidades de almacenamiento portátil y fijo, su capacidad de acopio y la velocidad a la que corren los sistemas de interface de una computadora de escritorio o un servidor serán cada día más demandantes, y Kingston ya trabaja para ofrecer la solución que concentre la mayor cantidad de datos y los procese a la velocidad de la luz.

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