6 diferencias entre ser
intrapreneur y emprendedor
FORBES, 17 de Septiembre del 2015
¿Quieres generar verdaderos
cambios disruptivos, no pequeñas mejoras en tu producto o servicio? Desarrolla
en tu empresa la figura de intrapreneur.
Hace tres años di el salto de
intrapreneur a emprendedor. Dejé de desarrollar nuevos negocios como empleado
de una corporación, dedicada a la construcción de vivienda, para hacerlo por mi
cuenta. Ambos roles han sido gratificantes y retadores, pero, a su vez, muy
distintos.
Es curioso que a pesar del boom
del ecosistema emprendedor en el mundo, la palabra “intrapreneur” ni siquiera
exista en español. Busqué esa palabra en el sitio web dictionary.com, y
aproximadamente se traduce en “aquella persona empleada por una corporación
grande a quien se le da la libertad y el soporte financiero para crear nuevos
sistemas, procesos, servicios, etc. y que no tiene que seguir los protocolos o
rutinas usuales”. Este rol ha tenido muchas repercusiones en el mercado, pero
sus actores no siempre reciben la difusión que otros emprendedores reciben.
Un caso que me viene a la mente
es el de Rodrigo Gutiérrez, quien desarrolló desde cero el modelo de lealtad
basado en un monedero electrónico Payback, con el apoyo de American Express.
Rodrigo me dijo lo que ha sido para él ser intrapreneur: “La clave es lograr
detectar oportunidades fuera del statu quo, lograr conseguir sponsors
corporativos y apuntarte para ser parte del cambio asumiendo el riesgo personal
de carrera.”
Son claras las similitudes entre
ser intrapreneur y ser emprendedor al crear algo nuevo, vivir la adrenalina de
ir concretando hitos, sentir el estrés de equivocarse y tener que corregir el
rumbo. Y las diferencias principales son:
La facilidad de mover los
límites. Como intrapreneur tienes total responsabilidad sobre el desarrollo y
ejecución del plan de negocio, pero de alguna forma estás limitado por sistemas
y políticas corporativas o lineamientos del consejo de administración. Como
emprendedor puedes tomar decisiones con mayor facilidad, a veces con demasiada,
sin tener que cabildear mucho las grandes decisiones. Claro que esta diferencia
se reduce drásticamente cuando un emprendedor recibe capital de algún fondo.
El sentido de la quincena. Como
intrapreneur tienes certeza del cobro de tu quincena, por pertenecer a un grupo
empresarial. También contarás con el fondeo suficiente para cubrir el salario
de los demás empleados de tu equipo. Como emprendedor sufres cuando llega cada
quincena, sobre todo en el arranque de la empresa, porque seguramente tendrás
que inyectar de tu capital para pagar nóminas, y si te sobra, cobras tú.
La ilusión del fin de semana. En
ambos roles se trabajan muchas horas, porque construir algo desde cero nunca es
fácil. Pero como emprendedor, cuando tu patrimonio –y en ocasiones el de tu
familia– está en juego no existen los sábados ni domingos de descanso, sino que
se vuelven únicamente días con menor volumen de llamadas y de e-mails.
La calidad de tu red de ayuda.
Como intrapreneur tienes el soporte de una empresa que ya le paga honorarios a
despachos de nivel para asuntos fiscales, contables, legales, de sistemas y
otros. Y si no lo tienen aún, puedes pedirle cotizaciones a firmas especializadas
que siempre atenderán tu llamada. Como emprendedor tienes que desarrollar una
red profesional distinta a la del intrapreneur. Se vuelve clave encontrar
mentores que crean en ti y en tu proyecto, porque de otra forma no les puedes
pagar, o no de inicio. También puedes buscar firmas profesionales que podrían
apostar por tu emprendimiento, para mantenerse cerca cuando éste crezca.
La relación entre riesgo y
beneficio. Como intrapreneur es poco probable que se te permita incorporarte al
capital de la nueva empresa como socio, y por ello se te premie con bonos.
Éstos pueden ser jugosos, pero topados. Como emprendedor puedes perder hasta la
camisa, pero también obtener altos rendimientos por el riesgo incurrido, y el
límite es la valuación que alcance tu empresa.
La experiencia de una cultura
ajena o la creación de la propia. Al formar parte de un grupo empresarial, el
intrapreneur se mueve dentro de una cultura existente. Ésta puede ayudar a
impulsar ese nuevo emprendimiento, o destruirlo, si se desarrolla dentro de las
oficinas centrales o en una organización donde no se fomenta la meritocracia.
Como emprendedor, no hay otra cultura que la que tú y tu equipo imprimen, por
lo que se transmiten muchos de los hábitos y costumbres.
Me encantaría ver cada vez más
empresas que generen cambios disruptivos, no pequeñas mejoras en sus productos
o servicios. Para ello deberán desarrollar la figura del intrapreneur. El único
riesgo en el que esas empresas incurren es que para que tengan éxito deberán
impulsarlos tanto que podrían volar por sí mismos, volviéndose emprendedores.
Ramón Estrada Torrescano-Emprende
en hipos.com, empoderando usuarios de servicios financieros. Dirige Contento,
consultora de inbound marketing. Fue intrapreneur. Ama a su familia, leer, el
jazz y Sherlock.
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